M Clan (2015) Palacio de Santa Bárbara (Manzana Mahou). Madrid

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Lugar: Palacio de Santa Bárbara. Madrid
Fecha: 17 junio 2015
Asistencia: 100 personas
Precio: Con invitación

Menos puede ser más

M Clan tienen por delante un verano cargado de conciertos para seguir celebrando su veinte aniversario, pero Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez ya tienen claro cuales serán sus próximos pasos para la próxima temporada, una vez termine el período de fichajes, si nos da por utilizar términos futbolísticos.

La cuestión es que el dúo ya tiene claro que viajará en mayo hasta Nashville, cuna de la música country estadounidense, para grabar con músicos locales un nuevo disco con la intención de publicarlo en septiembre, tres años después ya de aquel ‘Arenas movedizas’ que sigue siendo su última referencia de estudio con material inédito.

Pero antes, la sorpresa, pues Tarque y Ruipérez se embarcarán de febrero a mayo en una gira acústica en la que los dos se plantarán cada noche a pecho descubierto ante el público, para revisar su cancionero con voz, guitarra, pandereta y, si se tercia, taconeo.

Una propuesta cercana que, antes de su anuncio oficial, tuvo algo así como su ensayo general este miércoles en el Palacio de Santa Bárbara (Manzana Mahou) de Madrid, en un evento relacionado con el 125 aniversario de Mahou Cinco Estrellas y la correspondiente campaña publicitaria que a estas alturas ya todos hemos visto en televisión unas cuantas veces.

Y la propuesta funciona, claro. ¿Cómo no va a funcionar con la portentosa voz de Carlos Tarque? Si a eso le sumamos su habitual descaro, tenemos un espectáculo austero pero ameno, repleto de chascarrillos y de interactuación entre músicos y público. Es el formato cercano que de un tiempo a esta parte parece consolidarse en nuestro país ‘por culpa o gracias a’ la crisis económica que invita a abaratar gastos.

Es incluso una propuesta con un punto de romanticismo, pues los músicos viajan solos en su propio coche, llegan al local de turno, descargan los instrumentos y no tienen prácticamente ni que probar sonido. Se trata de llegar y compartir un cancionero tan solvente como el de M Clan de una manera inédita hasta ahora en la pareja murciana.

Eso sí, a tenor de lo visto este miércoles, quizás podríamos pedirles un poquito más de apertura en el repertorio, pues esta es una oportunidad más que propicia para recuperar canciones poco habituales en sus recitales eléctricos. Y así le darían a la gira un valor añadido y claramente diferenciado que sin duda sería ‘very appreciated’ por sus más acérrimos.

Unos acérrimos que van a comprender lo que quiero decir, pues la velada arrancó con ‘Calle sin luz’ y prosiguió con temas como ‘Para no ver el final’, ‘Llamando a la Tierra’, ‘Perdido en la ciudad’, ‘Gracias por los días que vendrán’, ‘Usar y tirar’, ‘Maggie despierta’ y ‘Carolina’. Es decir, las habituales. De otra manera, pero las que ya esperamos.

Y no es que no sea un puntazo sentir cómo la voz de Tarque te agarra el corazoncito mientras su mirada te atraviesa al cantar ese intenso baladón que es ‘Miedo’. Es un puntazo necesario en cualquier lugar en el que esté M Clan, de hecho. Pero junto a esta, otras variopintas canciones de todas las épocas bien podrían tener su oportunidad en este formato.

Resulta divertido comprobar que, como de costumbre, al público le cuesta despojarse de la vergüenza de estar en un local chiquitito con el grupo a dos metros. Pero poco a poco se va liberando y para cuando al cabo de una hora la música llega a su fin, ya en pie corea con naturalidad ese fin de fiesta resultón que siempre es ‘Quédate a dormir’.

En definitiva, la propuesta funciona porque Ruipérez sabe reducir las canciones a suaves sucesiones de acordes, dando el colchón mínimo necesario a Tarque para que se luzca vocalmente más que nunca, si acaso eso fuera posible. Con su carisma en plena incandescencia, lo que más sorprende es que el vocalista logre mantenerse sentado y en su sitio.

Algo que consigue a duras penas, pues casi tira el taburete al suelo en un par de ocasiones mientras maltrata sin piedad la pandereta que le sirve como única pauta rítmica. La prueba definitiva de que, en ocasiones, efectivamente, menos puede ser más. Es cuestión de tener buen carbón en combustión en la caldera. Que se prepare Nashville.

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