Lugar: La Riviera. Madrid
Fecha: 13 diciembre 2014
Asistentes: 2.000 personas
Artistas Invitados: –
Precio: –
Músicos: José Chino (voz y guitarras), Jaime (guitarra), Pope (bajista) y Juanca (baterista)
El triunfo de las canciones bien hechas
Menudo baño de masas se han pegado Supersubmarina estos días, llenando tres noches consecutivas La Riviera madrileña en la gira de presentación de su reciente nuevo disco, ‘Viento de Cara’. Y no contentos con esto, todavía les queda otro arreón el próximo 10 de enero en el mismo recinto, también ya con las entradas agotadas.
La consistencia de ‘Viento de Cara’ y el evidente poder de convocatoria hacen pensar que la banda, que está en un momento dulce, todavía no ha tocado techo. Algo a lo que ayuda indudablemente el fervor de la parroquia, en parte extasiada en este juego de karaoke colectivo desde el minuto cero con temas como ‘Samurai’, ‘De doce a doce y cuarto’, ‘Tecnicolor’, ‘Hasta que sangren’ y ‘Furia’.
Un repóker de apertura para ir cogiendo velocidad antes del primer despegue con ‘Hogueras’. Y así, desde una altura ya considerable, hay otro subidón con ‘Kevin McCallister’, ‘Hermética’ y ‘Ola de Calor’, con La Riviera convertida en un espejismo de oasis veraniego con sus palmeritas y temperaturas que incitan al despelote en ‘Arena y Sal’.
José Chino se lleva casi todas las miradas, aupado por un quinteto que está fino, suave pero contundente, y no dejan de mirarse y de sonreirse unos a otros, asintiendo constantemente y disfrutando del momento. Saben muy bien lo que quieren y levantan con facilidad su habitual muro de guitarras, sobre el que fluyen las melodías arropadas por ese teclista que, como quinto elemento, aporta solidez a unos arreglos más rockeros que poperos y encaminados a impactar como un buen puñetazo en los morros. O como un beso sonoro.
‘Niebla’, ‘Puta Vida’, ‘Supersubmarina’ , ‘LN Granada’, ‘Algo que sirva como luz’, ‘En mis venas’ y ‘Cientocero’ para remachar una velada triunfal dominada por la honestidad de unas canciones sencillas que conectan por la vía directa con el personal precisamente por eso. Porque son buenas, cantables, pegadizas y están bien hechas, sin complicaciones, porque ya componer una bonita canción es suficientemente complicado de por sí.