¿Te acuerdas de todas aquellas noches en el Botánico? Allá detrás la ciudad luchaba por separar su culo del ardiente asfalto del verano, pero acá estábamos tú y yo, ajenos, dulcemente enajenados. Cuatro grados celsius menos que todos los demás (contrastado está esto), pero sin duda más calientes en el deleite. Queens of the Stone Age, Simple Minds, M Clan con Ilegales, Chris Isaak, Andrés Calamaro, Diana Krall, Wilco, Tom Jones. También Nick Mason, Love of Lesbian, Madness, Jorge Drexler, Norah Jones, Robert Plant, The Beach Boys (de cuando era MadGarden, alucina). Menuda retahíla, persistente letanía del pop de nuestro tiempo. Pues este año, más.
Más porque este 2025 regresan las Noches del Botánico, oasis urbano durante los meses de junio y julio para poner banda sonora a una urbe a ratos absurda, por lo general poco cuerda, pero siempre gozosa en su delirio. Más de 170.000 asistentes el pasado año, que se dice pronto, con un aforo de 4.000 para conciertos con la pista en pie y 2.500 todos sentados. Una distancia máxima de cincuenta metros hasta el epicentro del escenario. Perpetrado el panegírico (quien lo probó lo sabe), hablan con Mercadeo Pop el director artístico del ciclo, Julio Martí, y el codirector, Ramón Martín.
Ya mismo empezamos. ¿Qué tal pintan las Noches del Botánico 2025?
JULIO: Pintan maravillosamente bien. Estamos a punto de empezar, vendemos bien y tenemos un programón. Llevamos más entradas vendidas que el año pasado a estas alturas, y la idea es vender al final del festival más de las que vendimos el año pasado. Mejoraremos un pequeño porcentaje, aunque ya hay poco margen de mejora. Si vendimos 170.000, el objetivo ideal sería 190.000 o 195.000, y esa es la previsión. Estamos próximos al techo.
RAMÓN: Empezamos con la venta de los primeros artistas en navidades, con una avance de cartel y así vemos cómo está el mercado y el público. La respuesta está siendo increíble este año. Con una buena programación artística, en un mercado muy difícil, hemos conseguido artistas de primera categoría que hemos luchado como titanes, porque este no deja de ser un recinto muy chiquitito con una capacidad muy limitada y tienes que competir en el mercado con grandes festivales y otras propuestas económicas más jugosas. Pero hemos conseguido cosas que se nos antojaban muy complicadas, lo cual nos hace ver que el festival está creciendo mucho a nivel internacional, también gracias al boca a boca de los propios artistas. Este es un recinto imbatible en cercanía con el público, con todo el mundo a menos de cincuenta metros, lo cual provoca una compenetración mágica que no se da tan a menudo. Muchos artistas valoran eso.
Todo va estupendamente, pero algo irá regular. ¿Algo va regular?
JULIO: Todavía quedan entradas a la venta para bastantes conciertos, y luego siempre tenemos cinco o seis rezagados a los que más impulso queremos dar, porque se lo merecen. El año pasado a estas alturas llevábamos 18 agotados y este año son 26. Me preocupan varios conciertazos que tienen entradas a la venta. Te diré varios: The Roots con Tori Kelly, Brandi Carlile, Chaka Khan… Siempre nos ha funcionado muy bien el flamenco y tenemos los dos homenajes que están yendo un poco más lento de lo habitual, aunque son dos shows de volarte la cabeza. También tenemos a la venta a Herbie Hancock, Marcus King con DeWolff, Ariel Rot con Conociendo Rusia… María Peláe con Rita Payés es un bolaco que va a estar precioso y también va un poco más lento. Son unos cuantos los que van más lentos y quiero recomendarlos enormemente.
Me sorprende que alguien de tu experiencia en la organización de conciertos se siga a su vez sorprendiendo de cómo se venden las entradas. Para mal y para bien.
JULIO: También hay algunos que no me esperaba que fueran tan bien, como Kaleo con Freedonia, Beth Gibbons con Amos Lee, Óscar D’León con Minyo Crusaders. No me esperaba que hiciéramos dos noches con Mikel Erentxun, que claro, está haciendo el aniversario de Duncan Dhu y lo vendió todo muy rápido. Te llevas sorpresa incluso con los nacionales. El que más rápido ha vendido de todo lo hispanoamericano ha sido Fonseca con Gian Marco. Tampoco esperaba que vendiera tan rápido Kool & The Gang. Si no tuviéramos sorpresas tendríamos siempre la quiniela de catorce. Fácilmente, de los 53 haremos entre 30 y 35 agotados, y la mayoría tendrán muy buenas entradas. Los que menos, estarán más cómodos, pero merecen mucho más público. Me sorprende que mi público no se haya dado cuenta de lo importantísimos que son algunos de estos shows que te he mencionado, de los mejores que vamos a ofrecer. Así que te digo, que el público del Botánico sepa que hay entradas para auténticas maravillas, probablemente algunos de esos conciertos en el top 10.
En el otro extremo: Santana, Van Morrison y Morrissey. Tremendo triunvirato.
JULIO: El día de Morrissey vamos a sufrir porque no sé que le ha dado a la gente, pero tengo lista de espera. Ya no sé que decirle a la gente, yo les pongo en lista pero que sepan que no (risas). Llaman políticos importantes, incluso de la Secretaría de Estado, pero yo no tengo entradas, ya me gustaría. Morrissey se acabó a los tres minutos y acto seguido ya tenía cientos de personas conocidas pidiéndome entradas, sobre todo artistas, que no se espabilan. Nos reservamos unas cuantas, un número importante, unas 150 entradas, y se agotaron igualmente al día siguiente. Desde entonces hay una lista de espera con cientos de personas que ya les he dicho que no van a venir, pero ahí están apuntadas.
¿Muchos problemas con Morrissey y su leyendita?
JULIO: Yo lo llevo todo con la filosofía de quien lleva tratando esto toda la vida (risas): Nada es un desmadre absoluto, pero todo es complejo y te produce un estrés innecesario. Además, con todo esto terminas quedando mal, porque me piden ir a Morrissey y les digo que el de Chaka Khan va a estar igual de bien, que no den la paliza y vayan a otro (risas).
RAMÓN: Morrissey es un acto de fe hasta que no suba ahí al escenario y esté todo… (risas). Ahora mismo es un artista que está en otra liga. Pero todos los movimientos, las contestaciones, los detalles de las pruebas de sonido… toda la información va un poquito lenta. Fue una sorpresa que solo quisiera hacer Madrid, y ahora nos está metiendo una presión que no podéis imaginar, porque hace siete años que no viene por aquí, parece que todo el mundo quiere verlo. Y lidiamos con las limitaciones propias de cómo es él, ese día no va a haber carne en los puestos de restauración, que van a sufrir un poco. Pero dicho esto, muy felices. Declararemos el día del tofu y disfrutaremos de Morrissey, que siempre hace conciertos de mucha calidad.
JULIO: Noches del Botánico ya es conocido en amplios sectores de la profesión y aspiramos a más. Hay shows que son actos de fe de artistas qsue podrían cobrar mucho más, pero quieren venir a nuestro festival, y eso es importante, porque no siempre el dinero decide. Si siempe decidiera el dinero, lo tendríamos claro. Es muy importante crear una marca con valores que van más allá del económico, siendo el económico el determinante. Nos viene Van Morrison, que decían que ya no pernoctaba en otras ciudades fuera de la suya, nos viene Santana, o Herbie Hancock con 84 años. Estos son los mejores de la historia de la múscia popular en todo el mundo, están en el olimpo de la música.
Para salirnos un poco del guion he pedido preguntas a gente cercana. Me dicen que por qué no hay un bono de conciertos para los que quieran ir a cinco, seis o diez.
JULIO: Es muy complicado, pero estamos buscando una idea de fidelización. Estamos viendo gente que viene a bastantes y les llamamos y les ofrecemos invitaciones, preocupándonos por el público que viene a varios shows, como manera de agradecer su fidelidad. Eso del abono lo hicimos un año, nos volvió locos y encima apenas vendimos, y eso que eran de tres shows. Me encantaría, pero es que es muy difícil llevarlo adelante. Estamos, eso sí, estudiando las fidelizaciones. A los shows menos llenos, probablemente invitemos a gente que compra entradas para otros cuatro o cinco para que vengan. Tenemos varias ideas pensadas para el público más fiel y las vamos a ir optimizando, es la única manera en la que podemos realmente compensar un poco. Hay quien me dice que sale el programa y tiene que pedir un préstamo porque quiere asistir a un montón. Cuando nos dicen eso,les invitamos a alguno. Si se expresan y nos lo dicen, ya vemos si se puede echar una mano en este, un descuento en otro, o te regalo una entrada por allá. Nos encanta hacer algo por nuestro público más fiel.
¿Puede haber alguna preferencia para los de Madrid para comprar entradas?
JULIO: No creo que sea la idea más necesaria. Ya están en la ciudad, no hace falta que se desplacen, la suerte que tenemos es que ya estamos en Madrid (risas).
¿Por qué no hay conciertos en agosto?
JULIO: No se hace en agosto porque es el mes de descanso del jardín. Fíjate, mi idea era hacerlo más internacional y dedicar agosto a nacionales y flamencos, pero está cerrado porque tienen que cesar los jardineros, el director y todos los que trabajan en el jardín todo el año.
¿No falta rock en el Botánico?
JULIO: No te quiero ni contar la cantidad de grupos que quería contratar y me han dicho que no. Yo también quiero hacer más rock y no ha salido, teníamos la posibilidad, pero nos hemos quedado con que dos o tres que parecía que iban a confirmar se cayeron. Mal de rock no estamos, pero podríamos estar mejor, es verdad.
También me dicen que en el cartel de Noches del Botánico siempre hay un montón de mujeres. Hay un porrón de festivales en los que solo hay tíos, pero parece que no debe ser tan difícil contratarlas, ¿no?
JULIO: Nosotros tenemos un compromiso con el tema de género y porque nos encantan las mujeres. ¿Y sabes qué? Tenemos más público de mujeres que de hombres, y luego me falla más el público con las mujeres que con los hombres. Me preocupo de que haya mujers espectaculares, estoy por ello, estamos esperando que el público reaccione Hay gente que no pone a ninguna tía y nosotros tenemos un compromiso de género por derecho propio dentro de ellas en la música, así como por nuestro eclecticismo. Y no veas la de mujeres que quiero traer y no giran nunca. Todos los años llamo a Fiona Apple y ni puto caso (risas). Siempre tenemos nuestras veinte cabezas de cartel femeninas mínimo, es un compromiso que cumplimos.
Sigo sin preguntar yo, delegué en todo. Esta no es ni una pregunta, es una afirmación: cuanta más diversidad de todo tipo, mejor acaba siendo la propuesta del Botánico.
JULIO: Lo primero, para que no haya equívoco, esto no es un cajón desastre, esta es una coherencia. Aquí hay un trabajo duro de muchos años, un estudio profundo para, dentro del eclecticismo, mantenernos con referentes culturales, con artistas de carrera o también artistas noveles que se vislumbran como de carrera, que no son producto. Ocasionalmente también hay algo más accesible demandado por el público. El comentario siempre viene por Fangoria, por ejemplo, que me dicen ¿otra vez? Bueno, el año pasado no vinieron y nos machacaron en las redes (risas) Tenemos muy buena relación con ellos y su público es excelente, así que lo seguimos celebrando, no soy ningún fundamentalista, pero sí que tengo un rigor porque es una autoexigencia. Necesito tener autoexigencia y rigor porque, si no, esto sería el cajón desastre que no es, cuando este es un festival ecléctico en el mejor sentido de la palabra.
Ahora vuelvo yo: ¿Os explicáis de alguna manera recóndita lo de Bad Bunny y los diez Metropolitanos?
JULIO: Realmente me parece increíble, no acabo de pillarlo. Sabíamos que era el músico más popular del mundo en las plataformas, y así ha pasado con la respuesta. Me sorprende mucho más lo de Karol G el año pasado, me parece increíble que llenara cuatro Bernabéus, pero son cosas que se dan y me alegro de que haya tanta gente predispuesta a escuchar música, porque empiezas por un lado, pero cuando te aficionas encuentras nuevos artistas, se aumenta la diversidad. La música abre corazones y amplifica los discursos de tolerancia, que es lo que necesitamos, mucha más empatía con el contrario, de unos con otros. En la política se llaman hijos de puta unos a otros, pero colegas, estamos locos o qué pasa, eso no puede ser.
RAMÓN: Hay artistas que a lo mejor no tenías tan claro su capacidad de convocatoria y de pronto el Bernabéu se llena, sobre todo para público más joven. Veo que muchos de esos artistas prefieren hacer sus propios shows en esos recintos, donde pueden cuidar su show hasta el mínimo detalle, y no es lo mismo que en un festival. Esto ha traído un nuevo punto de vista y una nueva oferta. Ahora mismo, la música en vivo ya cruza más de lo estrictamente musical, ya es más social en plan ‘tengo que estar’. Antes ibas con tus amigos, unos más musiqueros que otros, y tenías que arrastrar al resto, pero ahora va todo el mundo. Socialmente ha cambiado. Sobre todo en estos últimos diez años se ha notado muchísimo el cambio.
¿Cabe más oferta de música en vivo en Madrid?
JULIO: También estoy viendo que los públicos de masas prefieren un show que un festival, porque los festivales se están haciendo un poco agotadores y son un poquito complicados. Pero, por ejemplo Mad Cool esta establecido. Fíjate las otras marcas que han intentado venir y no lo han logrado, como Primavera Sound. No es un terreno fácil el del macrofestival en Madrid, dudo que puedan aparecer más. Añadir cosas a una ciudad que está tan llena es complicada. Por eso, lo que funciona bien es el concierto aislado de estrellas de estadio, como Bad Bunny.
Queda lejos el Metropolitano del Botánico, en todos los aspectos. Es tan grande aquello, tan manejable esto.
RAMÓN: Son muchos factores, pero es que aquí es una manera muy diferente de ver a tu artista favorito. Aunque no seas super fan, en el Botánico vas a tener una experiencia muy diferencial. Eso nos lo da el espacio, los cuatro grados de menos que hay aquí en verano, la propuesta gastronómica, todo lo que envuelve al festival. Y la gente aprecia el esfuerzo que hacemos por complacer. Como nuestro público mayoritario es femenino, hemos ampliado los baños para ellas. Nuestro público está muy fidelizado y nosotros muy contentos.
JULIO: Y quiero decir que tenemos un país de cojones. Madrid es una ciudad exuberante. Nosotros queremos ser una referencia mundial. Ya sabemos que somos una referencia en España, pero queremos que el mundo entero lo sepa.