Lugar: Download Festival Madrid
Fecha: 23 junio 2017
Asistencia: 36.000 personas
Artistas Invitados: System of a Down, The Cult, Mastodon, Opeth, Hamlet, Zeke, Zebrahead, Brujería…
System of a Down, The Cult y Mastodon revientan el viernes en Download Madrid
Lo mío con ‘los Cult’ viene, como casi todo lo que me sigue petando dentro, desde que era más o menos un crío. Finales de los ochenta, la portada del ‘Sonic Temple’, madre mía, hipnótica. Esa era la enésima puerta que por supuesto iba a cruzar tarde o temprano y, aún ahora, sigo transitando la senda que se abrió de par en par al escuchar el crepitar de los surcos de la bendita droga que es ese vinilo.
Los System of a Down, por supuesto, también van en mis vías respiratorias. Recuerdo cuando los chavales lo descubrimos y no dábamos crédito a su movida, con esos cambios de ritmo, esas estructuras inasumibles, esos estribillos perfectos para el metal comunitario. Una anomalía bárbara que, por supuesto, casó por la vía directa con los chavales de Carabanchel ávidos de caña guapa. A partir de ese momento, Armenia a poder ser.
Pues bien, empecemos por estos últimos. Han tenido que pasar doce largos años para que System of a Down regresaran a Madrid después de aquel infaustamente legendario Festimad de Fuenlabrada, el de la batalla campal, las pedradas, los coches volcados, los asaltos a las barras (aquí y ahora me declaro culpable en este punto), las hogueras. Con aquel ambiente salieron entonces, después de Incubus, con un millón de malditas horas de retraso por culpa del viento que casi tumba el escenario y evitaron una tragedia de proporciones bíblicas. Y, paradójicamente, arrasando amansaron a las fieras.
Muy diferente era el contexto este viernes en la segunda jornada del Download Festival Madrid, pero en el ambiente flotaba ese recuerdo. Los que les vieron la anterior vez contaban la historia en corrillos, compartiendo recuerdos, poniéndole un poco de literatura al asunto para que no se pierda el siempre necesario componente mitológico. Los que le vieron en aquel Festimad sacaban brillo a sus galones del rock, en definitiva, mientras el círculo se cerraba al sonar la introducción de ‘Soldier side’.
Más de 36.000 personas (3.000 más que el viernes) se cuadraban como solemnes milicianos en ese instante ante el escenario principal, preparados para el instante preciso del estallido. Y acontece. Y es ya. Y es ‘Suite-Pee’. Y los combatientes enloquecen con la inenarrable contundencia del cuarteto estadounidense de ascendendia armenia integrado por Serj Tankian (voz y teclados), Daron Malakian (guitarra y voz), Shavo Odadjian (bajo) y John Dolmayan (batería).
Las grandilocuentes ‘Violent pornography’ y ‘Aerials’ ponen a todo el público a corear, mientras se suceden sin descanso ‘Mr Jack’, ‘DDevil’, ‘Needles’, ‘Deer dance’, ‘Radio/Video’, ‘Hypnotize’, ‘Pictures’, ‘Highway song’, ‘Darts, ‘Bounce’ y ‘Suggestions’. Con sus complejas estructuras, sus imposibles cambios de ritmo, sus estribillos épicos. La entrega de los parroquianos es absoluta, sin disidencias. No hay división de opiniones durante hora y media en La Caja Mágica.
El público da más de lo que tiene y la banda suena limpia y potente. Antes de atronar con su ‘Psycho’, bromean con una introducción del ‘Physical’ de Olivia Newton-John que, sorprendentemente, es recibida con aullidos y meneos inmediatos. La enajación es colectiva pero controlada en ambiente de camaradería absoluta para cuando el gran himno ‘Chop suey!’ hace añicos a un Download que, acto seguido, se adentra en la densa oscuridad de ‘Lost in Hollywood’.
Los jugueteos vocales de Serj encandilan a la par que el dominio de las seis cuerdas exhibido por Daron. Ambos fluyen sobre la robusta base rítmica construida por Shavo y John. Ver a los cuatro sobre el escenario es lo más parecido a ver la construcción de una catedral. De metal indestructible, en este caso en particular. Y para muestra, lo que ponen en pie con la melodramática ‘Lonely day’, apuntalado por ‘Kill rock n’ roll’, ‘B.Y.O.B.’, ‘This cocaine makes me feel like I’m on this song’ y ‘Roulette’.
Con el festival reventado explotan las dos últimas bombas lapa bajo los pies del gentío. ‘Toxicity’ y ‘Sugar’ son el descabello definitivo mientras ríos de sudor fluyen expontáneamente para evaporarse un segundo más tarde. Tal es la caldera en la que System of a Down han convertido La Caja Mágica para jolgorio del mar de brazos que les despide deseando que no tengan que pasar otros doce años para la siguiente contienda.
SEGUNDA JORNADA
Mientras el público hacía recuento de daños tras System of a Down, Zebrahead y Brujería ponían banda sonora el mismo tiempo en otros dos escenarios. Muchos aceptan la propuesta y tiraban de energía de reserva para extender la velada, pero una gran mayoría abandonaba ya ordenadamente el recinto. Esos, los que se iban, ya habían tenido suficiente en un viernes que empezó duro con el sol cayendo a plomo a media tarde.
Skinkdred fueron el primer gran nombre del día a eso de las seis y media, con su vocalista Benji Webbe desafiando a la lógica embutido en una cazadora de cuero que jamás se quitó. Por contra, hizo que el personal se quitara las camisetas y las ondeara como banderas en uno de esos momentos de comunión colectiva que tan propicios son en los festivales. Convencieron y liaron una buena con temas como ‘Nobody’ y ‘Kill the power’.
Otros que salieron a por todas fueron los madrileños Hamlet. Jugando en casa, su vocalista Molly hizo kilómetros corriendo entre las vallas de seguridad y a ambos lados del escenario. Disfrutando del momento en el escenario principal después de treinta años de andadura musical, ofrecieron una actuación compacta y como de costumbre profesional. Ahora llevo un llavero con la lengua de los Stones, pero hubo un tiempo en el que llevaba las letras del logo de Hamlet.
Compré el llavero en cuestión en un concierto en las fiestas de Colmenar Viejo, concretamente el 30 de agosto de 1998, con Manolo Kabezabolo como telonero de lujo. Fue una noche loca en un campo de tierra, con Hamlet presentando su obra maestra, ‘Insomnio’. No se puede decir que aquello derrochara glamour, pero sí era obvia la verdad latente. La supervivencia a través del rock. La honestidad, la batalla. Me alegra mucho constatar que todo eso sigue intacto por ambas partes. Eso nos lo debemos.
Y bueno, pues en la horita que tuvieron los madrileños en el Download, en el escenario principal por derecho, sonaron temas clásicos del metal patrio como ‘Limítate’, ‘Egoísmo’, ‘Muérdesela’, ‘Denuncio a dios’, ‘Tu medicina’, ‘Irracional’ y ‘JF’. No falto ni el wall of death de rigor. Grupos que lleven treinta años por aquí hay unos cuantos, tampoco tantos. Que se dediquen a los sonidos duracos y sean dignos, ya menos. Hamlet son de los nuestros y así vamos a seguir.
Los suecos Opeth crearon su propio ambiente a base de metal progresivo milimétricamente ejecutado. No les controlo como quisiera, pero recuerdo haberles escuchado y comentar con los que en realidad me asesoran para parecer estupendo, que este grupo es para verlo en teatro. Que tienen su caña, pero son demasiado buenos para verles de espalda comprando cerveza a 35 grados. Confirmo esto último y manifiesto mi deseo de degustarles en su debido entorno. Aún así, se hicieron con la peña, por supuesto.
The Cult, esa mítica dupla formada por el vocalista Ian Astbury y el heróico guitarrista Billy Duffy al frente. Creo estar seguro de que este era nuestro cuarto encuetro, aunque mola más no reconfirmarlo. En La Riviera las otras veces. En esos casos, con Ian a su bola, Billy en su rincón de pensar con los pedales, en fin, bien, pero tampoco una cosa a la altura de su repertorio y su legado. A esas veladas pasadas les daría un 7,54, es decir, mi nota en selectividad, perfectamente calculada cuando controlaba mi vida.
Lo que me hizo especial ilusión este viernes en La Caja Mágica fue ese momento en el que les ves salir y dices, de puta madre. Y constatas que tus héroes siguen ahí, haciendo lo que saben, lo que deben. La suya fue una actuación de notable (alto) y repleta de hard rock clásico con ‘Wild flower’, ‘Rain’, ‘Fire woman’ o ‘She sells sanctuary’. Me moló trotar entre la peña sin derramar, que yo sepa, un centilitro de cerveza. Estaré equivocado, pido perdón a los damnificados. Joder, son Ian y Billy, sabréis pillarme el rollito.
Es que esos ratos de loca tontería son los que nos conectan con la infancia que nunca nos debe faltar. Es en esos ratos en los que pareciera que el reloj hacia la eternidad se arrojara contra su propio destino evaporado. Y el tiempo no existe. Y si existe, en todo caso, es diminuto. Y nosotros lo dominamos como pequeños dioses de mierda. Pero da igual, el tiempo se va y no había manera. Y tratar de recordarlo aposta (cosa que intento constantemente) es imposible, de manera que queda lo bonito, esto es, vivirlo al extremo y que el poso sea el que tenga que ser.
Mientras Billy nos regalaba poses guapas de héroe absoluto e Ian seguía reivindicando a Lorca por algún motivo loco, tampoco faltaron piezas de puta madre como ‘Rise’, ‘Dark energy’ o ‘Peace frog’ (de la etapa Jim Morrison de Ian con el resto de los Doors). Pero Ian, tronco, mucho «¡Viva Lorca!», pero no me tocásteis ‘Nico’, ya os vale. Pero comprendo que es un deep-cut y que en el rato que había tampoco era plan. Juraría que la escuché, de todos modos, seguramente de manera constante durante dos o tres horas. O cada día de mi vida, da igual, esa es mi movida. Moláis la polla.
Sin solución de continuidad, los asistentes se trasladan a toda prisa al segundo escenario para una inapelable ración de metal con Mastodon, que llegan presentando su reciente ‘Emperor of sand’ y ya convertidos en grandes del siglo XXI. En apenas una hora, demostraron que todo lo bueno que dice de ellos no son palabras gratuitas y congregaron a una generosa multitud.
Muchos decibelios y desparrame de vatios, en definitiva, en la segunda jornada del primerizo Download Festival Madrid, que aprendió rápidamente de los pequeños errores del primer día y, por ejemplo, dejó que los asistentes entraran con sus propias botellas de agua para combatir el calor. Eso ayudó a que la experiencia fuera aún más sencilla y placentera que el jueves, de manera que todo discurrió sin grandes incidencias, más allá de algún mareo inevitable por las altas temperaturas, las apreturas, los sudores y, claro, las emociones.
Este sábado, colofón con una tercera jornada con Propehts of Rage al frente, el supergrupo formado por miembros de Rage Against the Machine, Public Enemy y Cypress Hill. Junto a ellos, In Flames, Iced Earth, Ministry, NOFX, Suicidal Tendencies, Kvelertak y Apocalyptica, entre otros muchos. Ya no hay marcha atrás para Download. Solo presente ahora y futuro después de ahora. Detrás de eso, no lo sabe ni Tom Morello.