Lugar: Recinto ferial de Leganés (Madrid)
Fecha: 15 agosto 1999
Asistencia: 5.000 personas
Artistas invitados: Armagedón
Precio: Gratis
Músicos: Rosendo Mercado (voz y guitarras), Rafael J. Vegas (bajista y coros), Mariano Montero (baterista y coros)
Setlist: Yo me largo, Vaya ejemplar de primavera, Un paso de más, Aguata el tipo, ¿De qué vas?, Mala vida, Hasta de perfil, Different eso si, Échale coraje, Como el pico de un colchón, Cucarachas, Listos para la reconversión, Por cierto, Flojos de pantalón, Puedo ser más eficaz, Loco por incordiar, Pan de higo, Bailando al aire, Agradecido, Navegando.
(este listado seguramente no será el exacto, pero según la web Maneras de Vivir, este fue el repertorio que Rosendo acostumbraba a tocar en el verano de 1999)
Segunda oportunidad de tener a Rosendo Mercado al aparato. Esta noche comprendí que todavía me quedaban muchas otras ocasiones para coincidir con mi paisano carabanchelero en sus conciertos. Porque verle en directo cada cierto tiempo es obligado, una cuestión de principios, algo a lo que nadie debe negarse. De hecho nadie se niega, porque este obrero del rock es un valor seguro y un tipo querido y respetado por -casi- todos.
Al tratarse de un concierto típico de festejos veraniegos, no hay crónicas de la noche, aunque sí alguna información previa a modo de agenda. El periodista Maurilio de Miguel (El Mundo), lo anunciaba de esta manera:
Rosendo y su rock de barrio animan, también hoy, las fiestas de Leganés (23.30 horas, entrada libre). Y lo hacen con un repertorio en el que se justifica, como nunca, el repaso a los himnos eléctricos que el anteior líder del grupo Leño acuñó desde hace dos décadas largas. Por algo sigue vigente el recopilatorio que grabó este año entre los muros de la antigua cárcel de Carabanchel. (Se refiere a Siempre hay una historia (1999), disco en directo grabado el 26 de marzo de ese mismo año en la vieja prisión, cuya crónica también puedes leer en los archivos de Mercadeo Pop).
Debo reconocer y reconozco que no recuerdo nada concreto de este concierto, aparte del clásico y fácilmente reconocible aroma a fiestas de barrio y rocanrol, a cerveza fría, calor sofocante y arenilla, a meneo de cabeza y campo de fútbol de tierra, seco e invadido por los bocadillos de morcilla y panceta, con el sonido de la feria de fondo.
Para terminar la actuación, unos fuegos artificiales que ni los Rolling Stones, en homenaje a la virgen de la Paloma, de la que prácticamente nadie se acordó esa noche. Pobrecita virgen, pobrecita. De Rosendo sí me acuerdo, y esa noche me despedí de él hasta… pronto. ¿No? ¡Pues claro!
La página oficial de http://www.rosendo.es/