Andrés Calamaro durante su concierto en el Río Babel 2024 en Madrid

Calamaro y Juanes en Río Babel: calor, rock, cumbia y lololó

Crónicas

Argentina, Colombia. España. Buenos Aires, Medellín, Madrid. Andrés Calamaro y Juanes como principales reclamos de la jornada inaugural del Festival Río Babel 2024. El asfalto del aparcamiento de La Caja Mágica arde que flipas bajo los pies de los 16.000 asistentes (si se llega a petar con 35.000 como en Green Day se hubieran abierto las puertas del mismísimo infierno). Valientes (o inconscientes) en busca de una sombra inexistente durante la tarde, esperando pacientemente que la noche les ofrezca el refugio salvavidas antes de que el sol queme todas sus energías. La hostilidad de un festival de verano en Madrid, en definitiva.

La noche cayó, menos mal. Y Calamaro trajo la luna debajo del brazo para que fuera testigo de una considerable sucesión de temazos. Muy centrado el argentino, correctísimo, sin movidas ni paranoias, nada de política (mejor), sin comentarios delirantes. Un poco una pena eso, porque si algo hace de Andrés un tipo particular es su empeño en llevar al público situaciones prácticamente de incomodidad, como cuando hace un par de temporadas se enfadó en el WiZink Center por el excesivo número de móviles grabándole. All you need is astracanada pop. Pero, bueno, siendo sinceros, casi mejor que no se nos vaya la puta cabeza, que ya bastante calor hace y ya se sabe que los papeles se pierden rápidamente cuando el mundo se achicharra.

Led Zeppelin para empezar

Sin malos rollos, directo y al meollo. Algo menos de hora y media, canción tras canción, destilando rock con una banda de lo más solvente que arranca la velada con el riff de ‘Kashmir’ de Led Zeppelin enlazado con ‘El día de la mujer mundial’. Declaración de intenciones de manual entre un pequeño mar de camisetas de Messi y Maradona. Argentina en su más pura esencia para los que somos de fuera. Y como esta gira, que se llama con sorna ‘Agenda 1999’ conmemora los 25 años de ‘Honestidad brutal’, esa es la senda de un repertorio en el que no cabe ni una de Los Rodríguez (mira qué bien). ‘Cuando te conocí’, ‘Eclipse’, ‘Son las nueve’, ‘Las heridas’. ‘La parde de adelante’. ‘Socio de la soledad’.

Todo muy compacto, Andrés correctísimo. Apenas un saludo a Madrid y a seguir levantando el armazón del rock con German Wiedemer (piano), Andrés Litwin (batería), Julian Kanevsky (Guitarra), Mariano Dominguez (Bajo) y Brian Figueroa (guitarra). Una banda de lo más consistente que arropa a un Calamaro más aferrado que nunca a su guitarra, aunque por supuesto sin olvidarse de teclas tan emblemáticas, verbeneras y coreables como las de ‘Maradona’ (que es mi amigo y una gran persona, el diez). Vaya pedazo de obra maestra ‘Honestidad brutal’, por cierto. Porque sí.

Disfrutón y currante Andrés

El vacile de ‘Voy a dormir’, la intensidad de ‘No tan Buenos Aires’ y ‘Clonazepán y circo’. Disfrutón y currante está esta velada de julio Andrés, cómodo con su voz (como procede a la propuesta) levemente cascada. ‘Te quiero igual’. ‘Cuando no estás’. Un bonito lololó para llevar en volandas a la ‘Flaca’ que resultó ser ‘Paloma’ después de todo. Y un bis de lo más emocional con ‘Crímenes perfectos’ antes del remate de la hinchada con las camisetas al viento con otro lololó, este ya sí que sí interminable cántico tribal: ‘Los chicos’ («muchos amigos se fueron antes que yo y me dejaron solo, por eso si el invierno hace frío, también bajo al infierno un poco»).

Decía Sofia Coppola que ‘Lost in translation’ trata sobre momentos de la vida que son geniales pero que no duran, que no continúan, pero siempre tienes el recuerdo y tienen un efecto en ti. Y exactamente en eso pienso mientras escribo estas líneas, seguramente porque en la tele está sin sonido ‘El Padrino III’ y están a punto de asesinarla. Francia ha eliminado a Portugal en la Eurocopa. Pasan tantas cosas a la vez al mismo tiempo en todas partes, que un concierto de Calamaro resulta ser un buen lugar para entrar a vivir. Para ser tiroteado también, pero esa es otra historia para otro rato. Se hizo corto, pero así es el modelo de consumo de los festivales, que más que fast food es ya de buffet libre: paladeemos mientras podemos.

Juanes en el Río Babel. Todas las fotos son de RICARDO RUBIO.
La Fender Stratocaster blanca de Juanes

Antes, cuando el rey sol todavía caía a plomo contra nuestros cuerpos lozanos, salía Juanes con su Fender Stratocaster blanca encordada al revés para una bestia parda zurda, como decía Ford Fairlane. Con la pinta del jevata que de corazón es aunque no lo parezca, desafía a la calorina con ‘Mala gente’, ‘Amores prohibidos’ y esa cosita tan bonita que es ‘Nada valgo sin tu amor’. Tremenda canción pop. Y luego cumbia aquí, cumbia allá. Sin parar. Y se contagia que no veas.

A partir de ahí un hit detrás de otro de esos que llamamos atemporales porque envejecen más lento que nosotros que los cantamos. ‘Volverte a ver’, por ejemplo. ‘Fotografía’. ‘Es por ti’. Por supuesto, ‘La camisa negra’ y ‘A Dios le pido’. Exijo desde aquí un consenso internacional para que todos los conciertos, como los de Bruce Springsteen, acaben con ‘Twist & Shot’ y ‘La Bamba’. Así lo hizo Juanes, que cambió lo que quiso al cantar y fue, claro, mogollón de bailón. Liberador y sanador como una ducha en el desierto en el que en verdad estamos, aunque sea un espejismo maqueado para la ocasión. Estuvo muy bien Juanes, no le había visto nunca en directo y se lo monta genial (aunque no se nos fue por peteneras metaleras, cachis).

‘Me enamora’ se convierte en ‘Bésame mucho’ en este puente entre España y América que se levanta en La Caja Mágica. El cierre con ‘La luz’ resulta ser un poco como los pitufos maquineros y no hace justicia a lo anterior. Aunque como el personal ya es consciente de que o baila o muere opta por bailar y no morir. Una decisión inteligente, como la de juntar en una misma jornada a Juanes y Calamaro en este Río Babel que continúa durante el finde, aunque no con nosotros. No por nada, es que la vida te lleva por caminos raros y todos llevan al recinto Iberdrola Music. Otra historia por venir. Otro festival en la capital al que sobrevivir.

SIGUE A MERCADEO POP EN

Comparte
Tagged