Un 14 de agosto en Madrid puede pasar de todo. Desde que un munipa te aperciba por estar tomando una cerveza con Triskys en la puerta de La Riviera hasta que Gene Simmons se empeñe en sabotear su propio concierto. Con una sala medio llena (o medio vacía, eso ya que cada cual decida). Un millar de personas, en definitiva. Medio aforo en una ciudad abandonada a su suerte en el punto de inflexión que marca este veraniego puente en el que todo más lento se mueve. Media hora tarde aparece el susodicho, el demonio de los Kiss, sin maquillaje pero con gafas de sol. Más él que nunca.
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‘Deuce’ y ‘War machine’. Un arranque prometedor con dos cañonazos de Kiss y una banda de cuatro de buena pegada integrada por Brent Woods (guitarra y voces), Jason Walker (guitarra y voces) y Brian Tichy (batería y voces). Y el protagonista de la noche, se entiende, a la voz, el bajo… y las chorradas. Porque tras este inicio decide Gene invitar a gente al escenario y sube una chica a la que le hace darse la vuelta mientras asiente con cara complaciente mirando su culo y buscando la complicidad del público. Bromas de rockeros del siglo XX. Luego sube otra chica con la cara pintada y un niño y una niña más pequeñitos.
Y la verdad es que Gene Simmons empezó petando duro el epicentro más hard rock de los KISS. Eso es perfecto, es lo esperable. Luego la velada se le fue de las manos, por lo que sea, y tuvo momentos de mucho bochorno machista y estupidez rockera de la vieja escuela. Por lo que sea pic.twitter.com/gCF17WKwmV
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La Escuela de Rock de Gene Simmons en La Riviera. Echamos de menos a Jack Black, aunque anda que si sale Dani Martín. Cuando tocaban, en realidad bien. Los parones interminables y las chorradas varias ya peor. 13 temas en apenas 80 minutos, entre ellos La Bamba. Noches de agosto pic.twitter.com/2Fbsayuk1D
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La Escuela de Rock de Gene Simmons en La Riviera
Está Gene Simmons montando su propia Escuela de Rock esta noche en La Riviera. Y lo que tarda en sacar a la gente es desconcertante. Hay quien berrea «¡toca ya!», pero él sigue a lo suyo. De repente a Gene le da por gritar «¡ándale ándale arriba arriba!». Y se pone a tocar ‘La Bamba’. Esta versión no va a ningún lado pero da respuesta a una pregunta: ¿Qué lleva a una estrella del rock como esta a salir otra vez de gira a puntito de cumplir 75 años justo después de haber recorrido el mundo despidiéndose de una banda del tamaño de Kiss? Pues tocar sin presiones, hacer lo que le dé la gana y, básicamente, monetizar su aburrimiento hogareño. Pregunta en otro momento si alguien quiere agua y procede a beberla él y escupirla al público a chorros. Gracietas que pretenden ser simpáticas, pero no lo consiguen del todo, precisamente.
Al fin tocan ‘Are you ready’ con los invitados haciendo coritos. Bajan estos y vuelve el rollo de subir a otros para cantar los coros en ‘I love it loud’. Pasan los minutos y para no enfriarse el batera hace redobles sin venir a cuento. ‘Ace of Spades’ de Motorhead, cantada precisamente por el de las baquetas, les queda estupendamente y nos recuerda a lo que vinimos. Pero lo que esperaban los que pagaron sus señores 60 pavazos no es exactamente lo que le apetece a Gene Simmons, que otra vez vuelve a invitar a fans pequeñines a subir a su lado para ‘Shout it out loud’. Hay quien dice que solo falta Dani Martín, nos acordamos de su penoso doblaje de ‘School of Rock’ y reivindicamos a Jack Black. A todo eso da tiempo antes de que vuelva a sonar la música. Porque los shows de Kiss eran bombásticamente perfectos en lo suyo, pero hay que ver lo que cambia la movida sin el maquillaje.
Ya está bien de perder el tiempo
De repente se pone serio y les dice a los músicos que ya está bien de perder el tiempo. Ahí entramos, por fin, en terreno esperable y muy aceptable. Son una banda de rock comandada por todo un histórico estrellón, ¿cómo no iba a ser así? ‘Parasite’, ‘Cold gin’, ‘Carisma’. «Cuando una mujer dice no, en realidad quiere decir sí’, asegura el cantante a la concurrencia. Vuelven a subir chicas al escenario y una de las baquetas acaba entre las tetas de una de ellas. Bochorno machista y tonterías de la vieja escuela rockera. Tocan también ‘Calling Dr Love’ y luego se remata la velada de trece temas y poco más de ochenta minutos con ‘Rock n’ roll all nite’. Por supuesto, por enésima vez con invitadas sobre las tablas. «Si nos organizamos subimos todos». Nos reímos porque, total, qué otra cosa podemos hacer: estamos de pachanga.
1, 2, 3, 14. Todas las fiestas del mañana de Lou Reed, las noches del presente que están aquí y no ves venir, y aquel viejo disco de los KISS pic.twitter.com/ZI1xbJPMTI
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Resumiendo. El concierto estuvo bien cuando se pusieron manos a la obra e hicieron lo que tenían que hacer, esto es, tocar. Con energía y contundencia. Como hicieron Obús abriendo la velada como invitados especiales, sonando como siempre a todo volumen y repartiendo clásicos como ‘Te visitará la muerte’, ‘Dinero, dinero’, ‘Que te jodan’, ‘Autopista’, ‘Prepárate’, ‘Vamos muy bien’ o ‘Solo lo hago en mi moto’. Con 70 años, Fortu muestra un estado de forma estupendo, mantiene su potente y chillona voz y se permite el lujo de hacer el pino para alegría y alboroto del personal. Directos y al grano, temazo tras temazo. Sin chorradas.