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Cancelado el Hellfest 2021 francés: «Los festivales no se van a salvar»

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Este viernes ha sido pospuesto hasta 2022 el Hellfest Open Air Festival. Uno de los grandes eventos metaleros del mundo, que iba a celebrarse en Francia del 18 al 20 de junio. Y que cancela su edición de 2021, como ya hiciera con la de 2020.

Este anuncio llega apenas 24 horas después de que el Gobierno francés anunciara que permitirá la celebración de conciertos y festivales hasta 5.000 personas… pero sentados y con distancia social.

Esa medida, aún siendo claramente aperturista, lleva directamente a la cancelación de los festivales tal y como los conocíamos antes de la pandemia. Sencillamente no se pueden realizar así. Y, lamentablemente, esta va a ser la tendencia de todos los festivales, que poco a poco irán cayendo, como el año pasado. Salvo sorpresa no ya mayúscula, sino quimérica.

«No hay duda de que será posible que muchos eventos de música clásica, danza, teatro y otros se adapten. Sin embargo, estos criterios hacen imposible la organización de nuestro evento en 2021, obligándonos así a aplazar una vez más nuestra edición de aniversario», confirma el festival en las redes sociales.

El festival profundiza más al denunciar que «estas medidas son más o menos las vigentes el verano pasado«. «Ha transcurrido un año desde la llegada de la epidemia y parece que se ha recorrido poco camino antes de volver a una ‘vida normal’ a pesar de un mayor conocimiento de la enfermedad, a pesar de la vacunación que avanza…», apunta.

Y resume el sentir generalizado: «Un festival debe ser un espacio de libertad, donde las interacciones sociales y el espíritu festivo no pueden ser sacrificados en el altar de una epidemia. Lo que se propone es organizar festivales asépticos y sin vida para decir que se permite. Todo esto está a las antípodas de lo que nos une y nos convierte en comunidad».

En esta misma línea, lógicamente, se expresa el director del Hellfest, Ben Barbaud, en Ouest France: «No comparto en absoluto el entusiasmo de algunos organizadores. Un festival de 5.000 personas sentadas y a distancia no es un festival. ¿Para qué es realmente? Festivales de música esencialmente contemporánea que a atraen a un público más joven que los festivales de jazz o teatro».

Y prosigue: «Las demás estéticas musicales, electrónica, rap o metal no existirán el próximo verano. No culpo a la ministra. La situación de salud es la que es y Roselyne Bachelot tuvo el valor de tomar decisiones. Pero el próximo verano será un desastre para la juventud. Y los festivales, contrariamente a lo que puedo leer, no se van a salvar».

Barbaud tira la toalla y asegura que para él será «un nuevo año en blanco». «Incluso si las restricciones sanitarias son menos severas en unos pocos meses -continúa- el paso es demasiado largo antes de llegar a una autorización de 60.000 personas por día, pegadas unas a otras. No nos sorprende: desde enero, dudábamos de las posibilidades de ver el festival el próximo junio».

Remarca entonces que Hellfest son «quince horas de conciertos al día, es camping, refrescos». «Y luego el 90 por ciento del cartel está compuesto por bandas extranjeras, así que no veo cómo podría haber un plan b», explica sobre una hipotética adaptación de este gran festival a las restricciones establecidas por el gobierno.

Por eso, remata Barnaud: «Si tenemos que imaginar otra cosa, ¡no será Hellfest! Por supuesto, queremos intentar hacer algo para seguir existiendo. ¿Serán conciertos online o pequeños conciertos de apoyo? No lo sé. Pero lo que sí que es cierto es que no será Hellfest».

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