Nunatak son casa en este mundo fugaz plagado de ruido, pantallas, notificaciones, necesidades creadas y ansiedades. Un refugio donde ese bien escaso que es el tiempo se detiene. Una isla invisible que ante nosotros en forma de canción aparece. Le damos al ‘play’ de su más reciente disco -‘La isla invisible’, efectivamente’- y charlamos con Adrián Gutiérrez, cantante de la formación cartagenera.
Hola, Adrián, al lío. ¿Cuál es la fortaleza de Nunatak?
Sus canciones.
Nada menos. Pues hablemos de canciones. Me gusta mucho ‘Cierra al salir‘. Basta ya de gente tóxica, ¿no?. ¿Por qué cargamos con toda esta tonelada de peña ponzoñosa?
Es muy difícil escapar de tod@s, siempre te comes alguno o alguna, directa o indirectamente… estamos rodeados…
¿Es tan sencillo como cerrar al salir? Yo creo que nos persiguen.
Hay algun@s fáciles de esquivar, pero otros, como tú dices, nos persiguen y es porque necesitan nuestra aprobación personal (en la forma que sea) o, en cúpulas más elevadas, nuestro derecho democrático. Hasta que no están saciados, no paran.
‘Cierra al salir’ es un tema con aires algo garageros. ¿Dónde andaba esa cosa vuestra?
También forma parte de nuestro bagaje musical, aunque sea como oyentes. Es música que llevamos escuchando desde que éramos unos críos. Es una más de las múltiples influencias que tenemos como músicos. A la mínima que te despistas, la cabra tira para el monte y si ves que se dirige a esa isla Infinita, te dejas llevar.
Debemos estar muy jodidos para que cantéis esto y me suene bonito: «Nadie quiere la verdad ya solo importa el reflejo»
No se si jodidos, pero hemos entrado en una dinámica un tanto preocupante e inquietante. Será que nos hacemos mayores.
¿Hay un hilo conductor en este disco?
‘La Isla Invisible’ es ese lugar donde encontramos todas las cosas que nos gustan, las que nos hacen sentir cómodos y, en cierto modo, que nos representan. En ese lugar no hay ruido innecesario provocado por esas situaciones y personas tóxicas de las que estamos hablando. Cero concesiones. Aunque suene a topicazo generalista, hay lo que somos.
Me gusta eso que cantáis de que cuando se muere alguien hay que rápidamente decir algo públicamente. Pobre el muerto al que utilizamos y en realidad nos da bastante igual, ¿no?
Totalmente. Es una llamada de atención más. Abrazas un suceso mediático para aprovechar la penetrabilidad del mismo. Vas a lomos de la muerte de alguien famoso para hacerte ver y obtener la ansiada aprobación.
Decís ‘Ruge león’ y de repente aparece la parte más hermosa de Nunatak. ¿Os gustaría aportar algo de melodía a este mundo ruidoso? Pienso que lo hacéis, por ejemplo, con ‘Ruge león’. ¿Y si fuerais un rugido melodioso?
Todo lo que sea ayudar a que este mundo tenga un poco más de “armonía”, encantados. Nos gusta hacerlo de esa forma. Creo que es una seña de identidad de la banda. Mientras haya melodía, lo que quieras, jeje.
Al mismo tiempo, igual pienso que hay demasiados leones y poca compasión. No tengo claro donde está Nunatak en este mundo de pirañas. Tenéis demasiada elegancia. ¿Hacer canciones bonitas es una declaración contra el mundo de 2023?
Muchas gracias. Seguimos con las raíces bien firmes como para que nos muevan de aquí. No creo que sea una declaración en contra del mundo. No nos vemos con la potestad de decidir que es bonito y que no en un mundo tan subjetivo y visceral como este. Lo que si te compro es esa sensación de que estamos en un momento en el que hacer lo que yo entiendo por “canción bonita” es ir un poco a contracorriente… hasta que el flujo cambie de nuevo…
Yo tampoco tengo esa potestad, pero ‘La isla invisible’ es otro disco bonito de Nunatak. Y ya van unos cuantos…
Gracias. No solemos valorar nuestros discos porque estamos tan sesgados y envenenados por todo el proceso “que no se ve” que sería una opinión muy descontextualizada. Lo que sí te puedo asegurar es que sale directo de las entrañas de cada uno de nosotros y quizás por eso sea bonito. Lo natural y orgánico es algo precioso, al menos para mí.
‘Yo me lo merezco’ es un poco Chainsmokers, que seguro que ya están pasados de moda. Bueno, es un pop que me parece una especie de misa en autotune.
Van por ahí los tiros, has apuntado bien. Nos imaginamos a un profeta, un semi dios propagando su “palabra”. Es una especie de ironía en la que jugamos también con el tipo de sonido de la canción para hacerla si cabe aún más irónica. Como dato friki, realmente no es un atotune (ojo, no tenemos nada en contra del efecto en sí), es una armonización vocal que se toca y se canta a la vez. Mientras cantaba Adrian, Pedro iba armonizando su voz con el teclado, a través de un pedal, hasta conseguir ese efecto.
«Voy a perderme el momento y grabarlo en 4K (…) No me interesa el esfuerzo, el arte y la verdad. mi único talento es no tener intimidad». Siento en estas palabras una queja abierta a cierto desprecio hacia el tipo de cultura que vosotros defendéis. Igual vosotros y yo somos vieja escuela, seguro que sí. Pero, acaso, ¿no es mejor ser vieja escuela que la nada que nos rodea ahora?
Si te miras el ombligo está claro que hay algo de sesgo por ser “de la vieja escuela”, es innegable. Esa inercia a rechazar lo nuevo o lo que “no es de mi generación”. No obstante, pensamos que esto es más una limitación compositiva que otra cosa. Nosotros somos bastante pragmáticos e intentamos no filtrar el caudal creativo por etiquetas ni estilos sino por lo que nos haga estirar la orejica en ese momento, sea de la vieja o la “desconcertante” nueva escuela. Eso sí, seamos de la prehistoria o los mas modernos, lo que es obvio es que culturalmente no creo que estemos mejor que antes, al revés diría yo. Y teniendo en cuenta que el mundo avanza y hay más posibilidades y herramientas, nos parece una realidad muy triste. Aunque lo peor de todo es que hay gente tóxica que se aprovecha de ello y lo fomenta en su beneficio… y no gente cualquiera…
‘Sigo corriendo’ me parece una canción capital. Si ya no tienes ganas de seguir corriendo, ¿por qué seguir? ¿De dónde salen esas ganas? Las quiero encontrar. Vamos a buscarlas.
Porque no nos queda otra, como diría un autónomo. Todos somos autónomos en este mundo. Lo bueno es que contamos con ese pequeño pulso infinito que tenemos dentro y que, si lo dejamos a su bola, siempre tira para adelante y se abre camino como sea. Es esa motivación primigenia e irracional la que nos da la energía de arranque o de seguir corriendo. Cuando me siento como tú, busco ese pulso inquebrantable y hago poco caso a mis mierdas mentales.
Cantamos hasta que nos alcance la mierda. ¿Es un poco así?
Mejor eso que estar con la boca cerrada. Si la mierda tiene que entrar, que entre bien.
El disco empieza ruidoso y acaba ‘pianeando’. Es un viaje. ¿Del ruido a la paz o me lo estoy inventando? ¿Hemos encontrado algo en estas canciones?
Es cuestión de energías, no tanto del viaje del ruido a la paz. Todas las canciones del disco, sean del estilo que sean, para nosotros tienen un trasfondo de paz, un cachito de la isla infinita. Es cierto que la última de todas es un resumen musical de ese hilo conductor y no tenía otro lugar mejor que la última del disco. No sé si habréis encontrado algo, pero te invito a que lo hagas: esta canción tiene una melodía como leitmotiv que es la misma que aparece en otra canción del disco. Un ejemplo de que, aunque los estilos sean diametralmente opuestos, todas forman parte de un mismo y pacífico concepto.
¿Hay paz dentro de Nunatak en un mundo en guerra?
El núcleo de Nunatak es un bunker antiaéreo donde hay la misma paz que una cuadrilla de amigos que se conocen de toda la vida y se saben de sobra las miserias y virtudes de cada uno.
Me parece que a día de hoy sois los Coldplay buenos. Sin rodeos para terminar, jaja.
Joder, eso sí que es bonito, jeje. Muchas gracias. A ver, somos muy “fanses” de discos (en este caso obras maestras) como el ‘A Rush of Blood to the Head’ o el ‘Parachutes’, así que no podemos tener los oídos más adulados que tus palabras.
