– TPAR (2008) Sala La Sal. Madrid

Crónicas

Lugar: Sala La Sal
Fecha: 4 julio 2008
Asistencia: 100 personas
Artistas Invitados:
Precio: 6 euros
Músicos: Oscar Amaro (voz y bajista), Jaime Sanz (guitarra y coros), Gustavo Camacho (baterista), Luisfer (guitarrista)


Setlist: Far lakes, Número 1, Hoy te marchas, Quién sabe quién, Que el sol te cambie, Canción corta, Por qué quieres qué, Yo entendí, Noches como antes, Por siempre, Al otro lado del mar, Jaime, Hoy
Bis: The reason (versión de Hoobastank), Por qué quieres qué

El mundo del espectáculo es injusto con The Perdidos al Río (más conocidos universalmente como TPAR). Cuando mejor tocan, menos gente va a verles. No es que anteriormente hubieran paseado palmito reventando garitos, pero sí que lograron amasar cierto poder de convocatoria fiel que, poco a poco, les situaba en el mapa. Sin embargo, varios meses sin dar señales de vida por los sonidos de la noche (hay que dejarse ver más) convirtieron su regreso a los escenarios, a su bien conocido escenario de La Sal, en una cita inmejorable para saludar a los acólitos.

Porque mientras en los grandes conciertos los asistentes expresan con desenfreno todo su cariño hacia unas estrellas que no conocen, en los más pequeñitos músicos y público establecen una relación directa, personal, ‘viceversesca’, simbiótica, necesaria. Que sí, que cuando estás entre 80.000 personas (o las que sean) y te dan las gracias desde el escenario por estar allí te hace ilusión pero, qué demonios, no es lo mismo cuando puedes abrazar uno por uno a los componentes del grupo antes y después. Y saludas a las novias, a los amigos, a los conocidos, a los compañeros de trabajo de los amigos, y aquello termina siendo como un tanatorio, sólo que no te da vergüenza alegrarte de ver a la gente.

Todo el bar es un backstage gigante, pero es que, además, puedes entrar el backstage enano y saludar y volver a saludar, y dar ánimos, hasta que te retiras y esperas, como en cualquier otro concierto, a que la banda tome el escenario. A partir de ese punto, la música en directo es eso, música, aunque puedas seguir haciendo gestos hacia los músicos, y aunque ellos saluden casi uno por uno a cada integrante de su concurrencia. La celebración colectiva arranca, toma forma, camina y adquiere conciencia de sí misma al cabo de unos minutos. Ya sólo queda que ambas partes se dejen llevar y todo hecho. No faltan las bromas sobre Amy Winehouse, que toca a esa hora en Arganda del Rey. Óscar agradece que el público les haya elegido a ellos y aclara que, total, Jaime es incluso más politoxicómano que ella… yo ahí lo dejo.

Ataviado con una forofera aunque siempre apropiada este verano camiseta de España, y con su Gibson SG en ristre, Jaime trabajó sin descanso para darle al sonido eminentemente pop de TPAR ese necesario toque rock que siempre se agradece, y más en directo. Porque la música en vivo no es nada sin mala leche, sin distorsión, sin un algo de agresividad. Luisfer, el otro guitarra, es su complemento perfecto y entre los dos construyen y construyen alrededor de las líneas de bajo de Oscar y los aporreos de Gustavo, el hombre que volvió de la muerte para tocar la batería incluso con las muletas y los muñones y con lo que haga falta.

Sus canciones más añejas, como Quién sabe quien, siguen tirando hacia la frescura de un pop ochentero muy Secretos. Porque Óscar no lo puede evitar, porque esa música le pone, porque esa época le inspira, porque le permite divertirse mientras canta con suavidad. La canción Jaime continúa por ese camino, pero va un poco más allá, suena musculosa y se convierte en lo mejor de su repertorio. Es una pena que se olvidaran por el camino su toque más U2, porque estos tipos de las fotos tienen alguna canción, como Southgrass Station, que suena habitualmente en mi mp4 ya por derecho propio.

La sorpresa de la noche fue una más que correcta, rockera y clavada The Reason, de Hoobastank. Quedó claro que como grupo de versiones, de esos que tan de moda están ahora en estos años de cierta sequía de ideas, se ganarían la vida de miedo. Era la traca final, pero la insistencia del muy respetable hizo a los músicos regresar bajo los focos para acabar su actuación repitiendo Por qué quieres qué. Aplausos y más aplausos, ‘se encienden’ las luces del lugar y en lugar de púas, baquetas y botellas de agua, los músicos regalan abrazos y efusivos agradecimientos. Puestos a elegir y bien pensado, me quedo con lo segundo (aunque una púa según de quien también mola, eh). «¿Para cuando la crónica?… pues para cuando me paseis las fotos». Ea, pues ya está.


No dejes de visitar:
http://www.myspace.com/tpartheperdidosalrio
http://tpar.iespana.es/
http://www.pablonicenboim.tv

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8 thoughts on “– TPAR (2008) Sala La Sal. Madrid

  1. Y parece que el cronista no se entera, que está a sus cosas, sus saludos y sus copas, pero luego lo escucha todo, lo ve todo y lo cuenta todo.
    Buen concierto y buena crónica
    fdo: Pepín, campeón de Europa

  2. Gracias, gracias y mil veces gracias. Impresionante crónica. El próximo concierto te lo dedicaremos a ti en exclusiva. Que grande eres coño!!!

  3. A ver, Anónimo, ¿desde cuándo se publica en las crónicas de conciertos el nombre del mánager? jaja. ¡Bastante que hay enlaces a su web por todas partes!

  4. como se nota que vienes de europa press tv, te metes en cualquier concierto de madrid, coño. En serio, gracias David, la próxima tocaremos southgrass en tu honor..

    Oscar tpar

  5. Bueno, pero en este caso, el manager merece mencion o por lo menos hablar del presentador.
    A mi me da igual, yo soy anonimo, no tengo nada que ver con este chico tan majo que lleva a los TPAR.

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