Tres años después de su anterior álbum, nueve después de su debut y a punto de cumplir veinte como banda, Vetusta Morla sintieron la impostergable necesidad de replanteárselo todo. De detenerse para cerciorarse de cual era realmente su lugar en el mundo para encontrar así el camino a recorrer a partir de ahora.
Ese es el latido de su cuarto disco, Mismo sitio, distinto lugar, que marca su regreso. «La realidad y nosotros mismos estamos cambiando, pero si no cambia el modo en el que lo cuentas todo, llegará un momento en el que esa manera no será capaz de reflejar las cosas. De ahí nuestra necesidad de cambiar la forma de contar nuestras emociones y las historias que nos pasan por la cabeza», explica a Mercadeo Pop el guitarrista Juanma Latorre.
Y añade a este respecto: «Está todo entremezclado, pero hay algo de llegar a un punto en el que el lugar en el mundo que te habían o que tu mismo te habías atribuido te resulta incómodo y ves necesario encontrar uno nuevo. Es como un recorrido por los diferentes estados emocionales que se producen en un proceso de transformación y búsqueda de una nueva identidad».
Esta necesidad de mutación da como resultado un disco con diez nuevas canciones que, efectivamente, suenan distintas a su obra precedente y que muestran a unos renovados Vetusta Morla, que se han «complicado la vida» porque «para hacer cosas nuevas tienes que hacerlas de manera diferente para que no vuelvan a salir igual».
«En esta ocasión hemos agarrado instrumentos que no nos eran familiares, eso hace que tu perspectiva cambie totalmente», destaca Latorre, quien desvela que en este disco todos los miembros del grupo han «tocado algún instrumento que se escapaba» de su «control». «Eso lo convierte en un juego e incluso hemos propuesto arreglos más allá de nuestras competencias habituales, por así decirlo».
«Es que no sabes dónde está tu mejor canción. Pensar que ya has dado lo mejor de ti mismo te acomoda y puede que no sea ni cierto», señala Latorre sobre las ambiciones compositivas de la banda, antes de que tome la palabra el batería David ‘El Indio’ García para recalcar que tienen esa «inquietud creativa por buscar nuevas maneras, explorar nuevos terrenos, atreverte al riesgo, ponerte a prueba, salir de la comodidad de hacer las cosas de forma parecida».
Y tercia entonces el bajista Álvaro B. Baglietto para lanzar una afirmación mientras sus compañeros asienten: «Es más forzado seguir haciendo lo mismo que ir evolucionando y moviéndote. Es mucho más emocionante el cambio, no hay crecimiento si no evolucionas».
Los tres coinciden al subrayar que el cambio de sonido se debe a que en esta ocasión han utilizado al estudio de grabación como un miembro más de la banda, aprovechando todas sus posibilidades de la mano de Carles Campi Campón en la producción y Dave Fridmann en las mezclas.
«Está casi todo grabado tocando juntos en el estudio. Es muy orgánico pero luego hay un tratamiento de sonido que lo hace diferente y por eso puede parecer electrónico», aclara ‘El Indio’ en respuesta a las primeras reacciones sobre su aparente cambio de sonido hacia esos terrenos electrónicos.
Y Juanma Latorre añade a este respecto: «No se sabe en realidad lo que está pasando. Si destripáramos el disco, muchos sonidos electrónicos se sabría que son acústicos pero luego tratados no por medios electrónicos, sino otro tipo de aparatos. Lo escucho ahora y hay cosas que aún habiéndolo hecho nosotros, me preguntó cómo lo hemos hecho».
Lo que sí está claro, es que Vetusta Morla ha trabajado durante algo más de un año en esta su cuarta entrega, empezando desde su local madrileño y llegando hasta un «pueblecito remoto del estado de Nueva York -Cassadaga-. Pasando durante una temporada por los legendarios Hansa Studios de Berlín.
«Allí rastreamos las transformaciones que sufrieron artistas que admiramos como David Bowie, Iggy Pop, U2 y R.E.M.», explica Latorre sobre su etapa berlinesa rememorando obras capitales de esos nombres que menciona y que nacieron en los Hansa Studios. «Tengo un recuerdo muy bueno de entrar al estudio la primera mañana y la sensación que nos dio de clima musical, de años de historia. Eso apoyó a que hiciéramos un desarrollo del disco muy bueno», rememora ‘El Indio’.
De la misma opinión es Baglietto, quien asegura que para crear «todo influye: la gente con la que trabajas, el lugar, el tiempo que tienes». «Ha influido también mucho en este caso la forma de trabajar. Estar en los Hansa es un lujo muy emocionante. Fuimos allí con un concepto de continuación de la preproducción, con todo abierto, no solo para grabar. Además, Berlín tiene una historia que iba muy de la mano con el trasfondo de todo el cambio del que hablamos», apunta.
A falta de apenas dos días para el lanzamiento, que será simultáneo en España y en países de América, no hay nervios en Vetusta Morla. «Si sintiéramos presión no hubiéramos hecho este disco de esta manera», afirma Latorre, al tiempo que resalta: «Sabemos que hay mucha gente pendiente, pero siempre hemos llevado nuestro caminito».
«Que el hecho de vivir de la música sea para nosotros un feliz accidente del destino o que nos haya tocado la lotería del cosmos, o como quieras decirlo, nos da un margen de libertad y de tranquilidad para hacer lo que nos dé la gana. Puede parecer muy sobrado pero es así de cierto. Nos sentimos así de totalmente libres», afirma totalmente respaldado por sus compañeros.
Va más allá incluso el guitarrista al asegurar que «al encontrar el fin y el placer en el propio ejercicio de la profesión musical», no les hace falta «nada más aparte de que eso sea honesto y estimulante». «De ahí la necesidad de un cambio para renovar los votos como haría un matrimonio», remacha entre risas propias y compartidas.
Una vez el disco esté en la calle y convenientemente asimilado, el grupo volverá a la carretera para una gira que empezará el 1 de marzo en Lima. «Tenemos ilusión y ganas de más. Nos gusta mucho viajar, nos encanta y es un privilegio conocer otras culturas y otras gentes», indica Baglietto, quien anticipa que después de las fechas anunciadas por ahora, habrá más y diferentes propuestas en vivo por su parte.
«Es que el éxito es la oportunidad de ir a sitios nuevos a tocar delante de otra gente», remarca el batería de la banda. «Y que además podamos vivir de ello haciendo la música que queremos, siguiendo juntos compartiendo momentos como hacemos desde hace muchos años, conociendo otras culturas», apostilla.
La gira de presentación de Mismo sitio, distinto lugar, arrancará en Lima (1 de marzo) y transitará después por Santiago de Chile (3 de marzo), Bogotá (8 de marzo), Medellín (10 de marzo), Ciudad de México (15 de marzo) y Buenos Aires (23 de marzo).
Turno será luego para territorio español con Salamanca (28 de abril, Multiusos Sánchez Paraíso), Murcia (3 de mayo, Recinto Ferial de La Fica), Sevilla (5 de mayo, Auditorio Rocío Jurado), A Coruña (12 de mayo, Coliseum) y Barcelona (19 de mayo, Palau Sant Jordi).
Acto seguido, incursión portuguesa para presentarse en Oporto (25 de mayo) y Lisboa (26 de mayo), para retornar a Valencia (1 de junio, Ciudad de Las Artes y las Ciencias), Madrid (23 de junio, Explanada Exterior de La Caja Mágica) y Bilbao (30 de junio, Explanada del Museo Guggenheim). Siempre evolucionando, siempre desde el mismo sitio para llegar a distintos lugares.