Lugar: La Riviera. Madrid
Fecha: 18 marzo 2011
Precio: 26 euros
Asistentes: 2.500 personas
Artistas Invitados: Stay
Músicos: Liam Gallagher (voz), Andy Bell (guitarras), Gem Archer (guitarras), Jeff Wootton (bajo), Matt Jones (teclista)
Setlist: Four Letter Word, Beatles and Stones, Millionaire, For Anyone, The Roller, Wind Up Dream, Bring the Light, Standing on the Edge of the Noise, Kill for a Dream, Three Ring Circus, The Beat Goes On, Man of Misery, The Morning Son, Sons of the Stage
Impresiona y casi asusta ver a Liam Gallagher sobre un escenario sin su hermano Noel haciendo las veces de pertinaz escudero. Por mucho que ahora esté flanqueado por los también ex Oasis Andy Bell y Gem Archer, y por mucho que tenga un carisma dinosáurico e irrompible a prueba de balas, a Liam le falta algo. Le falta su némesis. Es como ver a Axl Rose sin Slash, con la salvedad de que en este caso nadie hace un uso extraño del nombre original, detalle este que suaviza las cosas.
Sea como fuere, esta noche Beady Eye (que así se llaman ahora) han presentado ante una abarrotada y ya de por sí entregada sala La Riviera su primer disco, ‘Different Gear, Still Speeding’, un trabajo sorprendentemente fresco y directo, que escapa deliberadamente de la monstruosa épica de las últimas grabaciones de Oasis. Suena vigorizante y eso no puede ser casualidad. [Las fotos son de Pablo Nicenboim]







Homenajes y semejanzas a parte, fue apagar las luces y comenzar a volar las cervezas (minis llenos de a 10 euros desperdiciados por la intensidad del momento, vivir para ver) a modo de bienvenida entre un público en gran medida foráneo y totalmente entregado con Gallagher, quien partía con la ventaja ganada de antemano del favor de una sala no desistió en ningún momento en su entrega al ídolo bajado desde los altares. Incluso al foso bajó a saludar. ¿Quien demonios era el de la muñeca hinchable? Ella también voló, claro.
Empezaron con la electrizante ‘Four Letter Word’ y ya desde este momento se pudo ver a un Liam Gallagher mucho menos estático que en su última visita con Oasis y que incluso se atrevió a tocar la ‘guitarra imaginaria’. Se rumorea que hay quien hasta le vio sonreir. Y bailó, eh, un poquito, bailó, movió las caderas dentro de su abrigo tres cuartos, a todas luces inapropiado para el calor del lugar. Bastaron un par de minutos para constatar que La Riviera es un recinto que se le queda pequeño a una de las últimas (tal vez la última, de hecho) estrellonas del pop británico, cargado de una pose molona muy bien aprendida. No sabemos muy bien por qué, pero nos acordamos de Zoolander…
Entre pose y pose, unas canciones más movidas (‘Bring the Light’ y ‘Standing on the Edge of the Noise’ me flipan) y otras más melosas (de estas me flipan menos). No hace falta describirlo, aunque sean una banda nueva ya sabes en realidad de lo que hablamos. Lo has escuchado antes y, lo mejor de todo, es que te ha gustado. Además, seamos francos, aquí el personal ha pagado para ver a Liam de cerca, por el morbo de ver a este tótem en un lugar al que no pertenece. Cualquier cosa que haga estará bien. Como tocar 55 minutos largos, ¿ves?
Mientras me río con una cerveza en la mano un tipo se me acerca y me dice que en su camino al baño soy la quinta persona que ve bostezando. Le explico que en mi caso está en un error y le ofrezco bebida en gesto de hermandad. Parece que queda conforme. Porque de la misma manera que no se sabe si un disco es bueno o no hasta que se escucha al volumen apropiado (a poder ser con los vúmetros en rojo) en el equipo adecuado, no puedes saber si un grupo es bueno hasta verlo en directo. Y Beady Eye son un buen grupo con un buen disco. No hay tantos que puedan presumir de esto.
Veo que a Galko le ha gustado, pero regulín, cuando se emociona se extiende más en sus crónicas. Pero el disco suena muy de sábado por la mañana, muy de dos días soleados y maravillosamente libres por delante!!! Bien!!
No estaba durmiendo la mona, estaba trabajando.
Por lo demás, el mismo perro con diferente collar.
Yo creo que los primeros veinte minutos fueron soberbios y los otros cuarenta, un ladrillo al nivel de los dos últimos discos de Oasis. Para lo bueno -en el disco de Beady Eye hay grandísimas canciones, continuistas, pero deliciosas- y para lo malo, la electricidad sin sentido y los peores tics del rock ochentero, un Gallagher es un Gallagher. Me ha gustado tu crónica.
Si te apetece enlazar mi crónica para Monsonoro, la puedes encontrar en jardinpolar.wordpress.com
No sé cómo mandarte el enlace por privado, sorry.
Suenan muy bien, aunque fue corto, Liam parecía más simpático de normal y estaba muy animado, menudo flequillo que se gasta!.
Fue el principio de una gran noche!
A mi me encantó el concierto. Corto como decís, pero intenso. Y la banda es un cañón!
Me ha gustado la crónica.
Saludos.