Fulcanelli acaban de publicar ‘El universo observable’ (2021, Polar Records). Un segundo disco (conceptual) sobre la curiosidad, la exploración y el aprendizaje. Una búsqueda interminable de respuestas que alimenta la naturaleza humana y que a través de la banda barcelonesa suena a rock alternativo, folk, canción de autor o post-rock. Indagamos en todo ello charlando con Pedro Bernardo (voz, guitarras, teclados, programaciones) y Saúl Martínez (bajo y coros).
Hola chicos, qué tal Fulcanelli. Vamos al lío. ¿Cuánto tiempo lleváis enfrascados con ‘El universo observable’?
Pedro: este disco nos ha llevado tres años. Iban a ser dos, pero con la pandemia nos fuimos a tres. Y yo creo que nos ha venido hasta bien, porque nos ha dado tiempo a darle una pensada más al disco. Vamos, que por un lado nos ha fastidiado, pero nos ha dado tiempo a parar para reflexionar y le ha sentado bien al disco
Eso es un problema, porque cuantas más vueltas se le dan a los discos… Es contraproducente entrar en ese bucle y por lo general se llega a un punto en el que ya se deja y punto, jaja
Pedro: efectivamente. Es un poco como jugar a los dados, pero en este caso yo creo hemos salido ganando.
Saúl: Había alguna cosilla por ahí que estaba un poco empantanada y posponer la grabación nos ha dado un poco más de margen para pulir detallitos
O sea, que el disco está grabado recientemente. No es que estuviera terminado y guardado desde hace meses esperando su momento
Pedro: De hecho, teníamos que grabar en mayo de 2020 y no fue viable porque queríamos hacerlo en Sevilla. Terminamos grabando en octubre, lo mezclamos en enero y hemos salido en mayo. De manera que hemos estado trabajando en el disco hasta tres meses antes de que viera la luz.
¿Y cómo definiríamos este disco? ¿Rock espacial para escapar de estos tiempos de mierda? ¿Para escapar de este lugar apestoso que a veces es la Tierra?
Pedro: jeje. Bueno, aunque tengamos letras que a veces son un poco oscuras, en realidad yo creo que es una oscuridad que alberga cierta esperanza. Es un disco bastante positivo para ser nosotros. La pandemia no nos ha dado una visión más pesimista, ha hecho que nos demos cuenta de que todo es más frágil, pero también más hermoso. Ahora estamos empezando a apreciar cosas que antes no apreciábamos y yo creo que eso se ve también en el disco. Tenemos que darnos cuenta de lo grandes que son las cosas pequeñas, algo que no ocurre cuando pierdes perspectiva o las das por hechas.
Por centrarlo en la música, eso que dices vale para algo tan cotidiano como asistir a un concierto en ciudades como Barcelona o Madrid
Pedro: totalmente. Eso ahora nos parece un regalo después de tanto tiempo. El disco trata también de darnos cuenta de que somos insignificantes pero también somos importantes.
Comprender un poco dónde estamos observando el universo que habitamos
Pedro: ‘El universo observable’ es un disco conceptual que trata sobre la curiosidad como motor del espíritu humano, lo que nos hace mejorar y descubrir cosas continuamente en todos los aspectos. Desde lo más pequeño, que puede ser un niño que nace o una relación de pareja, hasta lo más grande de la exploración espacial. Esa es la grandeza del ser humano, que somos conscientes de lo diminutos que somos. Hasta hace cien años el ser humano no era consciente de lo pequeño que es, pero existen más cosas que vamos a acabar descubriendo.
Esta idea está resumida en ‘CYF’. Un tema con un videoclip animado que representa justamente esto último que comentas
Pedro: es la canción que mejor resume toda la temática del disco, sí.
Decís que estamos ante un disco conceptual. Eso no se hace nunca ya, ahora son todo singles. Lo del disco conceptual lo veo como muy de los años setenta, cuando se vivió todo el auge de los LPs
Pedro: pues me encanta que digas eso porque es de la década que más estoy escuchando últimamente. Hoy la gente vive mucho del concepto single, es verdad, algo que nos gusta, pero en Fulcanelli somos gente enamorada del concepto de disco como una colección de canciones unificadas. Aunque no se lleve mucho eso ahora, por qué no hacer uno.
O sea que vais a sacarlo en vinilo
Pedro: pues no quiero hablar de eso porque es una pelea personal, jaja. Yo lucho totalmente y quiero una edición en vinilo de las que se abren, así que no me doy por vencido. Porque, además, en el CD hemos trabajado mucho la parte visual. Algo fundamental porque es una experiencia de escucha activa, por lo que incluye también el libreto con los textos que acompañan a la música.
Saúl: para la edición en vinilo, como para todo, tiene que haber consenso de tres, jeje. Del anterior disco la sacamos, en cualquier caso, así que a ver si con el tiempo termina llegando
Me gusta lo que comentáis de la «escucha activa». Joder, que nos ponemos canciones y no las prestamos ni atención, al final todo va a ser música de ascensor. Pero Fulcanelli no lo es
Pedro: es que la gente se tiene que parar un poco a disfrutar de la música, no tenerla como accesoria mientras hace otra cosa. Que también está bien eso, oye. Pero de vez en cuando, pararse un poquito, centrarse en un disco, escuchar activamente una canción para sentir lo que está pasando en ella. Hay que pararse y respirar y la música nos va a ayudar a eso.
Cambiemos de tercio y hablemos del sonido de ‘El universo observable’. Se nota una clara evolución con vuestras grabaciones anteriores. Este suena gordote, por usar un adjetivo que me gusta mucho, jeje
Saúl: al final vamos aprendiendo, jaja
Pedro: es un aprendizaje, es verdad. Cuando empiezas quieres hacer un disco y cuando vas a por el segundo quieres hacer ‘el disco’. Estamos contentos con nuestro primer disco, pero nos faltaba darle una impronta de naturalidad hacia eso que has comentado, hacia los discos de los directos de los setenta. Porque fíjate, el batería es muy fan de Led Zeppelin y yo de los directos de Neil Young con los Crazy Horse y tal, de modo que queríamos no ya ese sonido, pero sí ese espíritu más abierto. Algo más humano, no tan procesado en el estudio.
Dices mucho los años setenta, pero a mí este disco me suena bastante a rock alternativo noventero
Pedro: lo cierto es que no nos atamos a ningún estilo. Cuando miro mi colección de discos no veo un estilo ni una época, sino que veo desde el hard bop de los cincuenta hasta la electrónica de 2021. Eso se tiene que notar de alguna manera en lo que tú estás haciendo
Saúl: no buscamos nada de manera consciente. Cada uno de los tres Fulcanelli escuchamos cosas súper diferentes y cuando sale una idea de una canción no hay una premeditación. El trasfondo está siempre ahí pero no se saca conscientemente
Pedro: venimos los tres de culturas musicales muy distintas y nunca ponemos ninguna preferencia. Al principio, con todas las ideas es un caos y se trata de limpiar para comprobar qué queda. Como el escultor que quita la materia.
¿Y cuáles son esas influencias de Fulcanelli? Ya tengo curiosidad
Saúl: yo vengo del heavy, del doom metal de cuando tenía veinte años. Con los años, según vas tocando, abres más espectro. He tenido también mi época de Jamiroquai. El batería, Sergio Cruz, es mucho de discos de funky y de rock de los setenta, y Pedro es bastante de jazz.
Pedro: Te digo los tres últimos discos que me he comprado, a ver. Uno de Hank Mobley del año 61, el ‘Cassadaga’ de Bright Eyes de 2007 y el ‘All encores’ de Nils Frahm de 2019. Todo muy variado.
Si el punto intermedio es Fulcanelli, es un lugar interesante en el que estar. ¿Visteis que Coldplay estrenó hace unas semanas su nuevo single conectado con la Estación Espacial Internacional? Pues os pega más a vosotros
Saúl: jaja, pero ellos tienen más recursos
Pedro: estamos esperando a que la base esté en Marte, nos queda demasiado cerca ahora mismo, jaja. Queremos algo más espacial.
Volvamos al disco, va, jaja. Metéis un discurso de Julio Anguita citando a Galileo Galilei. ¿Quizás porque tenía cierto punto conspiracionista en su época, jeje?
Pedro: nooo. Qué va. Es más sobre luchar contra las hegemonías culturales, contra lo establecido. Que es duro, pero necesario. Él representa eso. A veces hay que luchar por lo evidente porque es muy complicado luchar contra ciertas cosas. Nos gustaba eso porque está relacionado con la curiosidad… La curiosidad te lleva a descubrir cosas y a veces descubrir cosas choca frontalmente contra lo establecido. Eso es importante y nos gustaba este ejemplo. Además, se ponen muchos discursos inglés, incluso bandas españolas, pero no tanto en castellano, así que cogimos a un gran orador como Julio Anguita y yo creo que funciona muy bien.
Pues venga, contadme un poquito los planes de Fulcanelli. Habéis salido de Barcelona al fin
Saúl: por fin, sí. El disco acaba de salir así que tenemos muchas ganas de enseñarlo. Hemos tenido fechas en junio y tenemos para más adelante, pero ya iremos anunciando.
Ahora es un momento peculiar para una banda como Fulcanelli. Los festivales tienen los carteles de 2022 cerrados desde hace tres años ya, pero las salas no pueden ofrecer aforos muy grandes todavía. Igual esa es una vía para tocar más por ahí
Saúl: nuestro plan es tocar, pero tampoco nos ponemos ningún objetivo. Queremos enseñar el disco y seguir creciendo lo máximo que se pueda por el camino que se pueda. De cara al año que viene, si podemos dar un saltito, sería estupendo
Pedro: que la gente tenga la posibilidad de escucharnos. Eso le da una oportunidad al disco. No nos marcamos objetivos pero tampoco nos ponemos límites.
Qué difícil es la primera escucha de un grupo para cualquiera. Que con diez segundos la gente le dé esa oportunidad un poco más larga
Pedro: nos comentaron el otro día que cada día salen 60.000 novedades en todo el mundo en Spotify. Imagínate si es difícil.