Airbag tienen nuevo disco: ‘Siempre tropical’. Y ya está su fiel parroquia guitarrera feliz y celebrando la eternidad de ese frenético estilo ramoniano y power-pop-garagero de los malagueños. Nuestros Weezer y mucho más, siempre tan divertidos.
Su octavo álbum de estudio depara sorpresas agradables y un ansiado reencuentro con lo que mejor se les da a Adolfo, Pepe y José Andrés: contar historias en menos de tres minutos. No es que lo hubieran dejado de hacer en sus últimos trabajos, ni que estos queden demasiado lejos en el tiempo, es solo que de Airbag siempre se quiere más.
El álbum arranca con Jota cantando en ‘Finales alternativos’, que bien podría ser una canción de Los Planetas, pero es mejor porque es de Airbag. Una inesperada colisión entre dos mundos paralelos que nunca tendrían por qué haberse cruzado, pero lo hacen y así está bien, con naturalidad.
LETRAS COTIDIANAS
El trío brilla, como de costumbre, como cronista de lo cotidiano, con esas letras con las que puede identificarse cualquiera (y, si no eres capaz, el problema lo tienes tú). No faltan guiños cinematográficos variopintos en ‘Secretos chinos’, ‘La marmota Phil’ y ‘Viva John Hughes’ tirando de amor y acidez.
‘Todo Mal es un arrebato hardcore de 27 segundos que evidencia que hay cosas que solo se pueden decir gritando. Una explosión de sonido que contrasta con la contención de ‘Surf Riot’ que, épica y emotiva, narra la brutal revuelta vivida en la playa de Huntinton (California) durante un campeonato de surf en 1986. «Los chicos que no tienen nada que hacer beben por la mañana, son peligrosos, han ido a ver qué pasa por la playa…», cantan.
«No olviden supervitaminarse y mineralizarse», nos decía Súper Ratón cuando éramos críos adictos a los dibujos animados. Ahora que somos adultos malcriados, Airbag es como jugar a ser críos y, a su vez, uno de los pocos vicios confesables de una larga lista de taras inconfesables.