kutxi documental

Kutxi Romero: «Las putas, los músicos y los titiriteros somos los grandes olvidados»

Entrevistas

Kutxi Romero termina el año de la pandemia con un puñado de recitales acústicos en teatros.

Lejos de la potencia rockera de Marea, que protagonizó una de las giras más multitudinarias de 2019, José Carlos Romero (Berriozar, Navarra, 1975) vuelve a la carretera por él y por su gente.

Y afronta tres conciertos consecutivos en Arganda del Rey (5 de diciembre) y el Teatro EDP Gran Vía de Madrid (6 y 7 de diciembre). De esto y de lo que va surgiendo hablamos en esta distendida charla telefónica.

Qué pasa, Kutxi, qué tal. Te has animado a salir por ahí en este año de mierda
Sí, ya ves. Vamos esquivando a los francotiradores. Acordándonos de George Orwell, que sí que resultó que era Nostradamus y dijo aquello de que solo se podría salir a trabajar, nada de divertirse. Allá vamos.

Menudo contraste a la gira del año pasado con Marea, que congregó a más de 250.000 personas
Mi plan era ya confinarme al terminar la gira monstruosa con Marea, pero no tanto, no así. Me interesa poco el mundo y viajar. A los pensadores como yo nos gusta más imaginarnos las cosas que verlas, porque son mucho más guapas así, de manera que pensaba quitarme el sombrero, ponerme la boina y ya. Mi plan era encerrarme en el pueblo, pero no tan excesivamente. Así se han puesto las cosas.

«La cultura es una debacle absoluta, hay dramones»

Y te has decidido a hacer estos conciertos por ti, claro, pero también por todo el equipo de técnicos, que está paralizado por la pandemia. Lo resumiste en el concierto de Murcia al decir que es «por ayudar anímica y económicamente» a tu «entorno más cercano»
No tenía pensado hacer absolutamente nada, pero lo de la cultura es una debacle absoluta. Hay dramones. Me río de todo, menos de lo que no tiene ni puta gracia. Y esto no la tiene. Me he animado por mis músicos, montadores y demás, que son los que las pasan putas de verdad. Un trabajador de la farándula no se puede reconvertir fácilmente. En nuestro equipo no tenemos ningún chaval, somos gente adulta con responsabilidades.

De manera que salir de gira, aún en estas circunstancias, se convierte de alguna manera en un acto de responsabilidad…
Puede ser. Como no soy Manu Chao, ni Bono, que intentan solucionar todos los problemas mundiales, y no lo digo en absoluto para mal, bien por ellos, yo intento arreglar lo que abarco alrededor con mis dos metros.

«De mis técnicos, los más afortunados están uno en una tienda de ordenadores y otro en el Decathlon»

Lo decís todos los músicos y así ayudáis a que nos demos cuenta de esa labor invisible de los técnicos. En un año sin conciertos, los que pueden trabajan de cualquier cosa.
De mis técnicos, los más afortunados están uno en una tienda de ordenadores y otro está en el Decathlon. Y los demás silbando y viendo pasar las balas… que ya les han dado.

Son los más olvidados dentro de los olvidados
Como las prostitutas, los ‘teatreros’, somos los grandes olvidados. Todo el mundo acude a nosotros cuando le falta alegría, pero somos inexistentes. Las putas, los músicos y los titiriteros somos los grandes olvidados.

Y eso que de esta íbamos a salir todos juntos y… ¿mejores?
Ah… la empatía. Hasta que no te roza la guadaña una pierna no te das cuenta de que existe la muerte. A eso va encaminado este mundo tan tecnológico, tan vacío, tan vacuo: a la pantalla. El ser humano es estúpido por naturaleza y después de esto seguiremos siendo igual de estúpidos y más.

Al menos, como un mínimo consuelo, tenemos esta gira en acústico con tus guitarristas Pete y Juanito. Es algo que, en realidad, ya has hecho en el pasado
Entre gira y gira de Marea siempre estoy con la guitarra por ahí. Que no son conciertos, son como cursillos de autoestima… Que un chaval pueda verme en un teatro tocando mal la guitarra y cantando como un grajo enfermo, es una lección para que puedan pensar que si yo llevo 25 años y aún va la gente a verme, muy difícil no debe ser, jaja.

Es algo totalmente opuesto a un gran concierto de rock
Y me llaman mucho. Es un formato muy fácil con tres tíos, tres guitarras y un micrófono. No llevamos grandes montajes, somo tres sillas y tres cables. Para el camerino exijo más cosas que para el escenario, jaja.

Habéis hecho ya un par de fechas de esta gira. ¿Cómo están las sensaciones?
Pues ni yo estoy cómodo, ni el que está viendo está cómodo. Ni el que organiza tampoco. El que está tocando está viendo un montón de ojos que no sabe en qué estado anímico están. El que organiza, cagado porque haya un brote. Es una huida hacia adelante, creo que necesaria, aunque no sé para quien.

Pues para todos, empezando por los que se suben ahí arriba a tocar
Es posible. En mi caso, estoy perdiendo la identidad. No he pasado tantos meses sin subirme a un escenario desde hace casi treinta años. Eso te lleva a que, de pronto, hay días que no sabes si eres cocinero o montador de muebles. Pierde uno la perspectiva de él mismo. Te ves desde fuera y te dices ‘pero si yo era una estrella del rock hasta hace seis meses’, jaja. Son, desde luego, lecciones vitales.

«En enero nos reuniremos los Marea en el local»

Una cosa que ha conseguido la pandemia ha sido reunir a Marea mucho antes que otras veces -ocho años pasaron desde 2011 hasta su último disco, de 2019-. Porque creo que vamos a tener noticias más pronto que tarde, ¿puede ser?
Hay otros miembros del grupo tienen sus proyectos aparte, pero todo eso ha quedado aparcado por esta situación. Nos juntamos en un cumple hace cosa de un mes y como no se puede hacer nada, hablamos de preparar. Así que vamos a esperar a que pase la temporada de setas y las navidades y nos juntaremos en el local. En enero, Dios mediante y si seguimos todos vivos con la de goteras que tenemos, nos reuniremos a tocar, a ver qué sale. La única premisa es que estemos los cinco vivos.

Bueno, y que no se acabe el mundo…
Me esperaba otro fin del mundo, está siendo muy cutre el apocalipsis. Esperaba catástrofes naturales y más épico, pero vaya fin del mundo de mierda.

Bueno, Kutxi, pues te voy a dejar ya. Pero para terminar, un bis: ¿Cómo te gustaría que saliera la gente de estos conciertos que tienes por delante? ¿Con qué vibra?
Siempre intento que todos se diviertan tanto como yo. Si tengo la sensación de que la gente se divierte, me vale. Algún día alguien me dirá que menudo coñazo, pero no ha pasado eso aún, jaja. Intento poner un biombo de dos horas delante de la realidad y que estemos todos un rato en mi mundo. En la parte agradable de mi mundo, que no se está tan mal.

Comparte

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *