Seis discos españoles random que me flipan porque sí y ya (2)

Artículos Mercadeo Pop Radio

¿No os pasa que hay un porrón de discos que escucháis durante un tiempo limitado y cuándo regresáis son casa? Os pasa que hay un porrón de discos que escucháis durante un tiempo limitado y cuando regréisais son casa.


Claro que os pasa y eso ya lo admitimos ayer en la primera entrega de esto que he decidido llamar simple y llanamente ‘Seis discos españoles random que flipan porque sí y ya’. Y en estas noches de verano pegajoso me apetece reincidir.


No reincidas, ¿por qué reincides? Pues porque nuestras vidas son canciones, son discos. La mía son canciones, son discos. Las personas, salvo unas pocas, pasan borrosas. ¿Y dónde estaba áquel? Por ahí andará. ¿Dónde está aquel disco? Aquí lo tengo, eso sí lo sé.


Así que nada, después de una primera acometida con Elefantes, Miss Caffeina, Hamlet, Super Skunk Sugarless y Vacazul, ahora el random de mi cabeza nos lleva hasta Uzzhuaia, 69 Revoluciones, L.A.,  Dinero, Quique González y La Habitación Roja.


UZZHUAIA


Los Cult del Turia, alumnos aventajadísimos de Ian Astbury y Billy Duffy. Motivo de orgullo, evidentemente: parieron una serie de discos de hard rock mayúsculo. Tanto es así que no sabría realmente por cual decidirme, pues ahí están ‘Destino perdición’ (2006), ‘Uzzhuaia’ (2008) o ’13 veces por minuto’ (2010). Entre estos tres me debato a muerte.


Una vez les vi en La Sala de Carabanchel y fue un despiporre mayúsculo, menuda cantidad de guitarrazos, menudos temazos uno detrás de otro. Suya es la célebre versión hipervitaminada y mineralizada de ‘La chispa adecuada’ de Héroes del Silencio, aunque es una pena que ese sea su mayor impacto, porque me parece, sinceramente, lo puto más. Regresaron hace un par de temporadas y fue una pena enorme no poder reencontarme con.







69 REVOLUCIONES


Otro de esos grupos que no alcanzo a comprender por qué no. ¿Por qué sois así de rancios? ¿Estáis irremediablemente sordos? 69 Revoluciones eran un grupazo de rock setentero como no ha habido otro desde que M Clan se pusieron en manos de Alejo Stivel, día arriba, día abajo.


Habituales de El Botas de Lavapiés como yo fui durante un tiempo, tenían toda la determinación pero no se cruzaron con la suerte. Pero por el camino dejaron varios discos que he trallado muy lindamente. ‘Haciendo equilibrios’ (2009) seguramente más: ‘A través del cristal’, ‘Para morderte’ (que tiene cencerro, more cowbell!) o la muy pegadiza ‘María’ (que mola mucho más que ‘Carolina’ aunque quizás sí que le falte alguien diciendo «Santi Campillo a la guitarra» para ser perfecta). No me jodáis, esto es buenísimo.







L.A.


Un pequeño gran impacto fue esto. Desde ‘Crystal clear’, que me contagia siempre para bien, todo para delante. ‘Heavenly hell’ joder, pero claro que sí. Tiene ese rollazo norteamericano pero pasado por el filtro de un tipo cualquiera de Mallorca que resultó tener un talento estupendo para las melodías: Luis Albert Segura.


Este disco es banda sonora de años de encuentros furtivos con nocturnidad y alevosía donde y como fuera. Los que nos trajeron hasta hoy y nos hicieron lo que somos: una combinación perfecta. Qué canción más bonita esta última, qué bien perpetrada. Como todo este disco, en definitiva, que detiene el tiempo a mi alrededor, como ahora, cada vez que me retumba ‘Stop the clocks’.







DINERO


A ver, otra vez: ¿qué coño os pasa? Dinero lo tuvieron tan cerca que nunca lo vieron, como decía aquel otro, aunque sí que lo olieron. Su álbum de debut homónimo, de 2013, lo tiene todo: ese rollo de rock acelerado, esos coros, esos estribillos, esa pegada. Les vimos de teloneros de Foo Fighters en el Palacio de los Deportes de Madrid y parecía que ya, que lo tenían.


Pero por lo que sea, porque no atendéis o porque la vida es muy perra, todo puede ser y no ser, resultó que poco a poco fueron a menos hasta su reciente refundación. En un Universimad en la Complu les vimos a las 12 de la mañana y venían literalmente de Galicia y nosotros a saber, porque eso no son horas para un domingo. Pero aunque éramos muy pocos, o justo por eso, lo petaron y me encantaron. ‘En invierno’ es un hit clarísimo, pero ojo con ‘El momento perfecto’ ,’Trastorno bipolar’, ‘Mentiras’ o ‘Saboreal’.







QUIQUE GONZÁLEZ


El que decía aquello de «lo tuvimos tan cerca que nunca lo vimos» es Quique en ‘La luna debajo del brazo’. Una canción que parece mentira que solo tenga apenas diez años, pues es un clásico de cualquier época. Pero es de ‘Daiquiri Blues’ (2009), un disco amargo de ruptura para escuchar en toda su penumbra cuando la noche se pone turbia y especialmente solitaria. Hablo de mí, por supuesto, de otro no me atrevería.


A veces entro en barrena a altas horas y me tomo este daiquiri como algo personal. Y se me olvidan las canciones que hay, de manera que me sorprendo una y otra vez con esta inspirada colección: ‘Cuando estés en vena’, ‘Hasta que todo te encaje’, ‘Su día libre’, ‘Nadie podrá con nosotros’, ‘Restos de stock’ o ‘Anoche estuvo aquí’. Y por extraño que parezca, se hace la luz.







LA HABITACIÓN ROJA


Menudo comienzo rockerazo de estadio a lo Bruce Springsteen que tiene ‘El resplandor’. No es exactamente eso este disco, pero un poco de eso hay a lo largo de su minutaje recurrentemente. Hablamos de ‘Fue eléctrico’ (2012), otro de esos que tengo trilladísimos y que igual no tengo en mente de manera constante, pero que es un buen escondrijo personal.


‘Siberia’ mola mucho, ‘Ayer’ es un trote que finalmente esprinta e ‘Indestructibles’ es un himno melancólico que resulta maravilloso en directo porque sabes que cuando el gentío aúlla se está curando. En ese preciso instante, cuando lo de «si tú y yo éramos tan felices». Ahí es cuando ocurre y a partir de ahí ya todo es mejor para todos. Tal es el poder de una buena canción: que nos hace mejores al menos fugazmente.


Comparte

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *