Tulsa (2011) Sala El Sol. Madrid

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Lugar: Sala El Sol. Madrid
Fecha: 13 septiembre 2011
Asistencia: 400 personas
Artistas Invitados:
Precio: 11,50 euros
Músicos: Miren Iza (Guitarra acústica y Voz), Alfredo Niharra (Guitarra y coros), Gabriel Marijuan (Batería), Miguel Guzmán (Bajo y guitarras), Alberto Rodrigo (Bajo y coros), Charlie Bautista (Teclados y coros)

«Me voy una temporada larga a Nueva York. A hacer cosas diferentes, a vivir. Por qué no. Canciones, grabaciones y demás caprichos evacuativos seguirán existiendo, porque Alfredo Niharra y yo seguiremos con Tulsa. No me quiero poner melodramática porque suelo acabar pasándome así que voy al grano: os invitamos al de momento último concierto de Tulsa el martes 13 de septiembre en la sala Sol. Me encantaría veros por allí, malditos».

Recién aterrizado de Alemania, donde nadie comprende por qué el potencial español se pierde sin remedio, nos plantamos en la Sala El Sol para despedir a Miren en lo que es una nueva fuga sangrante de talento allende nuestras fronteras. Tía no te vayas. Cierto es que te pasas, que tus canciones de desamor, desengaño y desánimo son demoledoras, no precisamente agradables, te dejan mal cuerpo, duelen y sangran, pero aún con esas, no podemos permitirnos tal pérdida. Te lo pedí en el Costello pero ya era muy tarde y todo muy borroso, así que mejor por escrito. Lo que cantas llega y golpea.

El concierto fue, en cualquier caso, una celebración en la que la banda puso su habitual elegancia y el público se dedicó a paladearlo. Curioso comprobar cómo las chicas alzaron la voz en grupo, reivindicándose, para cantar eso de «yo no soy una de esas ilustres amigas tuyas que la comen tan bien». Curioso escuchar los ventiladores de la sala a pleno rendimiento durante ‘A mis brazos’, esa deliciosa (y grandiosa y estremecedora) adaptación al castellano del Into ‘My Arms’ de Nick Cave. Silencio absoluto sólo roto por un teléfono de fondo que suena desde la oficina, lejos, al fondo. ¿Por qué llamas a estas horas? Romper un silencio así no tiene perdón, oh dios.


Sonaron las canciones de ‘Sólo Me Has Rozado’ (2007) y ‘Espera la Pálida’ (2010). Siempre oscuras y fronterizas, ‘Matxitxako’, ‘Tus Flores’, ‘Te Ofrecí’, ‘Barro’, ‘Solamente Me Has Rozado’, ‘Seguramente Me Lo Merezco’… Leo por ahí que Tulsa es como Cecilia cantando acompañada por los Jayhawks. Jo, qué guay, eh. Nada más y nada menos. En algún momento me acuerdo de Chris Isaak, de Quique González, de Rebeca Jiménez, de DePedro, de Johnny Cash. Jo, qué guay, eh. Sale Santi Campos a cantar un poquito en ‘Algo Ha Cambiado Para Siempre’, que suena sorprendentemente divertida, cercana al bluegrass, a pesar de tener una letra terriblemente dolorosa. La muerte sacude, ¿lo has sentido?

Algo se ha partido dentro de mi, yo que había pedido que esto no nos pasara a ti y a mi, canta Miren mientras hay miradas perdidas entre la concurrencia. Hora y media después la fiesta concluye entre vítores y aplausos y con una sensación reparadora lejana a la desesperanza a pesar de todo. Nueva York tiene algo que atrae. Si quieres profundizar en la psiquiatría (como es el caso, sí, aunque con la guitarra a cuestas), desde luego hay caladero. Serás las luces, los neones, los taxis amarillos, las alcantarillas humeantes. Pero en realidad es difícil que se convierta en tu hogar si llegas de fuera. Por eso ya esperamos el regreso de Tulsa, que no se van, que son de aquí, que merecen tanto la pena. Jo, qué guay, eh.

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