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Primavera Sound (2023) Rosalía y más

Crónicas

Sexto y último día del Primavera Sound 2023 en Madrid, esta vez con Rosalía. Segundo y último día en la ciudad del rock de Arganda del Rey. ¿Qué nos depararía la jornada?. Arlo Parks inauguró el escenario Santander con ‘Weightless’ de su nuevo disco, aunque seguimos prefiriendo canciones como ‘Caroline’, de su brillante debut ‘Collapsed in Sunbeams’. Con una estética alejada de los patrones de la industria, Parks ofrece soul pop con personalidad y fuertes bases rítmicas.

Surf Curse son un fenómeno de tik tok. En 2020 su tema ‘Freaks’ se volvió viral y ahora están disfrutando del éxito tardío e inesperado que les regaló el destino. En un Primavera Sound el resto de bandas son contingentes, pero Shellac son necesarios. El trío de noise rock son incondicionales del evento y apostamos que hasta ellos mismos habrán perdido la cuenta de las veces que han actuado en el mismo.

Nos movemos de escenario de nuevo con la agilidad que el excelente recinto permite y tenemos delante a James Ellis Ford, baterista y cantante, pero más conocido por ser productor de Arctic Monkeys y miembro de Last Shadow Puppets. En directo su banda demuestra grandes capacidades de desarrollo instrumental hacia solos épicos. Pero James, cantar no es lo tuyo.

El Villano Antillano

Cambio de tercio con Villano Antillano, mucho público en el escenario Amazon para presenciar un gran show con mucha reivindicación: “Que viva el reggaeton y las mujeres del reggaeton, se nos negó el espacio y ahora lo hacemos mejor que todos ustedes» afirma antes de demostrarlo con temas como ‘Reina de la selva’ o ‘Designer Pu$$y’. Ondean banderas trans y orgullo LGTBQ cuando la Villana remata con ‘Mala Mía’, la célebre sesión 51 de Bizarrap. Antes de irse muestra una camiseta de Vinicius y proclama “Las personas racistas valen mierda”. Imprescindible para los que dudan de que la música sea un acto político.

Al otro lado de la ciudad del rock Anish Kumar inició su sesión con inspiración setentera latina, como si el productor de origen hindú quisiera plasmar la banda sonora para una película sobre un caribeño recién llegado a Detroit. Teníamos perdido a Gaz Coombes, antiguo líder y cantante de unos Supergrass que lo petaron en 1995 con su single Alright. En solitario ya cuenta con 4 largos editados y sobre las tablas tiene una bandaza enraizada en el rock clásico que nos regala grandes momentos de guitarras en ‘Salamander’ o ‘Deep Pockets’.

VOIDZ

Llegamos al final de Voidz, donde Julian Casablancas demostró que se puede comportar profesionalmente sin hacer el ridículo, banalizar el suicidio ni reírse del público, como hizo en la pasada edición de Roskilde. “Nos quedan dos minutos, pues haremos una canción de dos minutos”. Cumplidor que no es poco dado su historial.

Minutos después se reanudó el rock clásico con My Morning Jacket, pero nos resultaron planos y tuvieron una iluminación pésima, quién sabe si diseñada para que no les hagan fotos. En estos momentos necesitábamos animarnos, y lo conseguimos, ¡vaya si lo conseguimos! con Be your own PET. Energía y actitud a raudales, una frontwoman electrizante y vúmetros a tope que envuelven un delicioso caos. El guitarrista terminó el bolo en la primera fila del público tirando del cable de su instrumento con rabia. Punk, muy punk.

Los Maneskin

El fandom de Måneskin ya estaba al borde un ataque de nervios cuando los italianos invadieron el escenario. Cumplen todos y cada uno de los clichés del rock de estadio -cuyo hogar es esta web, por supuesto- y ejecutan un hard rock con sobredosis de postureo. ¡Como debe ser! apostillamos. El público no dejó de gritar, de exhibir pancartas y recitar todas las letras de memoria. Hasta las que están en italiano. El clímax llegó durante su mejor canción, Beggin’, una versión de Frankie Valli & The Four Seasons del año 1967, donde el cruce entre Eros Ramazzotti y Vince Neil que tienen como cantante se gusta a sí mismo, pasea su chaqueta descapotable y certifica que el rock de estadio sigue vivo.

Entre los transalpinos, la popola Tokischa y la matraca Calvin Harris logramos alcanzar la balsa de tranquilidad que es Jockstrap. Menuda delicadeza futurista, incluso en sus temas más ruidosos consiguen transmitir una íntima fragilidad. ¿Hay alguna canción más bonita que ‘Concrete Over Water’?. Los estremecedores cantos de Georgia Ellery se funden con la electrónica de Taylor Skye y nos anuncian el pop del año 3000.

Rosalía

Nosotros hasta ese momento habíamos visto ya 11 artistas en 7 escenarios diferentes, pero sabíamos que una vasta audiencia no había abandonado los escenarios principales para poder ver a la Rosalía de cerca. La organización confirmó la asistencia de 48.000 personas, apostamos a que no menos de 45.000 vieron a la barcelonesa sentar cátedra una vez más. Un entorno de dimensiones gigantescas que es, precisamente, para el que está diseñado su espectáculo. Prácticamente un documental en directo con una factura audiovisual impecable.

Los elogios se nos acaban, Rosi sigue presentando su disco ‘Motomami’ –segundo puesto de los discos nacionales del año 2022 para la prestigiosa web musicopolis– y todos sus hits ya nos parecen clásicos que llevamos muchos años cantando. Sabemos y nos consta que su show está milimetrado hasta los detalles más nimios, pero ella interactúa con las primeras filas, sonríe a la cámara, hace como que improvisa y logra una espontaneidad fascinante. Su foto sale en el diccionario en la C de Carisma. Con mayúsculas.

Rosalía en Madrid. FOTO: Ricardo Rubio.
La Bad Gyal

Termina la catalana y llega la estampida, o a Bad Gyal o corriendo a las lanzaderas para minimizar lo posible el tiempo de vuelta a casa. Recorremos por última vez el recinto, donde nos hemos sentido muy cómodos. ¿Volveremos el año que viene? la organización asegura que en 2024 el festival se celebrará “en la comunidad de Madrid”, pero evitan significarse con una localización que les ha generado tantos problemas.

Este 2023 Primavera Sound había llegado a Madrid con una identidad esculpida durante 20 años. ¿Qué es la identidad? Es cuando un festival vende muchos abonos incluso antes de anunciarse un solo artista. Plantearon un cartel ecléctico y paritario. Ecléctico de verdad, no del ya conocido “me da igual quién toque”, pero en la capital se dieron cuenta de que 3 grandes cabezas de cartel para 3 nichos de públicos muy diferentes: Blur, Depeche Mode y Rosalía (con el bonus track de Kendrick Lamar para el que viene de fuera) no bastaron para vender abonos suficientes.

Los problemas de movilidad y lluvia han sido serios, con una cancelación del jueves que siempre se recordará como un hito muy negativo. Pero queremos apostar por un festival cuyas ventajas son innegables. Ha sido maravilloso vivir Primavera en la ciudad, sentir la profesionalidad de un equipo de 2000 trabajadores y disfrutar de buen sonido en todos y cada uno de los escenarios de la ciudad del rock, algo habitual en grandes festivales europeos pero casi un milagro en Madrid.

Ciudad donde estamos demasiado acostumbrados a que la música sea lo de menos frente a complejas maniobras de ingeniería financiera y trapicheo político que exceden las competencias de este medio. Ya valoraremos sus acciones en el futuro, pero por el momento aplaudimos el arrojo de Primavera Sound de querer seguir forjando una identidad en un lugar tan necesitado.

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