Alter Bridge (2010) La Riviera. Madrid

Sin categoría

Lugar: Sala La Riviera
Fecha: 17 noviembre 2010
Asistencia: 1.500 personas
Artistas Invitados: El Dorado
Precio: 35 euros
Músicos: Myles Kennedy (voz y guitarra), Mark Tremonti (guitarras), Brian Marshall (bajo), Scott Phillips (batería)

Setlist: Slip to the Void, Buried Alive, Before Tomorrow Comes, Couer D’Alene, Brand New Start, White Knuckles, All Hope is Gone, Metalingus, Ghost of Days Gone by, Broken Wings, Ties That Bind, Coming Home, One Day Remains, I Know it Hurts, Come to Life, Blackbird, Watch Over You, Open Your Eyes
Bis: Isolation, Rise Today

Estoy puesto hasta las trancas. Me he comido tres kilos de palomitas bien cargaditas de sal y noto como mis arterias engordan y se atascan rítmicamente, mientras la sangre fluye milagrosamente, no sin problemas, dolores y pinchazos en el corazón. De los labios ya ni hablo. Están secos y me he tomado un (o dos) gintonic para que todo baje, pero ni con esas. Esta solución fatal no ha hecho más que empeorar las cosas y ahora me veo en el centro de una marabunta humana que rockea (pero no greñuda, Alter Bridge no van de eso, se ve) mientras me aferro a mi cerveza de a litro como si de una columna jónica se tratara o tratase. Me tambaleo, en cualquier caso, y veo borroso.

En esas estoy cuando se apagan las luces y comienza a sonar ‘Slip to the Void’ a volumen brutal, como siempre siguen reclamando los barones rojos. Noto cómo me sangra la nariz pero no me preocupa. Un sabor pastoso se hace dueño de mi boca. Sangre también, supongo. De repente siento algo húmedo en mis orejas. Vale, sí, también. Me están sangrando, me están rajando, me están masacrando, pero me da igual pues ya estoy roto hace tiempo. Suena todo demasiado alto y yo estaba bajo de glóbulos blancos. Exijo que nunca se me olvide cómo es estar en primera fila en un concierto de rocanrol. Es exactamente esto, es dolor, es pasión, es placer. Es esta mierda y no otra. Me faltan klinex o servilletitas o algo.

Empujones para aquí y para allá, líquidos derramados, meneos varios. No es punk, entiéndase, pero son vúmetros en rojo a todo trapo. El Tremonti va a muerte, sabe lo que hace. Volver al rock duro siempre es como volver al hogar (aunque no sean Scorpions, Whitesnake o los Maiden), pero temo besar la lona en el primer asalto y me planteo dos únicas posibles salidas. O me bebo el litro de cerveza del tirón y que sea lo que Jimmy Page quiera, o lo lanzo hacia detrás sin importarme las consecuencias, con la clara intención de iniciar un tumulto, un riot, un movidón que me devuelva la adrenalina al más puro estilo ‘Crash’ y me mantenga con vida.

Vale, me lo bebo, opción fácil. No me cuesta decidirme en realidad, pues cuesta 9,50 dólares. No, euros. Mientras lo apuro me convierto en una roca que nadie es capaz de mover, y eso que lo intentan, thumbs up, pulgares en alto. En esas estoy, mirando el fondo del vaso, y me pregunto por qué los grupos de rock alternativo americano sobreproducidos, como es el caso, suenan tan alto. Supongo que porque no tienen más remedio que destruir tímpanos para conseguir sonar de una manera mínimamente parecida a cómo lo hacen en sus discos (y en la calle Illescas). Sí, de hecho.

Hablamos de bandas (sobreproducidas) en la senda abierta por Pearl Jam y Stone Temple Pilots, pero se trata más de Black Stone Cherry, Shinedown, Stone Sour, Default, Nickelback, Seether, Sevendust, Puddle of Mudd, Breaking Benjamin, Avenged Sevenfold, Hilder, 3 Doors Down o Staind, por citar sólo a 13 de entre las cienes que hay. Hemos hablado de trece como podrían ser 113, pero ahí lo dejamos, pues ya todos conocemos su rollito. Alter Bridge son un pedazo de banda disfrutable al cien por cien. Cualquiera quiera montar un grupo debería verles y repensárselo todo antes de continuar… o aportas algo o vete al bar amigo.

La cosa es que aún entre cuernacos y gritacos me pregunto por qué un vocalista de la talla de Myles Kennedy tiene que ejercer de mercenario con Slash, no ya en su disco -‘Starlight’ es un amor de canción-, sino en la gira como si fuera un perfecto desconocido (Ian Astbury, nuestro amado Ian, suponemos que se prestó a lo del disco y gracias, no te pases Saul, que ya bastante tiene con ser él mismo y luego remedar a Jim Morrison). Pero aún así, vemos en él detalles de progresión cuando abandona la guitarra y se convierte en un frontman de rock al uso, lejos de timideces y exponiéndose al máximo. El caso es que Myles mola, hostia. Y ‘Watch Over You’ es un temaco descomunal que da sentido a todo.

La peña alucina con sus agudos, aplaude, se viene arriba. Es público de rock a fin de cuentas y valora que las gargantas sangren igual que los corazones. Cierto es que es un vocalista notable, pero tampoco mentimos si aseguramos que le falta carisma para, precisamente, petar una sala como La Riviera. Hay cienes de vocalistas con menos talento que él que se lo llevan de calle, no ya en el rock, si no en el show businness en general, pero claro, cada uno nació para lo que nació. Y eso a pesar de temacos como ‘Metalingus’ (Edge nunca merecerá ese cinturón de la WWF, The Undertaker rules foreva).

Sorprende, por otro lado, que una banda con tantas posibilidades como Alter Bridge se empeñe en encasillarse a sí misma en el rollito baladista. Pero es que son de sota-caballo y rey. Tienes unas cuantas de a tope. Otros pocos medios tiempos. Y otros tantos de esos que comienzan con arpegios, melodías doloridas y poco a poco van creciendo hasta explotar en una distorsión incontrolable e inexplicable. Cierto que con cada nuevo disco se superan en esta fórmula radioformulable, pero no es mentira tampoco que gato por liebre no pueden dar, aunque nos dejemos. Cierto también que eso lo aprendieron de puta madre los Live y ya resulta difícil imitarles pues ya nos vendieron todo su maldito drama en los noventa.

Lo que no podemos pasar por alto es que Myles anda falto de carisma con la guitarra colgada. Por cierto, infinitos problemas tuvo con la petaca que no le permitia oirse convenientemente. Pero vamos, que da igual, que allí todo el mundo feliz lanzando cuernos al aire y cantando, que al final de eso se trata. Reconozco que mis deficiencias estructurales (glóbulos blancos, labios sangrientos, hígados ardientes) me obligaron a alejarme de las primeras filas, no sin antes prometerme una vez más que jamás olvidaré lo que significa presenciar un concierto de ‘tu gente’ desde la línea de fuego. Siempre hay alguien que, con sus comentarios, te recuerda la importancia de creer en algo y la necesidad de sentirte vivo. Joder, es envidiable, que nunca nos falte pasión.

Y me alegro de la hostia de no haber ido a ver a Vampire Weekend el otro día, más que nada porque me resultan asquerosamente irrelevantes. Interpol tres cuartos de lo mismo (les vimos teloneando a U2 en Donosti y no es que fueran aburridos, es que la mediocridad no puede adoptar otra forma… Editors siempre por encima). Ahora que puedo ir invitado a los conciertos mi único objetivo real es lograr que toda esta mierda no se convierta en una rutina y que nunca se pierda esa magia que convierte un miércoles cualquiera en algo espectacular gracias a la compañía adecuada. El resto nos da igual. Las modas, las tendencias, el indie, su puta madre.

Porque joder, suena ‘Broken Wings’ y allí el personal ya da por bien empleados los 34 pavos de la entrada, no sin razón. El repertorio de esta gente es una sucesión de bólidos destinados a su propio respetable, dignamente ganado. Inapelables. ¡Thumbs up if you realize we are one! Ese es un comentario de uno cualquiera en Youtube pero que tiene 70 pulgares arriba, 70 me gusta, bueno, 71 con el nuestro, porque al final es eso. Hace tiempo que los conciertos no son canciones impolutas o perfectamente afinadas. Se trata de emociones, de sensaciones, de lo que uno siente mientras acontece, ya sea sangre en las encías o puños en tierra. Pero que sea algo. Y algo es, maldita sea.

Nunca Alter Bridge, al igual que el resto de bandas coetáneas mencionadas, pasarán de intentar llenar recintos como La Riviera. En USA son algo más, pero están sometidas al poder del hip hop. El rock alternativo una vez fue pero ya pasó. Es una mierda para los clásicos como nosotros, si acaso eso somos, pero por más que llenen festivales especializados, ahí quedan. Y eso que esta noche Alter Bridge nos han recordado a los mejores Soundgarden, una referencia real y evidente pero poco mencionada para estos ex-Creed (que también nos ponen, porque algunas taras temenos). Pero en realidad, más que nos pese, son unos superunknown. No para nosotros, que molamos de la hostia, claro. Pero lo son. Bueno, en realidad no. De hecho no. Que no. Canta conmigo. No.

Comparte
Tagged

7 thoughts on “Alter Bridge (2010) La Riviera. Madrid

  1. Qué cronicón!!! Visitar la Riviera los miércoles, que tengan tu entrada cerradita en un sobre con tu nombre, los fans, rock, rock, rock, el regaliz, los cajeros, los hielitos…, mola y mucho!!
    Esta noche marca un punto de inflexión en la semana, entre los primeros días y los que están por venir!! Woaw!!
    Myles Kennedy sería más guay con el pelo límpio

  2. Tronkito, leyendo tu cronica de ayer… no tengo claro si te gustaron, te parecieron pasables o fueron normalitos tirando a sosos… Yo personalmente me parecio un conciertazo con unos pedazo de musicos del copón. Entiendo que digas lo del carisma de kennedy…pero opinion personal, cuando veo un tio con ese chorro de voz ke no falla una y veo dibujarse sonrisas sinceras en su cara, noto una compenetracion mucho mas alta con el ke con un bufon ke no para de pegar brincos por el escenario y animando a la peña y olvidandose ke esta ahi para cantar… ke es lo ke hizo kennedy.. cantar de una forma impecable..

    Un saludo

  3. Hey! Pues aclaro que Alter Bridge me gustan y me gustaron, jaja, mucho, pero es que me da rabia que un tipo con el potencial de Myles no termine de petarlo en vivo como frontman. No se trata de ser un payaso, se trata de tener una personalidad fuerte o un carisma o llámalo lo que sea, eso que tiene gente como el citado Ian Astbury y otros muchos… Pero vamos que el concierto de puta madre, como no podría ser de otro modo con esta gente!

  4. Evidentemente tenemos gustos diferentes, para mi la personalidad se demuestra de otra forma que con cucamonas o haciendo de trasgresor en los medios y el escenario. Yo me quedo con un tio que haga bien su trabajo y deje a la gente de un concierto con la boca abierta, pero admito que tb se necesitan cantantes con el corte que tu dices. Cuestion de gustos no?? jeje.
    venga un salugo.
    PAZ Y LIBERTAD

  5. Yo la verdad es que leyendo tu cronica me he quedado un poco como te ha dicho el compi Anonimo, sin saber si te han gustado o no.
    El unico pero que le veo, ademas del precio de la entrada, fue el volumen, se saturaba demasiado. Aunque la verdad no se si es un problema de la sala, ya que no he ido mucho por La Riviera, me jode mucho ver un concierto entre palmeras…
    He visto a Alter Bridge las 3 ultimas veces que han visitado Madrid, y para mi ha sido la mejor de todas. La primera fue en Junio '08 en Heineken, y no me gusto nada, tanto por duracion como sonido de la sala, me parece de lo peor en Madrid. La segunda fue en Macumba ese mismo año, que vinieron para Diciembre si no recuerdo mal, y el sonido fue algo mejor que en este ultimo. Pero a pesar de todo, vi una compenetracion del grupo y publico que no he visto en pasos anteriores de la banda por estas tierras. Y a mi, sinceramente como seguidor desde sus inicios, me lleno y emociono el concierto como ningun otro. No entro a valorar si sonaron como a Soundgarden, Pearl Jam o Monica Naranjo, simplemente vi un grupazo que se entregaba al publico y viceversa, y sin duda llegue a casa con una sonrisa de oreja a oreja.

    De todos modos, cuando llegara el dia en el que la capital de España tenga salas como es debido?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *