love of lesbian noches del botánico

Love of Lesbian (2021) Noches del Botánico. Madrid

Crónicas
Los lunes reversibles

Hay lunes tan largos y áridos como un deambular al azar sediento por un desierto random. Sin rumbo, con las fuerzas al límite, con la rendición como única opción. Pero desde pequeñitos aprendemos que los oasis aparecen de repente en el último momento siempre y cuando mantengas la fe en tu caminar. Esta es la fabulosa historia del lunes reversible que se convirtió en sábado con Love of Lesbian en las Noches del Botánico.

Un espejismo fruto de imaginación que resultó ser un oasis real. Resultó que sí que había agua y vida entre las plantas del Real Jardín Botánico de Alfonso XII, en plena Universidad Complutense de Madrid. Un entorno natural en la que el espacio respira diferente y el tiempo lo marca la música en directo. Y ya no es lunes, la energía circula y lo que estuvo a punto de ser una rendición desemboca en redención.

Ese es, literalmente, el empeño de Santi Balmes: convencer a las 2.000 personas allí congregadas de que es sábado y no lunes. «Es un placer estar aquí en esta noche de sábado. Al final conseguiré convencerles y alguien no irá a currar mañana», bromea el cantante, conversando divertido recurrentemente con el guitarrista Julián Saldarriaga.

Sabe bien de lo que habla Santi, pues la del lunes es la cuarta noche consecutiva de Love of Lesbian en Noches del Botánico. Y sabe perfectamente que no es igual la dinámica del viernes que la del domingo, como tampoco tiene nada que ver la del sábado con la del lunes. No en vano, muchos el fin de semana cavan con las manos su propia tumba, aún sabiendo que el lunes el cuerpo les pedirá tierra. Esa tierra.

SANTI BALMES EL 18 DE JUNIO EN NOCHES DEL BOTÁNICO. FOTO: RICARDO RUBIO

Pero el espejismo se convierte en oasis, decíamos. El gentío apura relajadamente cervezas en las zonas verdes y se aposenta sin prisa pero sin pausa en la zona del auditorio. Y en el preciso instante en el que arranca la velada con ‘Viaje épico hacia la nada’ se crea esa burbuja a la que también aspira la banda catalana. Aquí no hay calendario, no hay problemas, no hay marrones: hay canciones y estamos a salvo.

El sonido es exquisito y vuela libre sobre un público que arranca despacito pero que acabará perdiendo los papeles razonablemente. El viaje emocional va de ‘Crisálida‘ a la liberación de esos ‘Noches reversibles‘ coreadas con determinación y a la elegancia pop de ‘Bajo el volcán’. Santi y Julián hacen creer a la gente que va a salir Bunbury a cantar con ellos ‘El sur’, pero lo que sale es su lado más cachondo: «Somos el único grupo tan gilipollas como para hacer esta broma».

Para entonces, el rumbo es el correcto, las fuerzas están renovadas y coordinadas. «Guau. Cuatro noches aquí. Ojalá nos pudiéramos quedar aquí de residentes como los djs. Esto era impensable hace unos meses pero ya estamos cada vez todos más cerquita», lanza Santi Balmes, para luego insistir en la idea que está decidido a conseguir: «La intención es que hoy no sea lunes».

Ante un montaje elegante con cubos y pantallas visuales que cambian de color según la canción se suceden ‘Sesenta memorias perdidas’, ‘1999’ (enlazada con ‘La llorona’), ‘Segundo asalto’, ‘El mundo’, ‘I.M.T’ (Incapacidad Moral Transitoria)’, ‘Club de fans de John Boy’, ‘Cuando no me ves’, ‘Planeador’ o ‘Los irrompibles’. De la intensidad emotiva al festejo que no piensa en el mañana: esa es la aventura de Love of Lesbian.

LOVE OF LESBIAN EL 18 DE JUNIO EN NOCHES DEL BOTÁNICO. FOTO: RICARDO RUBIO

Para el bis queda la épica de ‘Cosmos’, ‘Donde solíamos gritar’ y ‘Belice’. El remate a gol lo pone ‘El paso’, «una tranquilita para irnos todos en paz esta noche de sábado», según el vocalista, que aún se acerca al borde del escenario y le pide a una chica que le deje abrazarla. Algo ha pasado ahí, en primerísima fila. Ha sentido muchas cosas ella durante estas dos horas y desde el escenario los músicos lo han visto.

«Han sido cuatro días alucinantes. Nos hemos alimentado de vuestro buen rollo y vuestras catarsis particulares. Espero que os vayáis a casa con las pilas recargadas», remacha Santi Balmes. Quien, por cierto, se ha pasado tres de los cuatro conciertos madrileños padeciendo un cólico nefrítico. «Te damos las gracias por semejante esfuerzo», le tira Julián entre risas, aclarando que se trataba de una piedra de cuatro milímetros ya felizmente expulsada de su cuerpo en plan exorcismo del father Karras.

El único indicio de que sigue siendo lunes (en realidad ya es martes, pero aclarar eso es una formalidad innecesaria) es que el público se dispersa con cierta premura. «Ha sido una maravilla, me ha encantado. Gracias por el regalo», le va diciendo una chica a su pareja metiéndole ya mano mientras se marchan bien juntitos… Pareciera que él también ha conseguido convertir la del lunes en una noche de sábado sabadete. Con la impagable ayuda del ilusionista Santi Balmes y sus compinches.

*NOTA: la crónica es del concierto el lunes 21 de junio, mientras que las fotos, de Ricardo Rubio, son del viernes día 18. Cosas de agendas.

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