Lo nuevo de Bon Jovi valdría si acaso en solitario

Críticas Discos

Es imposible. Partiendo de esa base, ya solo queda calcular cuanto más o cuanto menos cerca se queda la cosa de la línea roja trazada en nuestras cabezas. ‘2020’, aún siendo un titulo inesperadamente perfecto, no es un disco que vayamos a querer recordar. Puro 2020, en definitiva.

Pasa, eso sí, que este disco estaba hecho antes de toda la mierda que nos come la vida ahora. Salvo dos canciones: ‘American reckoning’, que va sobre el racismo, y ‘Do what you can’, que va sobre el mundo distanciado del coronavirus.

Como disco ‘social’, la verdad es que está bien planteado, pues es hijo de su tiempo. Más que nunca en el caso de Bon Jovi. Lo que no me gusta es que, aparte de que las canciones no son son aboluto soberbias, me parecen desagenladas. No estamos hablando de una banda.

Para Bon Jovi, ser una banda siempre fue parte intrínseca de lo que tenía que ser. Hace varios discos que eso ya no es así, ni lo parece. En este caso es determinante, pues firma él solito ocho de las diez canciones.

Que no voy a comparar ahora, pero exactamente a eso suena esto: a disco solista. Pero con menos canciones que aquel ‘Destination anywhere’ de 1997 en el que, en efecto, lo que sobraba era inspiración para escribir esas canciones que ahora las ves, ahora no las ves: no están.

A ver, está ‘Limitless’, que es resultona a deshora ya. Está el punto country de ‘Do what yo can’ que nos lleva a ‘Lost highway’ como si aquello fuera un lugar al que volver en realidad, está ‘American reckoning’ que es un ejercicio interesante y voluntarioso que no está nada mal en verdad.

Luego está ‘Beautiful drug’ que tiene exactamente las mismas guitarras que ‘This house is not for sale’ y te preguntas si acaso no hay otras movidas. ‘Story of love’ es mogollón de irrelevante y ‘Let it rain’ tiene intención. Sin más.

Es así: Bon Jovi tiene el problema del peso de la marca. Les pasa a todos. Y no vamos a comentar, o sí, que la forma de cantar de Jon, que ni canta ni nada. Recita y no se esfuerza una mierda. Ahora menos que nunca ya que, total, hablamos del único ser humano capaz de meter 55.000 personas en el Wanda sin cantar absolutamente nada. Qué fuerte es ese power: es lo más cercano a ser dios.

‘Lower the flag’ es otra canción acústica que no me dice prácticamente nada. ‘Blood in the water’, por contra, es salvable. Muy salvable, aún a pesar de ese punto a lo Dire Straits que lleva al inicio y que sí, sí, sería otra cosa de estar Richie Sambora y de ser esto un grupo.

Aún así, este ‘Blood in the water’ que se queda con las ganas de ser aquel ‘Dry county’ del ‘Keep the faith’ (1992) tiene un algo que te puede poner. Que te pone horny: las cosas hay que decirlas. Que en 2020 una nueva canción de Bon Jovi escale con cada escucha es un logro de puta madre.

‘Brothers in arms’ pretende ser un himno guitarrero que no me transmite absolutamente nada. Y ‘Unbroken’ pues bueno, tiene su punto épico y guerrero, sin duda acorde con el tema de los veteranos del ejército estadounidense. Tampoco está mal, pero bien del todo no.

Me gusta más, como enésimo disco crepuscular y fuera de su tiempo, ‘This house is not for fale’ (2016). No sabría ahora mismo, aún, donde colocar este ‘2020’. Hay que ser muy petulante para decidir en un día dónde cuadra un disco de Bon Jovi después de 35 años largos de canciones.

Me lo voy a pensar un poco más, no quiero ser ese tipo de periodista que sentencia, cierra el ordenador y abre los mares a su paso. No soy ese. Ese es, en todo caso, Jon Bon Jovi, quien confía absolutamente en unas canciones que requieren en realidad altas dosis de fe.

No es lo mismo confiar que tener fe. No es lo mismo ‘2020’ que el jodido ‘Keep the faith’.

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