Cuando se anunció la edición de este año del Sonorama Ribera, se remarcó la intención de hacerlo con un formato en el público pudiera estar de pie. Como antaño. Y se planteó también que se seguirían en todo momento las decisiones sanitarias de la Junta de Castilla y León, contando con que la situación iría a mejor.
Eso fue en la presentación del festival el 17 de junio en Madrid. Allí, el director del Sonorama, Javier Ajenjo, destacó que, según el entonces último documento del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud publicado el 2 de junio, el aforo sería de 5.000 personas. Y añadió que podrían asistir a los conciertos de pie, con mascarilla obligatoria y cumpliendo con todos los protocolos de seguridad e higiene vigentes.
“Espero que todo siga mejorando y en agosto podamos estar todos de pie sin mascarilla“, planteaba Ajenjo, mirando al futuro con optimismo. Sin embargo, la situación ha empeorado en lugar de mejorar, y por ello el formato del Sonorama será finalmente con el publico sentado y separado por zonas. Así lo estipulan las últimas decisiones de las autoridades sanitarias competentes.
Se da la circunstancia de que cuando los abonos salieron a la venta, el público los compró para asistir de pie. Y aunque el festival siempre ha dicho que seguiría las indicaciones de las autoridades llegado el momento, ocurre que la gente no se ha tomado el cambio con demasiada deportividad. Alegando que compraron esas entradas con unas condiciones que ahora han cambiado, por lo que ahora afloran las quejas.
«Estaba permitido hacerlo de pie cuando lo dijimos. Y el festival estaba organizado para hacerlo así. En los últimos días ha cambiado la situación y como dijimos en todo momento, nos tenemos que adaptar a las medidas vigentes en el momento de celebración», responde el Sonorama en Twitter a un asistente enfadado con el cambio y que reclama la devolución del dinero.
Álvaro, que así se llama el afectado, plantea que «a un concierto de un día y de 2h máximo puede que vaya sentado», pero «a un festival de más de 7h sentado pues a lo mejor» no compra el abono. Esa es la clave de toda esta controversia, pues las quejas vienen por la obligación de estar sentados durante tanto tiempo cuando en un primer momento no se anunció así.
«La gente tiene que entender que era un festival de pie a todos los efectos. Es lo que nos permitía la ley hasta que cambia a finales de julio, cuando se ratifica que siguen las restricciones. Hay que tomar la decisión de no hacer el festival o hacerlo sentado. Y hacerlo sentado doblando los recursos», defiende Javier Ajenjo en entrevista con el podcast Escenario Principal de Strim.
Y añade: «Era una cuestión de suspensión o llevar adelante el festival. El festival no se soportaría si se produce una devolución de entradas en un porcentaje incluso pequeño. Es una cuestión que no depende de nosotros, es una cuestión sanitaria y una imposición sobre la que hemos tratado de luchar y convencer. Pedimos comprensión y que la gente comprenda que va a estar bien. Que ver un concierto de pie es muchísimo mejor, pero queremos que estén a nuestro lado».
Por supuesto, también hay quien acepta la situación sin problema. De ahí la controversia. Pero es importante ser muy conscientes del mundo en el que estamos todos en agosto de 2021, y que por mucho que se anunciara que iba a ser de pie, los asistentes tendrían que haber tenido en cuenta la posibilidad de que no fuera así por razón de fuerza mayor.
Porque, de alguna manera, comprar un abono para el Sonorama en 2021 es un acto de fe. Confiar en poder estar de pie como antes, pero sabiendo en tu fuero interno que todo podría torcerse en el último momento, como así ha sido. Ese es el debate, en cualquier caso, y cada cual opina lo que considera.
