medicine at midnight

Foo Fighters: ‘Medicine at midnight’

Críticas Discos

El rock quiere bailar un poquito

Dave Grohl es ese colega con el que has recorrido los mismos garitos miles de veces en interminables noches de gloria. Y de repente, te agarra y te lleva a otros nuevos para que no te quedes en lo mismo de siempre. Esa es la sensación general de ‘Medicine at midnight’.

Un disco de muchísimas guitarras, pero en el que tiene especial importancia la batería de Taylor Hawkins, siempre tratando de pillarnos a contrapie al marcar el ritmo. Hay cierta tendencia a la pista de baile. El rock quiere bailar un poquito. Eso es bueno y diferente.

Y es que cierto es también que el álbum es distinto rítmicamente. La canción titular es la mejor muestra. Y ocurre igual en temas como ‘Shame shame’, que es más funky. O la juguetona ‘Cloudspotter’. O ‘Holding poison’ y su rock molón para bailotear con ese irresistible estribillo.

Mantiene el rollo bailón ‘No son of mine’ con ese riff de guitarra infeccioso que nos pone al trote. Pero, dentro de la evidente exploración rítmica, lo que hay aquí es ese rock fornido y adulto tan de los Foo. Vamos, que eso sigue intacto. El corazón es el mismo, cambia la coraza.

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Y es que ‘Making a fire’ es un poquito AOR incluso, un poquito Boston si me apuras. ‘Waiting on a war’ es tan predecible que creerás haberla escuchado tropecientas veces antes. No sorpresas, jugando ‘amarrategui’ aquí con ese crescendo del acústico a la explosión. Lo mismito ocurre con ‘Chasing birds’, un poco aburrida, encima. Un poquito Beatles o John Lennon también.

Las guitarras ‘a lo banda sonora de Cobra Kai‘ nos dicen adiós en ‘Love dies young’, que resulta ser el típico tema para conducir feliz por largas y soleadas carreteras. Y puede que sea solo obsesión mí, pero esta también es absolutamente Boston.

‘Medicine at midnight’ es, en definitiva, un buen disco de Foo Fighters. Con todo lo que ese conlleva y ya conocemos. Pero sí que es verdad que hay exploración en los compases y las cadencias.

Rock rotundo para todas las edades que, en esta ocasión, tiene ganas de bailar un poquito más. No valdría para ‘Fiebre del sábado noche’, pero te puede arreglar una mala semana. Lo cual no es, en absoluto, una mala cosa. Esoo es formidable, qué demonios.

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