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Los mejores discos de debut de la música española

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Hablemos de los mejores discos de debut de la música española. Veamos. Hay ocasiones en las que al escuchar por primera vez una canción sentimos que se detiene el mundo en un instante de inmediata conexión. Si se trata de un artista novel, desconocido, esta sensación puede multiplicarse hasta el infinito al sentir que hemos dado, al fin, con la respuesta a nuestras preguntas. Pues imagínate, querid@ mí@, si es un disco completo de esos de los de antes.

Esto no sucede muy habitualmente, ya que suele decirse que los buenos discos son los que crecen, los que ganan con el tiempo. Con cada atenta escucha, casi tediosa ya. Los que te petan la cabeza una vez que las canciones han conseguido calar en el oyente para anegarle bien ahí el hipotálamo. Y, llegados a este punto, prácticamente controlar su sistema nervioso con cada sucesión de acordes, con cada melodioso estribillo, cada certero verso.

Aunque, sí, claro que sí, hay unas pocas ocasiones en las que nos encontramos con discos de debut incontestables que trascienden el propio hecho musical y se convierten en obras que definen una época y atraviesan a generaciones enteras. Incluso a tu primo aquel que estaba allí al fondo a lo suyo. Sí, él también lo sabe porque también vive con ese agujero musical en la pechera.

Os gustó mucho lo que comentamos meses atrás de estos discos de debut internacionales, de manera que ahora es un momento tan malo como otro cualquiera para cerrar las fronteras con nuestros países vecinos y sentarnos a hablar de lo nuestro. Hablemos, por qué no, de los mejores discos de debut de la música española. Cae esta decena sin reintegro por aquí porque sí.

HÉROES DEL SILENCIO

Evidentemente. La banda más grande del rock español se dio a conocer en 1987 con un EP homónimo. Bien. Pero no fue hasta su debut ‘El mar no cesa’ (1988) cuando el carisma y el magnetismo de Enrique Bunbury se hizo inquietantemente familiar para el ciudadano medio. Canciones como ‘Mar adentro’, ‘Hace tiempo’, ‘Flor venenosa’ y ‘Héroe de leyenda’ invadieron conciencias por tierra, mar y aire hasta su conquista planetaria. Todo lo que vino después, hasta su separación en 1996, es historia por todos conocida. Como que en 2007 estuvimos en aquella inesperada y multitudinaria reunión en Sevilla: qué corto se nos hizo todo aquello.

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LEÑO

El presidente de Madrid, el monarca de Carabanchel al que se contempla con respeto por la calle sin importunar, Rosendo Mercado, empezó a cimentar su leyenda comandando a este trío que casi sin querer inventó el rock urbano. En 1979 debutó con un disco también homónimo especialmente criticón con la hostilidad de la vida en la ciudad. Ya ves tú. Especialmente visionario, por cierto y, por tanto, necesario. Sorprende ahora la vigencia de letras como ‘Este Madrid’, ‘Sodoma y chabola’ o el poderío de ‘El tren’ y ‘El oportunista’. O los devaneos psicodélicos de ‘Castigo’ con Teddy Bautista a los teclados. Incluso hay una nana de siete minutos que, atención, funciona.

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BARÓN ROJO

Antes del advenimiento de Héroes del Silencio y con el debido respeto a Rosendo, Barón Rojo eran nuestra banda más internacional y nuestra gente más ruidosamente barrial. Un cuarteto capaz de competir en fuerza, virtuosismo y repertorio con lo más granado del heavy y el rock duro foráneo en su mejor momento. Su disco de debut, ‘Larga vida al rock and roll’ (1981), aparte de ser un once y de ser mejor que el ‘Long live rock n’ roll’ de Rainbow, es un compendio de letras comprometidas y una pegaba abrumadora sin perder las melodías en temas como ‘Con las botas sucias’, ‘Anda suelto Satanás’ (compuesto por Luis Eduardo Aute), ‘Los desertores del rock’ o ‘El presidente’. El colofón con ‘Barón Rojo’ lo tiene todo.

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EXTREMODURO

De un tiempo a esta parte son el grupo de rock más grande de España. Seguramente lo fueran desde hace más, solo que no nos estábamos dando cuenta, como de costumbre. Tras la trifulca extraña de su gira de despedida, pandemia mediante, ahora es Robe quien revienta recintos él solo tocando las canciones que en su día compuso. Todo razonable, supongo. La cosa es que cuando la banda hizo acto de presencia en 1984 con ‘Rock transgresivo’ nada hacía presagiar tal reconocimiento popular. Y eso que en los surcos de este disco sonaron desde el minuto uno clásicos del rock en español como ‘La hoguera’, ‘Extremaydura’ o, claro, joder, ‘Jesucristo García’. Lo que podía venía después, ni el mismísimo Robe lo sabía: y eso que lo pronóstico gritando «¡va a subir la marea y se lo va a llevar todo!»

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LOLE Y MANUEL

Lole y Manuel fue una pareja flamenca formada en 1972 por el matrimonio Dolores Montoya Rodríguez (1954) y Manuel Molina Jiménez (1948-2015), a quienes escuché en casa desde que tuve uso de razón. Fortuna la mía. Precursores de la corriente musical denominada ‘nuevo flamenco’, a su visión aperturista hay que atribuirle prácticamente todo lo que vino después para vender trillones y trillones de discos. Solo que quienes sabían el truco arqueaban las cejas y lo que hiciera falta, cosa que tampoco pasa nada porque es ley de vida, efectivamente. Pero diríase que incluso aún hoy mantiene este disco, ‘Nuevo día’ (1975), y por supuesto que sí lo mantiene, ese aura desafiante en el que las fronteras se difuminan.

TRIANA

Tú escuchas ‘El patio’ (1975) y te vuelves jodidamente loco -no digamos ya ‘Hijos del abogio’, de 1977-. En apenas treinta segundos. Pink Floyd no contemplaban la central eléctrica de Battersea, sino que dejaban que les colgaran las piernas mirando el Guadalquivir desde lo alto del puente de Triana recién llegados del ambulatorio de la calle Betis. Por el motivo que fuera. Como Roger Waters, ojo ahí, que la tiro, Jesús de la Rosa llevó a la cima el rock andaluz más evocador y experimental con el primer disco de Triana. Himnos absolutamente infinitos como ‘Abre la puerta’, ‘Sé de un lugar’, ‘Recuerdos de una noche’ o ‘Luminosa mañana’. La prematura muerte de Jesús en 1983 convirtió un LP sobresaliente en una leyenda de disco pub, hasta el infinito y, por supuesto, mucho más allá.

RADIO FUTURA

Los hermanos Santiago y Luis Auserón debutaron en 1980 con ‘Música moderna’. Un título ambicioso para una época en la que, efectivamente, todo era pretenciosa aunque huecamente moderno. No hablaremos aquí ahora de la mierda de la movida financiada por el socialismo y de la representatividad claramente silenciada del rock urbano, que era mucho más representativa. No esta vez. Pero vamos, que Radio Futura facturaron un trabajo en el que entregaron canciones emblemáticas como ‘Enamorado de la moda juvenil’. Esta en concreto, principalmente, icono de esa nueva ola que terminó derivando en la tan cacareada movida de niños pijos acomodados. Luego llegaron la ‘Estatua del jardín botánico’ y la ‘Escuela de calor’ y ya aprendieron a tocar y se ganaron su lugar.

MECANO

Basta leer los títulos de algunos temas del debut de Mecano en 1982 para comprender su impronta en la cultura popular española de finales del siglo XX. ‘Hoy no me puedo levantar’, ‘Perdido en mi habitación’, ‘Maquillaje’, ‘Me colé en una fiesta’. También es verdad que dice Fermín Muguruza que hay que combatir a Nacho Cano desde entonces hasta ahora. Pero la frescura casi adolescente del trío, comandada con la voz melodiosa de Ana Torroja, dio en la diana con su primer disco, aunque sus talentos todavía tenían mucho kilometraje para desarrollarse hasta llegar a Melinche. Dios santo, no para el siglo XXI de poner en entredicho al XX.

EL ÚLTIMO DE LA FILA

Después de experiencias previas en Los Rápidos y Los Burros, Manolo García y Quimi irrumpieron ya sin riendas en el panorama musical español en 1985 como El último de la fila. Con, nada menos, un LP titulado ‘Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana’. Con su rock aflamencado, el grupo triunfó social, no ya musicalmente, con clásicos del pop rock en castellano como ‘Querida Milagros’, ‘El loco de la calle’ y ‘Dulces sueños’. Se les fue la pinza desde entonces progresivamente creativamente no necesariamente para mal y son leyendas patrias sin control. Unos grandes incontestables que siempre lo hicieron a su manera juntos y, por supuesto, por separado.

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VETUSTA MORLA

Dijo Enrique Bunbury en su día –a mí, concretamente, porque es así– que Vetusta Morla es el grupo español más importante de los últimos diez años. Da igual en qué año leas esto, pues no ha cambiado la percepción, sea la década que sea, desde que les conocemos. El sexteto madrileño es un ejemplo de un porrón de cosas queriendo o sin quererlo. Por eso, cuando al fin publicó en 2008, después de años de lucha, su debut como ‘Un día en el mundo’ –cuya presentación en Logroño vimos en 2009– cambió la manera en la que comprendimos que se podían hacer esas mismas cosas que en su día desde la independencia ni planeaban, pues tampoco las imaginaban. ‘Copenhague’, ‘Valiente’, ‘Sálvese quien pueda’. Canciones que hablan por sí solas y que la perspectiva del tiempo solo está todavía poniendo en su justo valor.

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ESTOPA

Si no fuera porque me lo ha dicho Aitor, pues sería un error garrafal. Bueno, es que con estas cosas igual en 2005 nos preocupábamos, ahora creo que todos entendemos que son un juego. Ya nadie hace listas. ¿O sí? Qué viejo soy. Aunque no quiero yo que los fans de Estopa, que algunos son, me persigan de por vida recordándome que andaba a por uvas. Igualmente, también os digo, me la puto suda. Bueno, pues sí, el primero de Estopa. De hecho, la maqueta de Estopa. Un unicornio milenario que convirtieron en canciones y que, te jodes, te gusta. Y, si no te gusta, el problema lo tienes tú. Por la raja de tu falda yo estrellé el Seat Panda contra el del medio de los Chichos. Perfectamente podría ser así, no veo nada que se salga de lo futurible.

LOS RONALDOS

Jóvenes, muy jóvenes, demasiado jóvenes. Airados y refrescantes, como corresponde a unos casi adolescentes todavía, Coque Malla y compañía irrumpieron en 1987 con un primer álbum que les posicionó por la vía rápida en el epicentro de una década ya de por sí efervescente. Gamberros, insolentes, inmediatos, guitarreros. Doce canciones grabadas con urgencia en dos días para la posteridad: ‘Ana y Choni’, ‘Si os vais’, ‘Sí, sí’ o ‘Guárdalo’ son historia en otro de los discos de debut imprescindibles de la música española.

VENENO

Cualquier cosa puede pasar si juntas a Kiko Veneno con los hermanos Raimundo y Rafael Amador. Claro que eso lo sabemos ahora con la perspectiva del tiempo, pues nadie lo sabía cuando en 1977 publicaron su primer y único disco bajo el nombre de Veneno. Una banda que, sin que por una vez sea un tópico vacío, marcó un antes y un después con su fusión libre de flamenco, blues, rock y surrealismo hipnótico de largos desarrollos instrumentales. Toda una fiesta de descubrimiento artístico que abrió veredas posteriormente sobradamente transitadas, pero que entonces ellos abrieron como auténticos pioneros.

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