Entrevista a la banda argentina Peces Raros, que llena estadios en su país y en diciembre toca en Madrid (Sala Mon) y Barcelona (Razzmatazz).

Peces Raros: «Hay música electrónica con mucha sensibilidad, emocionalidad y humanidad dentro, alguien se la puso ahí»

Entrevistas

Peces Raros se ha posicionado como una de las propuestas musicales alternativas de electrónica y rock más disruptivas y de proyección internacional de la escena argentina actual. Con un pie en cada uno de esos mundos, mantienen dos líneas paralelas con discos propios y otros en los que ponen esas mismas canciones a disposición de productores y djs de todo el mundo para que las reimaginen desde cero.

Es así como convive su última obra original, ‘Artificial’ (2024), con ‘Desconfiguración 4’ (2025), su cuarto álbum de remixes con el productor de progressive house inglés Nick Warren, el español Henry Saiz y el francés Rafael Cerato, junto a los argentinos Mariano Mellino, Eze Ramirez y Kevin Di Serna. Trazan así un puente entre los estadios en los que ya tocan en su país y las pistas de baile de los clubes más recónditos.

En esta progresión ascendente, Lucio Consolo y Marco Viera, abrieron hace poco para Chemical Brothers en el autódromo de Buenos Aires gracias a su innovador cruce de estilos y géneros que surfea sin formatos por el rock clásico, lo sinfónico y la electrónica. Recientemente presentaron ‘Obras Outdoor (vivo 2024)’, un registro de su noche más épica en el cierre de año en el Estadio Obras de Buenos Aires, donde miles de personas se sumaron a uno de los hitos más importantes de su historia.

Mientras tanto, Peces Raros sigue en ruta. Ampliando así su gira mundial ‘Artificial’ con nuevas presentaciones ‘full banda’ programadas para finales de año en Madrid (Sala Mon, 5 de diciembre) y Barcelona (Razzmatazz 1, 6 de diciembre). También con su hipnótico ‘live set’ en Berlín, Londres, Dublín, Amsterdam, Gotemburgo, Copenhague, Milán, Málaga (8 de diciembre, La Trinchera), Mallorca (11 de diciembre, Es Gremi) y Valencia (12 de diciembre. Sala Jerusalem), entre otros destinos.
Charlamos con Lucio y Marco en una soleada mañana madrileña en el epicentro de Malasaña.

Hola, ¿qué tal? ¿Cómo están los Peces Raros en esta etapa ‘Artificial’?

LUCIO: Es un disco que nos agarra en un momento de mucha actividad. Estamos con nuestra gira internacional más grande hasta el momento. Sería una osadía decir mundial, porque tal vez falta un paso más para poder adjetivarla de esa manera. Occidental, digamos (risas). Occidental y de mucho alcance porque, por ejemplo, ahora en noviembre y diciembre vamos a estar en Europa. Vamos a estar por primera vez en muchos lugares. Estamos incorporando países de Latinoamérica a los que nunca habíamos ido o habíamos empezado a ir a finales del año pasado. También vamos a hacer nuestra primera gira por Estados Unidos, ahora en octubre.

‘Artificial’ está siendo un punto de inflexión.

L: Sin ningún lugar a dudas que el disco tuvo una recepción super positiva por nuestra audiencia. En términos musicales, antes que un punto de inflexión, es la expresión más acabada de un cambio de metodología de trabajo que tuvimos en el disco anterior, ‘Dogma’. Antes trabajábamos como banda, nos metíamos en el local y armábamos todo en la sala de ensayo. A partir de ‘Dogma’ empezamos a trabajar en el estudio directamente, con instrumentos, maquetas, computadoras, máquinas, guitarras, piano, etc. Todo en el estudio, sin pasar por la sala de ensayo. Este disco lo trabajamos igual, y creo que está mucho más logrado. Es un álbum que va para afuera, en comparación a ‘Dogma’, que tal vez es más introspectivo. Y bueno, creo que en parte eso es por ir dominando la mecánica que incorporamos en el disco anterior.

Claro, bueno, a ver a lo mejor aprendido a usar más el estudio como herramienta. Con un instrumento más se dice mucho. Cuando uno empieza no sabe tampoco toquetear tanto. Pero luego aprendes el estudio y joder, hay posibilidades que se puede sacar.

MARCO: Sí, eso sí. Nosotros inicialmente, como hacíamos más rock, era armar la canción en la sala de ensayo. Y eso iba y se grababa, punto. Y no había mucha posibilidad de cambiar o moldear o construir con el estudio como herramienta o instrumento. Eso lo adquirimos mucho con el aprendizaje.

¿Qué queréis decir con Artificial? ¿Que el mundo es artificial ahora mismo? ¿Quizás que vivimos todo a través de las pantallas y todo es un poco de mentira? ¿O queremos buscar a lo mejor la esencia que tiene de real debajo de toda esa capa de Artificial en la que estamos todos metidos?

M: Hay una discusión posible alrededor de eso. Dos cosas te diría. Una, que la idea de que la electrónica es una música artificiosa, fría, por el uso de máquinas, por la ausencia de elementos orgánicos, naturales, como si fuese carente de humanidad, no es lo que nosotros sentimos. Hay música electrónica con mucha sensibilidad, mucha emocionalidad y mucha humanidad dentro. Alguien se la puso ahí. Alguien puso humanidad en esa música electrónica. Como también puede haber una música que no nos conmueva hecha con tambores y guitarras. Esa idea de que la electrónica es fría y artificial y distante, y otras músicas son las calientes y humanas, no nos interpela mucho.

¿Y la segunda?

M: Y después, la idea de lo artificioso de la realidad mediada por la máquina. No lo habíamos pensado tanto así, sino que en realidad, en contrapartida de eso, te diría que nos parecía que todo lo que construimos, los relatos, las narrativas, las historias que nos contamos, sea una canción, un libro, sea una película, una historia que te cuento que me pasó el sábado de la noche, está imbuida de una gran cuota de artificio porque es como funciona nuestra mente. Nosotros construimos historias permanentemente. El que hace una canción con una guitarra solo y te logra convencer a vos de que eso es real, es un mago, pero en realidad es un artificio. Entonces, estamos más de acuerdo con la idea de que el arte es ficción y que eso no tiene nada de malo.

Claro, no tiene nada de malo. De hecho, así es como se llega a otros lugares con la ficción.

M: Sí, pero tal vez a veces percibimos un tono peyorativo en hablar de ficción o artificio. A nosotros nos parece que es una virtud sumar.
L: Se me ocurre una última apreciación al respecto que también está toda esta paranoia de lo artificial y lo no artificial. Es como que la gente se acordó ahora de la tecnología, y esta es también una forma más de, para nosotros, dar cuenta de todo eso. Una forma tal vez hasta un poco irónica de decir, bueno, acá estamos.

Lo estamos diciendo, pero me gustaría insistir, al ser Peces Raros una banda que empezó más cercana al rock. ¿Puede la electrónica ser tan auténtica como el rock? Porque tenemos al rock como el género más auténtico, pero eso suena ya a más que superado hace mucho, más aún para artistas que navegan entre ambos mundos, como es vuestro caso.

L: Como decía Marco, en definitiva, toda música dispone de una tecnología para la construcción de su estética, su lenguaje y su código. Una distinción que se puede hacer entre el rock, que es un lugar desde el cual nosotros venimos, y la electrónica, que es un lugar al cual vamos, es que el rock tal vez utilice la tecnología, pero no se enorgullece de ella. Excepto de los amplificadores, ahí sí se pone medio fetichista todo, o las guitarras. Pero en general, el artificio se esconde un poco, se pone debajo de la alfombra. Y la electrónica se enorgullece de su maquinalidad y de su, digamos, ficción maquinal, de su dependencia con las máquinas. Ahí tenés una línea estética muy taxativa que divide las aguas. Porque ambos utilizan tecnología. La diferencia es que la electrónica se enorgullece de eso y el rock dice que no es tan importante.

Esa dualidad os da dos vertientes súper diferentes, dos estéticas completamente diferentes, que estáis experimentando mucho. Ahí está ‘Desconfiguración 4’, el álbum en el que diferentes músicos hacen remixes de temas de ‘Artificial’. ¿Dónde han llevado Nick Warren y los demás productores a estas canciones?

M: Cada uno las ha llevado a su mundo, a su lenguaje. En estos lanzamientos de remixes que hacemos con cada disco, le damos a los djs y productores la opción de elegir la canción que quieran y les pasamos las pistas de la grabación por separado. Algunos respetaron la canción y la metieron en otro universo estético. Otros agarran un pequeño material de la canción y crean algo totalmente diferente alrededor de eso, Henry Saiz está en un lugar intermedio muy interesante porque está toda la canción, pero está también muy manipulada en virtud del sonido al cual lo quiere llevar. Cada uno hizo lo que quiso con los materiales y, a fin de cuentas, la intención nuestra es esa. Y también tiene un objetivo más frío de que llegue a las pistas de baile.

Así es como una misma canción puede sonar en un club o en el Estadio de Obras ante miles de personas. Es un gran valor ese, que es un poco el signo de los tiempos también. Ahora por las plataformas de streaming la gente escucha mucho de todo y muchas veces no sabe ni lo que está oyendo pero, al mismo tiempo, por eso, está preparada para escuchar cualquier cosa.

M: Eso está bueno.
L: Sí, pero nosotros arrancamos con esto antes del auge actual de Spotify. Es una característica del proyecto que tiene Peces Raros, nosotros tenemos tal vez un pie en cada lado. La banda tiene una beta muy banda, muy cancionera, más tradicional en ese sentido, y después tiene una beta más festiva, más vinculada a la rave, al club, a la noche. Fue una forma que encontramos tempranamente de explorar esos dos ángulos del proyecto. Nos tomó un tiempo entender que cuando querés hablar en el lenguaje de la pista, tenés que hablar el lenguaje de la pista, y no podés hacer un track que sea una canción y una canción que sea un track. Es algo súper orgánico para nosotros, porque siempre estuvimos en contacto con la electrónica. Nos encanta pinchar. Algo que surge de una inquietud artística, y no de querer abarcar por una cuestión de mercado, de estrategia comercial.

¿Utilizáis la inteligencia artificial para componer?

M: Nosotros la usamos más de una forma lúdica. Hay gente que la usa para trabajar, tengo amigos programadores que es una piedra angular de su trabajo, es una herramienta, una gran ayuda, pero el resto de los mortales le hacemos preguntas rápidas, banales… No es que el disco se llame Artificial por la inteligencia artificial, pero era una palabra que estaba en discusión. No es que era un testimonio sobre la inteligencia artificial, no hay ningún tipo de posicionamiento, ni siquiera la mencionamos. Yo particularmente probé Chat GPT para hacer un ‘ping pong’ y darle forma a la letra de un tema que se llama ‘Mañana’. Me pareció divertido sumarla ahí para participar del disco. Obviamente, no se lleva ningún tipo de regalía, de porcentaje de propiedad intelectual, eso nos lo quedamos nosotros (risas).

Os esperamos de gira pronto por España. Hay una cosa que a mí me llama mucho la atención, no sé vosotros cómo la veis, cómo históricamente los grupos españoles siempre parece que van hacia América y triunfan, pero cuesta más al revés. No es tan recíproco.

L: Hay un boom argentino, creo yo, en estos últimos diez años, de un montón de artistas y de escenas nuevas. Nosotros estamos habituados a recibir artistas españoles hace muchos años, es algo común para nosotros, por supuesto. Hoy en día también hay proyectos nuevos que van apareciendo y la audiencia los va conociendo. También es un poco más difícil venir de América a España que de España a América, un grupo tiene que estar muy consolidado en términos económicos y tener bien aceitado todo su rollo para poder dar ese salto. Pero creo que ha habido un florecimiento de escenas, de referentes artísticos de nuevos géneros, y se ve muy común estar acá en España y encontrar a un montón de colegas dando vueltas. Eso es muy gratificante. En Argentina pasa mucho social y artísticamente, por lo que es muy bonito encontrarse con expresiones de nuestro país dando vueltas por el mundo.

Hay más movimiento en general en todas las direcciones.

Sí. Lo que comentas, además, también tiene que ver con lo que se produce culturalmente en el país en un contexto dado. Hubo un momento donde había artistas argentinos que hicieron un contacto fuerte con el público español, como Calamaro, Fito Páez, Charly García… y después hubo un momento del rock nacional en el que estaban pasando cosas muy fuertes a nivel político, y creo que la cosa se fue hacia que el tema tenía que ser ese porque lo que estaba pasando era terrible. Eso hace más difícil que interpele a la gente de acá, porque era un problema que estaba pasando allá. Pero ahora creo que se ha vuelto a abrir a temáticas un poco más universales en un mundo globalizado, mucho más conectado, en el que hay más o menos los mismos problemas en todas las grandes urbes.

Y puedes encontrar respuestas en artistas de cualquier parte del planeta.

La inteligencia artificial está en la discusión mundial. Hay una discusión sobre el trabajo con grandes referentes. Discusiones espirituales. Estamos hiperconectados y con los mismos problemas metafísicos.

Y con las mismas tiendas en todas las ciudades del mundo.

L: También.
M: Un solo mundo, un solo problema.

En Argentina tocáis en estadios y en Europa os adaptáis a salas. ¿Cómo lleváis esa dualidad? Es algo que siempre me llama la atención y que hay que gestionar.

L: Está buenísimo. Los shows chicos son tremendos. Más cercanos, mucho calor, mucho sudor, es como más rockero.
M: Nosotros disfrutamos mucho esos shows. Los disfrutamos mucho en Argentina en el momento en el que tuvimos un crecimiento que nos llevó a escenarios más grandes y nos permite hacer otro tipo de propuestas. Es celebrable y deseable. Y es cierto que te da otra experiencia con el público. Nosotros disfrutamos ambas. Tocar en salas en Europa nos da esa experiencia que teníamos allá hace un tiempo atrás, que está buenísimo. Y, de todos modos, estas shows, al menos en Madrid y Barcelona, no van a ser tan chicas ya (risas).

En la Sala Mon de Madrid caben unas 700 personas. Y en la Razzmatazz de Barcelona caben hasta 3.000.

M: Ya no es tan cercano.
L: Comienza más esa cosa donde es un show de mayor amplificación y cambia un poco el código. Cuando es chiquito, tenés como un intercambio más singular con la audiencia, más uno a uno. Y en un show grande tenés como que tratar de hablar con el último asistente que esté más lejos y hablar con el primero.
M: Tienes que mirar al horizonte.
L: Siempre hay que mirar al horizonte, a la utopía.

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