Los fans más acérrimos de Pearl Jam están estos días entre enfadados, molestos, indignados y apenados por los precios de las entradas para ver a la banda en Barcelona. Recordemos que, además de su cita en el Mad Cool, la banda ha confirmado dos conciertos propios en el Palau Sant Jordi los días 6 y 8 de julio de este año. Y recordemos también que hace treinta años Pearl Jam llevaba a juicio a Ticketmaster por los abusivos precios de sus entradas: detalle en absoluto baladí en el caso que nos ocupa.
Precios de las entradas para Pearl Jam en Barcelona en 2024
PL1 PISTA 140€ + 18,50€ gastos + 6€ charity (Vitalogy Foundation)
PL1 GRADA 140€ + 18,50€ gastos+ 6€ charity (Vitalogy Foundation)
PL2 GRADA 99€ + 13€ gastos+ 6€ charity (Vitalogy Foundation)
El malestar de los seguidores del grupo lo ha manifestado públicamente EstupidaFregona.net, sitio de referencia y de congregación para los parroquianos de Pearl Jam en nuestro país: «Somos EstupidaFregona.net, un grupo de fans de Pearl Jam y miembros del Ten Club, que desde 1999 se ha ido encontrando en redes sociales, conciertos y eventos relacionados con la banda. Y que ha acabado formando una gran comunidad de la que nos sentimos orgullosos».
«Nos sentimos en la obligación de escribir esta carta en respuesta a la situación vivida en las últimas horas tras el anuncio de la banda de su gira de conciertos en 2024», explica el grupo de fans en un comunicado ampliamente difundido en las redes sociales. Unas líneas que, extrapoladas más allá del caso concreto del que hablan, resumen concisamente el sentimiento de toda una generación que se ha dejado media vida persiguiendo a sus grandes grupos (porque quiso y porque le rentaba a todos los niveles) pero ahora se siente decepcionada y maltratada por el ‘todo por la pasta’. Mientras tanto, en cualquier caso, la realdad es que las entradas se agotan en minutos en todas las partes del mundo.
Y aún prosiguen y reproducimos íntegramente:
«Desde la última visita de Pearl Jam en 2018 al mismo Palau Sant Jordi a los conciertos de este año, el precio final de las entradas se ha visto incrementado un 69%. De 98 a 165 euros. Por ponerlo en contexto, los salarios en este mismo período han subido un 8%».
«Hasta ayer, todos los anuncios de gira vividos habían sido grandes momentos de emoción, nervios y planificación por volver a encontrarnos con viejos y nuevos amigos en diferentes ciudades del mundo para ver a la banda que nos une. Y la sensación hoy es completamente distinta».
«Siendo conscientes de que la situación económica actual a nivel global puede influir en el precios de las entradas, creemos que la banda tiene gran poder de decisión sobre este asunto. Y, conociendo sus valores, no asimilamos que Pearl Jam se convierta en un bien de lujo, reservado para unos pocos privilegiados».
AC/DC y Bruce Springsteen
Poco más que añadir en realidad a lo expresado en esta carta, que va directa al meollo de una cuestión que se repite reiteradamente de un tiempo a esta parte. Esta misma semana, AC/DC ha anunciado un concierto en Sevilla para mayo cuyas entradas cuestan de 119 a 170 euros, lo cual ha provocado reacciones muy similares entre la parroquia más hard rockera. Es normal, se le quitan a uno las ganas después de haberles visto decenas de veces en sus mejores años. «Si no pasan por caja los de siempre, ya pasarán otros que puedan o quieran, aquí hay que apretar al personal porque esto es un negocio», parece (claramente) ser. Y el personal, como es así, como somos así, se lo sigue pensando, sigue aguantando… o no.
Bruce Springsteen cabreó de lo lindo a sus seguidores norteamericanos por los elevados precios de su actual gira por aquellos lares hasta el punto de provocar el cierre de Backstreets, un fan-site de referencia mundial que expresó así el sentir general de unos seguidores que se sienten inevitablemente defraudados y exprimidos. Comparativamente, en España tampoco son baratos los conciertos de Bruce este año en Madrid y Barcelona, pero hay que decir que cuestan menos (aún siendo mucho) que las de Pearl Jam y AC/DC, sin ir más lejos. Habrá que confiar en Robert Smith, último gran nombre en desafiar a Ticketmaster.
Precios al alza constante y sin fin
El precio al alza constante y sin fin de las entradas para los grandes conciertos es un tema recurrente. Lo estamos viendo constantemente y no es algo de ahora (Rolling Stones, Guns n’ Roses, Bon Jovi…), aunque cada vez suben un poquito más que la anterior. Ocurre, eso sí, que esta semana se han juntado dos ejemplos paradigmáticos que, por supuesto, no son los únicos y ya veremos lo que está por venir. Asistir a ellos puede suponer un gran esfuerzo para las economías de muchos de los seguidores que han ido acompañando a estas grandes bandas a lo largo de las décadas y esa es la gran pena.
Entre tanto, ahí está el Mad Cool, el modelo festivalero a granel que no se puede comparar con un gran concierto único, donde la entrada de día suelto para ver a Pearl Jam el 10 de julio sale por 97,90 euros con gastos incluidos porque en esas estamos.
Ah, y por cierto, ver a Bryan Adams en noviembre en el WiZink Center cuesta en pista 58 euros con gastos incluidos. No está al mismo nivel que los otros artistas mencionados, pero está a un nivel considerablemente alto. Eso le convierte en un caso rarísimo en estos tiempos turbocapitalistas e inflacionistas que atravesamos hechos añicos como quien atraviesa accidentalmente una cristalera pensando que no había cristal. Porque la cuestión no es poder pagar o no estos precios tan altos, sino contribuir conscientemente o no a una economía especulativa que convierte la cultura en un mercadeo.
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