Lugar: Sala La Riviera. Madrid
Fecha: 18 julio 2012
Asistencia: 2.000 personas
Artistas Invitados: Gun
Precio: Desde 38 euros
Músicos: Ian Astbury (voz y maracas), Billy Duffy (guitarras), John Tempesta(baterista), Mike Dimkitch (guitarras) y Chris Wyse (bajista)
Setlist: Lil’ devil, Honey from a knife, Rain, Fire woman, Lucifer, The phoenix, Embers, Nirvana, The wolf, Wild flower, Rise, For the animals, She sells sanctuary, Life > Death, Spiritwalker, Love removal machine
Ellos no se miran ni de reojo sobre el escenario, pero mientras Ian Astbury y Billy Duffy puedan seguir tocando juntos a pesar de los dolores, por mi parte todo correcto. Máxime si en el primer arreón de la noche ya sodomizan al personal con ‘Lil devil’, ‘Rain’ y ‘Fire woman’. En ese punto, en la cuarta canción, la entrada ya está amortizada con creces y hasta la que vende los chuches en la puerta de los baños da palmas con las orejas. Porque The Cult son leyenda viva. Asintamos todos al unísono. Así sea, palabra de rock.
Pero vamos a retroceder unos cuantos minutos en el tiempo para comentar la actuación de los reformados Gun como artistas invitados. La banda escocesa saboreó cierto tipo de gloria a mitad de los noventa (el ‘Swagger’ literalmente lo quemé) pero su vida acabó antes del fin de siglo. Resucitados en 2008 por los miembros originales Joolz y Dante Gizzi (el bajista transformado en vocalista), ahora acumulan ya un buen puñado de conciertos con su nueva formación, y anoche incluso presentaron nuevo material, demostrando así su empeño en reivindicar su vigencia.
Pero situémonos. Una tarde de mayo de 1996. Te coges la línea 5 del Metro y te plantas en Gran Vía para comprarte en Madrid Rock (previo saludo a los gemelos jevatas mediante) algún CD molón. Tras una tensa deliberación contigo mismo, terminas adquiriendo un ‘viejo’ álbum de Gun, ‘Gallus’, publicado cuatro años antes. Minutos después te encuentras abriéndolo y curioseando su libreto en la Plaza Mayor mientras esperas a que dé inicio un concierto de la Kelly Family con el que te encontraste por casualidad y en el que apenas duraste un cuarto de hora de cortesía. Recuerdos de una primavera de alguna manera bucólica no tan lejana.
Ahora mientras escribo este batiburrillo suena ese mismo disco a todo trapo con el sudoroso Tour de Francia de fondo en la tele. Recuerdos de una tarde de verano que está pasando pero al mismo tiempo se nos está escapando. Recuerdos a flor de piel ayer en La Riviera con temas como ‘Steal your Fire’, ‘Don’t say it’s over’, ‘Better days’, ‘Word up’ o ‘Shame on you’. A pesar de su condición de teloneros, Gun suenan potentes y frescos. Se atreven con nuevo material que no desentona con sus añejas composiciones. Clásicos en realidad para unos cuantos que sobreviven a la ausencia de Mark Rankin en las tareas vocales. Porque siempre es un gusto descubrir que no sólo tu te acordabas de ellos.
Pero volvamos a The Cult, volvamos al lío. Capaces de lo mejor y de lo peor, también supieron lo que es el éxito masivo hace ya mucho tiempo, pero tras años de zozobra, lo cierto es que llevan ya toda una década mostrando una sobria regularidad. Su última referencia discográfica, ‘Choice of Weapon’, está incluso un puntito por encima de sus anteriores trabajos y constata el conocimiento del oficial que atesora la dupla Astbury-Duffy.
Como suele suceder con las bandas de largo recorrido, eso sí, en los conciertos el populacho reclama nostalgia y puñetazos en la boca del estómago. El populacho quiere recordar cómo era aquello de mover la melena. ¿Eso queréis? ¿De veras? Pues va, agarrarse que arrancamos con el huracanado riff de ‘Lil devil’ y su correspondiente salvaje estribillo. Ya está claro, la cosa funciona, fluye, suave y punzante.
Las canciones del nuevo disco son acogidas con respeto y cierta algarabía, pero la comparación resulta sonrojante respecto a cla-si-ca-zos como ‘Rain’, ‘Fire woman’ o ‘Wild flower’, himnos de rock de estadio de ayer, de hoy y de siempre. Y quien diga lo contrario corazón de rocanrol no tiene. Y a quien diga lo contrario le acuchillo en el callejón con el mástil de una Gibson Les Paul.
En un escalón menor de bullicio quedó la impecable y portentosa interpretación de ‘Nirvana’ (primera sonrisa de la noche de Billy Duffy, todo sea dicho, que hasta ese punto no paró de pedir a su técnico más volumen para la guitarra). La primera parte del concierto se cerró con locura al ritmo de ‘She sells sanctuary’ y La Riviera del revés entregada al delirio más absoluto. Yieeeeaaeeahh. Yieeeeeaaeeaahh!!
‘Life > Death’ y la épica ochentera de ‘Spiritwalker’ abrieron los bises con un Ian Astbury disfrutón y desmelenado. Tuvo una impecable noche el vocalista, al igual que el resto de los chicos, al igual que Billy Duffy, siempre guitar hero en sus poses y eficaz en sus toques, guitarrones en ristre. La (corta) noche se cerró en ochenta minutos con la prima hermana de ‘Lil Devil’, esa ‘Love removal machine’ incendiaria y absolutamente AC/DC, absolutamente rock, absolutamente electric. Absolutamente enemigos íntimos Ian y Billy. Rock on dudes!
IMPRESIONANTE!!!!! NUNCA PENSÉ QUE VIERA UN CONCIERTO DE ESTOS TÍOS ASÍ.
SHOW DE 10!!!
Que calor tuvo que pasar con las pieles … el concierto muy correct aunque la acustica de esta sala es para que la cierren mañana
No hay ninguna manera mejor que empezar las vacaciones con un conciertazo de los Gun y The Cult, no la hay!!!
Me encantaron, bailé, me reí con las poses, los piques, todo muy muy divertido, y no podría contar con otra compañía jamás