parabellum

Parabellum (2022) Independance Club. Madrid

Crónicas
¿Funcionan las baladas punks? Parabellum sigue demostrando que por supuesto

Que Parabellum es el rey de las baladas punks en castellano es algo que nadie discute en el Estado español. Que el grupo barakaldar fue increíblemente audaz al unir medios tiempos e intimismos con una acidez anti-todo a principios de los 90, es algo de conocimiento generalizado, aplaudido y de hecho el gran fuerte de los de Josu, más cómodo toda vez que ha dejado su tradicional posición a las baquetas, y ha avanzado al frente del escenario. Fue emocionante verle ‘apretado’ junto a Lino (con halo hipppy gracias a sus gafas teñidas), Pedro de la Osa y el ex-Extremoduro Iñaki Setién a las guitarras y Nacho, más joven y sentado a la batería.

Si no me falla la memoria, cuatro años hacía desde su última visita al Foro (2018 junto a Josetxu Piperrak y las Sexpeares), en la gira en la que grabaron su DVD La locura continúa (19), pero la pandemia mandó, y hasta ahora no habían podido regresar. El 5 de noviembre de 2022, por tanto, se hacía imprescindible no solo por la distancia, sino porque también presentaban nuevo disco, 24 años después de su último trabajo de estudio. ‘El Grito del Hambre’ (2022) es la antesala de la celebración de su 40 aniversario, la mala ostia sin bozal de un grupo que encara esta tercera etapa de su carrera apostando por el presente.

PÚBLICO VASCO, BAÑO DE NOSTALGIA

Así pues, con un muy buen aforo (con presencia de bastante público vasco que bajó para la ocasión), Parabellum se dio un baño de nostalgia ante su público más fiel, que gozó lo suyo con los grandes clásicos de sus cuatro primeros discos, ya que el quinto, ‘Adelante sin cabeza’ (1998), está condenado injustísimamente al ostracismo. El resultado, el avezado e inteligente lector que puebla las páginas de Mercadeo Pop se lo puede imaginar.

El grupo intercaló los temas nuevos entre los conocidos, y nosotros disfrutamos cada canción como cuando teníamos 20 años menos, para darlo todo como verdaderos cabrones cuando sonaron los himnos, que de eso se trataba. A muerte con ‘Bronka en el bar’, ‘Envenenado’, ‘Canción de amor’, ‘Kuerpo a kuerpo’… y a flipar con ‘La locura’, ‘Imaginas’ o ‘La vela se apaga’…

GRANDES CLÁSICOS Y NUEVAS CANCIONES

Canciones que han quedado en el cancionero del rock en castellano para siempre, y que cualquiera que presuma de erudito debe conocer, le guste o no el punk. Del nuevo disco, bastante bien los singles donde la teatralización del front-man subió enteros. Le gustan cómo han quedado y se gusta sobre las tablas, como en la emotiva ‘En este agujero’, homenaje eterno a Lera, las agresivas ‘Marionetas’ y ‘Arráncame el bozal’, ambas apisonadoras que se quedarán en el repertorio. Y, sobre todo, la progresiva ‘Demonios en el jardín’, con mucha intensidad contenida que el público aceptó con cariño.

El punto negativo, que en momentos fue un concierto previsible una vez vista la estructura, si bien su duración y rapidez impidió que nos aburriéramos. Eché en falta ‘Un Día en Texas’, ‘Noviembre-92’, ‘La bestia’, ‘Sacrificio del cerdo’ o mi disco fetiche, ‘Adelante’… pero eso son cosas mías. No desviemos la atención. Parabellum están aquí y, sinceramente, creo que tiene que molar envejecer como lo están haciendo ellos. ¡Larga vida!

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