Lunes 22 de septiembre, Damiano David actúa en el Movistar Arena de Madrid y, a pesar de lo duro que se hace un comienzo de semana, acudo con ganas (lo que ya empieza a ser una buena señal de lo que el artista provoca en su público).
Colas kilométricas antes de entrar (causa del sold out), mucha vestimenta imitando al “nuevo Damiano”, grupos de amigos organizando stories, fans ya en primera fila recitando cada estrofa como si se tratase de un mantra y algún que otro desmayo provocado por el calor del gentío y del aclamado Damiano David. El ambiente ya prometía antes incluso de que se apagaran las luces para dar comienzo al concierto en la capital como parte de la gira mundial de ‘Funny Little Fears’.
Aparece Damiano David en el escenario del Movistar Arena
A las 21:00 exactas, Damiano aparece de pronto sobre el escenario, pisando fuerte y arrancando con ‘Born With a Broken Heart’: un lamento hecho canción, recibido como un himno. Sin transición, enganchó con ‘The First Time’, lo que ya hizo entrar al público en un bucle de coros a pleno pulmón. Era solo el inicio y el Movistar Arena parecía pequeño. El italiano seguía con ‘Voices’ y ‘Cinnamon’, siendo esta última su momento más “rock and roll” y con la única que se pudo entrever, de forma algo borrosa, al primer Damiano que conocimos y dejó a medio mundo sin habla en 2021 tras ganar Eurovisión.
Aprovechando que el escenario ya estaba en llamas, Damiano dio paso a su bendita costumbre de regalarnos covers de otros artistas/bandas y que en la mayoría de las ocasiones resultan ser más agraciadas que las originales (preparada para ser funada, pero este tío tiene algo especial en sus cuerdas vocales, con las que parece arreglar todo lo que entona).
Empezó con ‘Sex on Fire’ de Kings of Leon como primer regalo, siguiendo con ‘Nothing Breaks Like a Heart’ de Miley Cyrus, ‘Guantanamera’ de Guitarricadelafuente y ‘Si No Estás’ de Iñigo Quintero. De esta forma, el artista hizo pasar al público del griterío a las lágrimas en unos pocos minutos y en un perfecto castellano. Así es Damiano: impredecible, entregado, honesto y carismático. Espectacular. Sabe lo que queremos escuchar incluso antes que nosotras mismas.

Segundo acto del show
Después de mantener la intensidad con ‘Talk to me’, Damiano se abría al público con un discurso que marcaba el “segundo acto” del show para dar paso a las canciones que hablan de su momento vital y lo que le hizo cambiar el rumbo de su carrera. Sin él querer decirlo directamente: dejando atrás su etapa de estrella del rock como vocalista de Måneskin.
“Los últimos 10 años de mi vida, fueron muy rápidos y muy divertidos. Y yo estaba muy feliz con mi vida, pero un día, algo en mí se rompió y empecé a estar muy triste. Entonces, supe que tenía que hacer una pausa y centrarme en lo que yo amo, que es escribir música, e hice este álbum. Esto me ha ayudado mucho a entender qué es lo que estaba roto. Mi vida era perfecta, pero no era mi idea de perfección, era la de otra persona. Y decidí que tengo que vivir mi vida”. Y así dio paso a ‘Perfect Life’, mientras se enfocaba en las pantalla a Dove Cameron (pareja actual del cantante), mostrando así su lado más tierno y romanticón.
El recuerdo de Maneskin
Sin embargo, mientras empezaron los primeros versos -”Did you, did you, did you waste your time?”- mi mente retrocedió en el tiempo a julio de 2024, concretamente al Mad Cool. Tengo la suerte de haber podido disfrutar del directo de Måneskin en varias ocasiones y esta fue la última vez. Los conciertos de Måneskin siempre solían ser brutales y te dejaban exhausta, sin embargo, esa noche yo me fui con un mal sabor de boca. Cualquier fiel seguidor de la banda se habría dado cuenta. Salí del recinto y así lo dije: “Damiano está raro”, “ha pasado algo”, “la banda no tiene la energía de siempre”. Como si fuese yo su progenitora. Dejémoslo en ser observadora. Pero un año después, Damiano David me ha dado la razón. Solo diré: te lo dije Gallar.

Y volviendo al escenario del Movistar Arena, esta nueva etapa ha sido inaugurada muy claramente por Damiano David. Sin rastro de Måneskin, a excepción de su torso desnudo tatuado y su voz espectacular (aunque ya menos rasgada a lo que nos tenía acostumbradas). Por quitarse, se ha quitado hasta el piercing de la nariz. Dejando a un lado a Victoria, Thomas y Ethan, estaba únicamente acompañado de coristas, guitarras, batería y teclados. Sustituyendo también su antiguo descaro por una faceta más emocional.
Dos versiones de Damiano
Es inevitable no hacer una comparativa de las dos versiones que Damiano ha regalado al mundo. Pasando de ser uno de los mejores cantantes de rock de los últimos años a todo un popstar. Puede parecer una crítica, pero es todo lo contrario. Esto solo hace ver la versatilidad del italiano y que es un talento de los pies a la cabeza. Siendo a la vez un artista que transmite y demuestra cómo se deja el alma para dedicarse a la música. Y parece irónico, pero ojalá todos los artistas fueran así.
La recta final fue una montaña rusa de emociones. La esperada ‘Zombie Lady’ hizo vibrar el estadio, en el que después reinó el silencio para escuchar como Damiano cantaba ‘Angel’ y ‘Mars’. No sin antes ponernos en claro contexto: «Elon Musk quiere irse a Marte y todas las tonterías que hace«, se llevaba el aplauso, entre risas, para proseguir: «Estaba pensando que, si eso va a pasar, yo me quedo aquí y las dos últimas semanas de la Tierra me quedo aquí disfrutando de la belleza. Con mi novia, y esperando que todo se termine».
Y así presentó a su banda y se despidió del público, para salir unos segundos después para el bis. El artista volvió a interpretar ‘The First Time’ para cerrar el círculo de la noche (debe ser una costumbre de Damiano, porque Måneskin también solía incluirlo en su setlist). Devolviendo así a todos al inicio, para desembocar en un final furioso con ‘Naked’.
“Quiero probar diferentes versiones de mí mismo y aprender”, dejando claro a sus fieles seguidores que este es Damiano David ahora y el que seguirá sorprendiéndonos con sus infinitas facetas artísticas en los próximos años. Dijo adiós como la estrella que es, bajando a foso, dejándose tocar por aquellos por los que se siente tan agradecido, subiéndose a una furgoneta y encendiéndose un cigarro mientras nos decía “hasta la próxima” y abandonaba el recinto.