– Ted Nugent (2006) Sala Macumba. Madrid

Crónicas

Lugar: Sala Macumba. Madrid
Fecha: 1 junio 2006
Asistencia: 1.500 personas
Artistas Invitados:
Precio: 32 euros
Músicos: Ted Nugent (voz y guitarras), Barry Sparks (bajista) y Mick Brown (baterista). Contó con la intervención especial de Chad Smith, batería de Red Hot Chili Peppers en un par de canciones.

Setlist: Stormtroopin, Wango Tango, Sanekeskin Cowboy, Free For All, Wang Dang Sweet Poontang, K.L.S.T.R.P.H.K.M.E, Rawdogs and warhogs, Soul Man (versión de James Brown), Hey Baby, Still Raising Hell, Girlscout Cookies, Need You Bad, Dog Eat Dog, Motor City Madhouse, Baby Please Don’t Go
Bis: Catch Scratch Fever, Strangehold y Great White Buffalo

(fuente: www.thesentinel.es)

Llega el llanero solitario, el caballo loco de los vaqueros estadounidenses más fachas entre los fachas, Teodoro el pistolero, con su sombrero y su cola, con su mega bandera de EE.UU. decorando el escenario, su micro-pinganillo, su incontenible verborrea y sus pedazo de guitarrazas. El hombre que llenaba pabellones en Madrid en los años ochenta, regresaba a la ciudad en el siglo XXI para ofrecer lo de siempre, de la manera de siempre, para regocijo de los de siempre y sus descendientes. Con ustedes, 7 minutos de Ted Nugent en Madrid en video:

Nada más entrar a la sala Macumba, creo reconocer en la barra, cerveza de litro en mano, a un tipo que me resulta familiar. ¿Será por esa gorra azul tan característica? Será, será. No lleva puesto el mono habitual de faena, incluso luce una cazadora de cuero, pero de cerca se despejan las dudas. Sí, ese vigardo es Chad Smith, baterista de Red Hot Chili Peppers, que al día siguiente tocan en el Palacio de Deportes de Madrid, y a los que también iré a ver. Buen presagio. Tras un momento de duda inicial, finalmente nos acercamos a él con el original saludo de «hey Chad!», a lo cual el hombre reacciona simpáticamente y se presta a hacerse una foto con nosotros. Esta foto quedó atrapada en mi viejo Motorola. A menudo pienso en rescatarla pero… ¿dónde demonios está el teléfono?

Es momento ya de entrar en la materia que nos ocupa. Con un trío como formación, Ted facturó dos horas de rock guitarrero auténtico, que es lo que mejor sabe hacer, conectando sus temas clásicos con otros más recientes y, por ello, también más desconocidos por el público. Wango Tango y Free For All fueron las más vitoreadas de la primera tanda de escopetazos. La versión de Soul Man de James Brown fue simpática y potente, pero se hizo larga, como casi todas las bromas. A todo esto, Chad movía la cabeza y disfrutaba. A todo esto, Chad desaparece.
Esta retaíla de fotos es gracias a Max Metal y The Sentinel.

Pero Chad no se había ido. No señores, no. Estaba en camerinos preparándose para una sesión de batería-aerobic como nunca había visto. Invitado por Ted a tocar dos temas de su repertorio (Motor City Madhouse y Baby Please Don’t Go), salió con ganas de arrasar y de desfondarse. Sinceramente, no había visto a nadie aporrear así una batería, ejercer tanta violencia sobre tambores y platos. Por momentos parecía que la estructura no aguantaría y que todo se vendría abajo, algo que habría causado gran regocijo entre el personal, desde luego, pero que milagrosamente no sucedió. Caña pura. Un buen calentamiento para su cita del día siguiente. Tras estos diez apoteósicos y suicidas minutos, el técnico de la batería tuvo que salir a recomponer la dignidad del instrumento para que el show pudiera continuar y finalizar.

Esta aparición estelar demuestra el amor de Chad por la batería y su buena relación con el mundo del rock estadounidense más clásico. De hecho, ha colaborado en más de cien discos al margen de su labor con Red Hot Chili Peppers, entre los que destacan trabajos para Wayne Kramer, John Fogerty, Fishbone, Dave Navarro, Johnny Cash, Glenn Hughes, John Frusciante o las Dixie Chicks.

Catch Scratch Fever, Strangehold y Great White Buffalo fueron los bises que redondearon un concierto que supo dar en la diana a la hora de contentar las expectativas. Momentos para el recuerdo, momentos para escuchar, momentos para alucinar, momentos para descargar energía y momentos casi para aburrirse. Porque de todo hay en la botica de Nugent, aparte de una extensa colección de armas de fuego. En Macumba, al menos, nadie resultó herido, y eso que no había detector de metales en la entrada. Aunque tal vez el sucesor de Charlton Heston al frente de la Asociación Nacional del Rifle yankee habría sido feliz si hubiéramos celebrado su espectáculo con disparos al aire.
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