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20 discos de 2001 que cumplen 20 años en 2021

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No hace tanto comentábamos 30 discos de 1991 que cumplen 30 años en 2021 y, bueno, desde antes de eso ya era obvia una segunda parte. Vale, pues vamos a ejercitarnos como si fuera 2001. Estira un poquito y lo tenemos.

Vamos, sin muchos rodeos, a recuperar una veintena de discos guapos de 2001. Estos son mis favoritos ahora mismo, pero tampoco me tengáis en cuenta si falta alguno en particular. Básicamente porque me va a dar igual.

SYSTEM OF A DOWN: TOXICITY

Menudo cañonazo es esto. Es tan bueno que hizo de este estilo imposible de metal algo comercial. El impacto que causan canciones en tromba como ‘Prison song’ o ‘Needles’ te deja sin aire. Y luego está ‘Chop suey’. Y cómo te abraza ‘Toxicity’. ‘Aerials’ te remata con toda su grandilocuencia.

Estuve en aquel Festimad que durante unas horas fue el mismísimo infierno en 2005. No había mejor lugar para hacer de System of a Down leyenda absoluta: cuando salieron tantas horas después se abrió el suelo bajo nuestro pies. Y no solo no nos importó, sino que nos gustó. Y lo conté en El País.

INCUBUS: MORNING VIEW

También estuvieron en aquel Festimad de 2005 en el que sonreímos al fin del mundo desde Fuenlabrada. De hecho, suyas fueron las pelotas de salir al escenario en plena batalla campal. Literalmente, su música amansó a las fieras.

Y ‘Morning view’, su disco de 2001, es casa. Esa capacidad melódica con esas guitarras y esas bases nuevo metaleras. ‘Nice to know you’ siempre. Cómo se lo monta ‘Mike Einziger’ con las guitarras en ‘Circle’ o ‘Are you in?’ Menudo hit es ‘Wish you were here’, de los que definen una época en la vida.

THE STROKES: IS THIS IT

Desde el minuto uno nos los vendieron como la resurrección del mejor rock neoyorkino. Que si eran la Velvet Underground, que si sus pintas se acercaban a las de los Ramones (ja, lo leí, lo recuerdo, aunque no sé donde). Ese punto arty tan de Manhattan, de tirado de mentirijillas.

Pero sea como fuere, ‘Is this it’ es un disco redondo de los de antes. No creáis, no es tan obvio como parece, muchos discos son malditas pedradas en tu cara. Este no, este es una sucesión de temazos: ‘The modern age’, ‘Someday’, ‘Last nite’, ‘New York City Cops’ o ‘Take or leave it’.

MUSE: ORIGIN OF SYMMETRY

Mucho antes de que se les fuera la cabeza por completo con la megalomanía y los espectáculos faraónicos, Muse se clavaban unos discos que flipas. El segundo, este, me impactó instantáneamente. Me acabo de poner ‘Bliss’ y, sí, queridos niños, sí. Esto era. Claramente, ellos lo tenían.

Siempre quito el polvo a mis viejas medallas del rock para recordar que les vi en esta gira en La Riviera en 2003. Y allí mismo todos nos dimos cuenta de que iban a acabar llenando estadios al ritmo de ‘Plug in baby’ o ‘New born’. Aunque ojo a ‘Space dementia’ o ‘Citizen erased’. Buah, todas.

SIDONIE

Tengo un recuerdo muy claro del primero disco de Sidonie porque es lo que escuchábamos sin parar un cámara de tele y yo en el coche al poco de entrar en Europa Press. Recorrimos muchas veces la Castellana con ‘Feeling down’, ‘Sidonie goes to Moog’ o ‘Sidonie goes to Varanasi’.

Tenía un punto relajante, casi místico, ir por el corazón de una ciudad tan ruidosa como Madrid escuchando pop psicodélico repleto de sitares y viejos sintetizadores Moog. Volver a aquellas canciones, como hago ahora, es un viaje en el tiempo al que, lamentablemente, no puedo invitaros, pues me pertenece. Sidonie lo hicieron todo bonito hace solo unos días en Madrid: porque lo bueno es que seguimos todos aquí.

LOS PIRATAS: ULTRASÓNICA

Sin haber sido nunca especialmente fan de Los Piratas, hay en su cuarto álbum una serie de claves que claramente les aúpan allá arriba. Porque sin haber sido ellos nunca especialmente superventas, hay aquí un himno por todos conocidos. Y eso es trascender a las listas de éxitos.

Hablamos de ‘Años 80’, claro. Acabáramos, eh. Ya ves. Si buscas las canciones más famosas de 2001 no sale, pues no fue número 1 ni vendió una barbaridad. Pero con el paso del tiempo ha crecido mogollón. Y ahí están también la apertura jungle de ‘Teching’ o ‘El equilibrio es imposible’. Un disco al que volver sin prisa.

WEEZER: GREEN ALBUM

No es el mismo camarógrafo televisivo, es otro, pero se repite el patrón de Sidonie. Tened en cuenta que, como la Guardia Civil, son muchas horas apatrullando la ciudad. Con él tuvimos unos meses muy Weezer. Tanto que pronto pasamos de ‘Island in the sun’, canción pop formidable siempre.

Pero es que el ‘Green Album’ es un power pop estupendo para mantener la intensidad de una jornada laboral interminable. ‘Don’t let go’, ‘Photograph’, ‘Hash pipe’, ‘Knockdown dragout, ‘Glorious day’, ‘O girlfriend’… Es tremendamente adictivo este álbum de Weezer.

QUIQUE GONZÁLEZ: SALITRE 48

Había cogido velocidad de crucero para escribir todo lo anterior. Pero entonces aparece en la lista ‘Salitre 48’ y me he tenido que detener. Un poquito. Porque cuando vuelven unas canciones han marcado momentos de cambio, te quedas un poco pillado.

Eso pasa con ‘Salitre‘ muy en particular. Es como que te hablan y no puedes atender otra cosa, aunque ya te la sabes. Ocurre parecido, aunque menos, con ‘La ciudad del viento’. Y vuelve a acontecer con ‘Ayer quemé mi casa’ y ‘De haberlo sabido‘ que, por más que me gritéis, no os voy a poder atender. Esto es entre Quique González y yo.

RYAN ADAMS: GOLD

El ‘Gold’ de Ryan Adams me lo compré en una tienda guiri que se llamaba play.com. Lo cierto es que durante una temporada enloquecí porque era barata y llegaban fetén. No sé, recuerdo eso, sencillamente. Pero más allá de eso, menudo perazo de álbum, ¿qué no?

‘New York New York’ perfecta para las radios, ‘Firecracker’ la versionaron M Clan, ‘When the stars go blue’ la cantó Bono con Andrea Corr. Me parece este disco una actualización muy certera del género americana, no diría hacia el pop, pero un poquito. ‘Harder now that it’s over’, ‘Nobody girl’, ‘Touch feel and lose…’ Cuando al fin vi a Ryan en el Mad Cool 2017, aquel día del diluvio universal, de alguna manera cerré algún círculo.

THE WHITE STRIPES: WHITE BLOOD CELLS

Escucha ‘Dead leaves and the dirty ground’. Escucha. Y si no te vuelve loc@, vete por donde has venido. Vaya vaya, el bueno de Jack White metiendo ese riff en nuestra cara ya de primeras. Sin rodeos ni demasiadas lindezas, pues esto suena sucio y crudo.

Puedes sentir durante todo este disco los dedos subiendo y bajando por los trastres. Cómo suenan las muñecas de Meg quebrándose en cada golpe. Puede que no sea exactamente así, pero en ‘Expecting’ me lo parece. ‘I think I smell a rat’ me encanta desde el título hasta el acorde final.

TRAVIS: THE INVISIBLE BAND

Esto de Travis. Esto que hizo aquí Fran Healy. Esto es tremebundo. Tanto fue así, que a la larga significó el cuore de su legado y, al mismo tiempo, la lápida que tapó para siempre su éxito comercial. Eso no lo puedes medir, está claro. Vas a tope, lo tienes, lo gozas. Y luego ya veremos.

¿Cómo te vas a guardas ‘Sing‘? No puedes retener mucho tiempo en la recámara ‘Flowers in the window’. Y tienes claro que lo vas a petar con ‘Side‘, indudablemente la mejor canción de los escoceses. Indudablemente para mí, se entiende. Las quejas al respecto caerán en saco roto.

KYLIE MINOGUE: FEVER

¿Qué demonios harían Kylie y Michael Hutchence en la intimidad? Es una pregunta de broma que nos hacemos de vez en cuando algunos amigos. Me acuerdo recurrentemente pues. Pero más allá de esa broma, ojo con la australiana porque acumula más temazos que tú secretos inconfesables en el trastero.

De este disco es ‘Can’t get you out of my head‘. Que estaremos de acuerdo en que es un pepino pop ante el que solo cabe danzar como respuesta. Vaya pedazo de pelotazo. ‘Love at first sight’ pretendió ser la continuación, pero solo palideció. ‘In your eyes’, por contra, ahora que la escucho después de eones, me gusta más. Lo bailamos todo hace una vida en el Palacio de los Deportes de Madrid.

JAMIROQUAI: A FUNK ODYSSEY

La verdad es que lo que hizo Jay Kay durante sus buenos años fue una locura. Una máquina de facturar éxitos como de otro tiempo, pero que bien nos ponían a todos a menear. Para cuando llegó ‘A funk odyssey’, en 2001, aún mantenía el nivel. A partir de ahí ya vino la resaca.

Pero este álbum tiene ‘Little L’, por ejemplo. Irresistible. Si te imaginas a los Jackson 5 haciendo ‘You give me something‘ comprenderás el por qué de la vida. Aunque mira, no recordaba ‘Love foolosophy‘, que también vale. Solo por estas tres canciones, adentrémonos en la odisea funk. Y le vimos en Toledo, nada menos.

M CLAN: SIN ENCHUFE

Perdí la cuenta hace ya muchos años de la cantidad de veces que he visto a M Clan. De la cantidad de veces que he escrito parabienes sobre ellos. Les vi por primera vez en la gira de ‘Usar y tirar’ (1999) y flipé, la verdad. De manera que luego esto de ‘Sin enchufe’ se me quedaba flojo, pues andaba conociendo sus dos discos anteriores a destajo.

Pero hace veinte años de ‘Carolina‘, querid@s. Esa es la movida. La chiquilla no tendría edad legal para tal o para cual, pero ya va rumbo a los cuarenta. Así tiene que ser. La versión de ‘Maggie May’ es realmente molona. Es un acústico muy bien terminado porque, además, ahí está Tarque. Qué viejos somos, pero qué bien lo pasamos.

MANU CHAO: PRÓXIMA ESTACIÓN ESPERANZA

Ostrás. Es escuchar «qué horas son mi corazón» y se me ponen los pelos de punkta. No porque lo recuerde con un cariño transformador ni nada de eso, sino porque me espanta pensar en todo lo que le puede llegar a gustar a Manu Chao.

Reconozcamos, anyway, que lo clavó el tipo. Me gusta la moto, me gustas tú. Pues ya estaría. Si hay un tipo que supo desdibujar las fronteras, borrarlas y luego pintarlas a su antojo, fue Manu Chao. Literalmente como un crío canijo jugando con las palabras y las pinturas. A la Rebe le dio un amarillo en su concierto con Fermín Muguruza en Vistalegre, pero eso no os lo puedo contar, que se mosquea que te cagas.

DEPECHE MODE: EXCITER

Ni de lejos, en otro universo, es su mejor disco. Pero tiene ‘Dream on’. Y a aquella gira fui escayolado y con muletas a la pista del Palacio de los Deportes de Madrid. Me llevó un tercer cámara de Europa Press, a quien metí en la secta Muse. Quede constancia de semejante proeza. Lo pasé bien, todo el mundo me preguntaba si me faltaba cerveza. Somos así de estupendos. De un concierto de Depeche Mode sí que salimos mejores.

El disco, pues ya anticipaba todo lo que iba a ser Depeche Mode en el siglo XXI. Un single guay, un par de temas molones y luego los fans pegándose por achicar algo de agua antes de acabar siendo paso de los tiburones y de National Geographic. A todos nos gusta mirar a los accidentes.

GORILLAZ: GORILLAZ

Realmente es acojonante que pueda haber un grupo de dibujos animados y que encima salga de gira. Y que encima mole un porrón. Al principio, hace dos décadas, nos preguntábamos cual era el truco. Pero no había trilero.

Lo que sí había, pues temas como ‘Clint Eastwood’, que los escuchas en 2021 y te dices: ¿pero entonces eran un grupo o no eran un grupo? Bueno, hay respuestas para eso, pero es divertido mantener ese caminar sobre la línea cual equilibrista. Las respuestas las tiene Damon Albarn, no yo. Las quejas y las alabanzas deben ir contra él.

HIM: DEEP SHADOWS AND BRILLIANT HIGHLIGHTS

Bueno, bueno. Los de Ville Valo. Esa portada en plan fucker fuma pitis no le hizo ningún bien. Tampoco le importará que lo digamos. Pero anda, que tienes unos huevos. HIM hicieron un primer disco sobresaliente y un segundo notable. Y luego este, cuya presentación vimos en La Riviera.

Que tendría que pensar un poco más donde colocarlo, pero que tiene ese rollo vampírico de ‘In joy and sorrow’ muy conseguido. El punto más love-metal está en ‘Lose you tonight’ y luego hay dos hits que te dan ganas de comerte la vacuna de Moderna a bocaos a ver si pillas: ‘Heartache every moment’ y, por supuesto, ‘Pretending’.

RAMMSTEIN: MUTTER

Cuando descubres a Rammstein, necesariamente quedas prendado en su tela de araña. Su potencia es inigualable. Sus melodías te estás robando la cartera y te da igual. No hay nada más compacto, sientes la impenetrabilidad. Sientes tus pestañas arder y piensas ‘bueno tampoco las quería tanto’.

A mí eso me pasó con ‘Mutter’. O sea, es que estoy haciendo gestitos con las manos en plan qué demonios puedo decir a estas alturas de este tiro en la puta boca. Pues que están ‘Links 2 3 4’, ‘Ich will’, ‘Mein herz brennt’ o incluso ‘Adios’. Mucho mejores que Marilyn Manson: porque el alemán bien pronunciado acojona mucho más que la pose fulera.

TOOL: LATERALUS

Hay noches en las que me desvelo y escucho canciones de TOOL. No sé si vienen de mí, llegan de allá. Pero es un hecho que suenan. A la mañana siguiente preguntas pero, no funciona así. Nadie te lo va a explicar tan fácil. No todo funciona de esa manera.

Tampoco funciona así una canción de TOOL. No tiene estrofa, estribillo, puente, estrofa, estribillo, final. Por ejemplo. En una canción de TOOL entras y ya veremos si sales. Es, en definitiva, la vida misma. Y todos somos daños colaterales.

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