Antonio, de Arde Bogotá

Hablemos de Arde Bogotá

Artículos

Yo, vaya por delante, de Murcia soy de Second y M Clan (por ese orden). Pero de Cartagena no tenía grupo y ahora ya lo tengo. Siempre se compara a Arde Bogotá con Héroes del Silencio pero yo veo ahí tanto a Sean Frutos como a Carlos Tarque. Veo, en esencia, una idiosincrasia, seguramente romana. Y calor y sudor. Todo eso está ahí. A mí, me gusta un porrón la calle peatonal de Cartagena, caminar contemplando las terrazas, las baldosas, el mar al fondo. Hay ahí, en esencia, una idiosincrasia (sí, insisto) mediterránea. Hablemos de Arde Bogotá, que son casa en esta casa.

La foto es de Ricardo Rubio en el Palacio de los Deportes de Madrid.

Mi primer recuerdo de Arde Bogotá es un correo de Claudia. Recibimos tantos iguales. Pienso en lo impensable que ha resultado realidad. «Tengo un grupo». «Estoy totalmente segura de que te van a gustar». Joder, he leído eso tantas veces. Tengo 46 palos. Vi a U2 y a Guns n’ Roses en el 93 en el Calderón. Esos dos conciertos son, vale, el baremo de mi edad. Son los galones de un pavo que escribe sobre música. Empátame, cabrón. Bueno, pues eso, que uno no se lo cree. Tampoco me lo creí del todo nunca, pero accedí. Y cuando accedes, ay, amigo. Ay.

Para leer más de Arde Bogotá

ANTIAÉREO

Tienes que tener una jodida frase para empezar. Siempre. Y «entra mejor por detrás» es la que tienes. No es en absoluto menor. Es de puta madre. Ya con eso lo tienes. «Que no te vea nadie». «Entra tal cual como vas». Vamos, no me jodas. Hay novelas que venden trillones de ejemplares que empiezan mucho peor, de mala manera, y no levantan. La novela de Arde Bogotá que estamos todos leyendo todos a la par arranca así.

VIRTUD Y CASTIGO

Cuando no tenían ni un puto disco, Arde Bogotá ya tenían ‘Virtud y castigo’. Pienso mucho en esos momentos en los que crees que tienes entre manos algo que puede hacer a todo el mundo flipar, pero a la vez sientes que es improbable. Imposible. ¿Qué se siente cuando ocurre el gran big bang? No lo puedo saber, pero me interesa mucho. Que esta sea una canción de estadio desde su nacimiento puede ser demasiado ambicioso pero, eh, tanto deambular, tú y yo, nacimos para correr.

ABAJO

Mercadeo Pop nació para recordarme a mí mismo lo que soy yo mismo. Casi en plena pandemia nos fuimos el Ricar y yo a ver a Arde Bogotá a Sony Music. Que está justo al lado de Europa Press, de donde me despidieron a traición (era viernes, claro) en plena pandemia porque son unos hijos de puta. Al portal fui a escupir antes de hacer la entrevista. Y cada vez que voy por allí, escupo. Pero no hablamos de eso. Yo creo que hablamos de eso todo el tiempo, pero vale, quizás no. Ahora estoy feliz en infoLibre.

Una vez resuelto mi puto asco hacia la empresa en al que estuve veinte años y que quemaré sin duda algun día, nos encontramos con cuatro pavos de Cartagena. Como yo soy de Carabanchel, identifico a mis iguales. Ellos lo son. ‘Abajo’ era su gran pelotazo, en esa confiaban. Y lo que me flipa es que un lustro después ya se les ha quedado pequeña la gran baza que tenían para hacerse grandes. De alguna manera, se empequeñecieron a ellos mismos.

CARIÑO

Puedo no acordarme de donde aparqué el coche anoche. Es una constante en mi vida. Pero recuerdo perfectamente algo que quiero contar. Un día nos fuimos Juanjo y Loli (los padres de Lucía Fernández Gallardo, la de prensa del Sonorama) a enterrar a nuestro primo Kiko en Medina de las Torres (Badajoz). Sonaba en el Spotify random ‘Cariño’ y mi hermana, Loli, dijo, «esta canción es un poco tonta». Conduje un rato más viendo las líneas continuas hasta que le dije «una canción de mierda». Y sabéis: lo grito cada vez que puedo en honor al pavo que me llevaba al fútbol de canijo. Ahí ya Arde Bogotá se estaba colando en nuestras vidas.

EXOPLANETA

Una noche de agosto, hace cuatro años ahora justo. Nos cogimos el Megancito y nos fuimos los cinco a Esquivias a ver a Arde Bogotá y Veintiuno. Nos hicieron sentarnos, porque eran los años locos después de la pandemia. Yo me pedí en primera fila un mini de gin con ginebra (era tónica, pero muchísima ginebra). Porque sí. Y luego otro. Me quedó claro aquella noche que iba a pasar algo gordo. Ricardo (again) les hizo unas fotos estupendas y, de vuelta, condujimos como buenos cowboys de la A-42 con la música a toda hostia yo y los niños quejándose. Es lo que hay, pibardos. Coge el Peugeot.

LOS PERROS

Me alegro mucho por Claudia y Toni. Se lo merecen tanto. Dieron con la banda que merecían (creo que a todos se nos fue de las manos las expectativas). Hombre, ‘Los perros’ es un pedazo de tema rock. Ponte como quieras, te guste más o menos. Nos acordaremos cuando tengamos setenta palos, si llegamos. Me pone cuando los grupos meten distorsión guapa. Hay melodía. Y hay, caramba, un concepto que les ha funcionado que te cagas encima en cualquier gasolinera inmunda de la A-3.

COWBOYS DE LA A-3

No es para nada de mis favoritas, pero cómo la vamos a obviar. Es un concepto bien pillao. Porque mira que está Cartagena lejos de todo. Buah, flipas. Ese rollo acústico que se viene arriba funciona siempre. De hecho, molan más las estrofas que los puentes o el estribillo. Esa parte de la guitarra acústica es la clave. Fui a verles a la Sala Mon, que ya se les quedaba pequeña. Es mazo curioso ese punto de un grupo en el que sabes que están tocando en un lugar que no es el suyo pero por pequeño, no por grande. Estaba clarísimo. Fue un bolazo.

LA SALVACIÓN

No creas, tú que has llegado hasta acá, que ‘La salvación’ es la que más me flipa. Soy más directo y más de ‘Veneno’, ‘Escorpio y Sagitario’ y eso. Viene Nicolás ahora a la cocina mientras escribo esto, le digo, ¿te acuerdas? Ni le suena. Qué jodido es ser un papá del rock, de verdad. A mí me gusta mucho ‘Flor de La Mancha’, por la cadencia de las palabras, principalmente, y por el desierto de Carboneras donde nos enrollamos a cincuenta grados. Rock y sudor de espalda en el colchón a dos.

FLORES DE VENGANZA

A mí, ‘Flores de venganza’ me gusta mucho. ¿Sabéis por qué? Porque tiene otra puta frase: «Sorpresa estoy en tu fiesta». Es que con eso ya está todo. En este caso, el sonido duro es perfecto. Le dije a Alfredo una vez que recordaba a Queens of the Stone Age y me pontó un pollo de puta madre, jaja. Bueno. Cuando la guardia civil nos separó uno de ellos dijo «pero cómo no va a ser temaso joder». Y nos pusimos todos a reír camino del bar del pueblo. Me salió cara aquella ronda viendo a Arde Bogotá en La Riviera.

LA TORRE PICASSO

Qué cosa tan pretenciosa. Sin rodeos. Pero menuda canción de rock a su vez, al mismo tiempo. Oye. Atiende. Como Claudia y Toni son perfectos, se encargaron personalmente de invitar a todos los pequeños medios que hicieron alguna vez caso a la banda del momento (yo les saqué también en infoLibre). Y con acompañante, dejando elegir pista o grada (la gran pregunta de mi existencia: fuimos a pista, claro).

Y lo que quiero decir es que fue una noche de fiesta en toda regla. Promovida por los chavales de Cartagena. Con un show con dos cojones puesto ahí arriba y que salga el sol por Antequera. Fue una de esas noches en las que hasta Alfredo estuvo de acuerdo. Era viernes. ¿Y sabéis qué? «Qué» (eso siempre me dicen mis niños cuando les hago esa pregunta desde mi atalaya pop). Pues que nada me gusta más que un concierto de puta madre una noche de viernes. Y vine a este planeta para contarlo.

Tengo que añadir algo. Qué bien lo pasamos en el Mad Cool. Bruno, que tenía 2 años cuando conoció a Arde Bogotá, enloqueció con 7 y se fue corriendo a intentar tocar a Antonio por el lateral izquierdo. Lleva, literalmente, toda su vida escuchando a esta peña. Ojalá supiera yo si eso es bueno, malo o regular. Sé que es un ser puro al que le late el corazón.

Pienso eso mientras le contemplo alejarse. A cámara lenta, aquella vez que vimos a Arde Bogotá y casi perdemos al niño, ¡Paloma!

PD: En esta casa hemos estado pintando una sandía y hemos puesto la bandera en la terraza. Un acto menor, pero un acto. Inspirados, hay que decirlo, entre otras muchas cosas, por la kufiya de Mercader.

SIGUE A MERCADEO POP EN

Tagged