Alcalá Norte, la banda emergente del este de Madrid publica el próximo 17 de abril su primer álbum musical, en formato digital y 12 pulgadas. Un proyecto que se balancea en el postpunk pero que también busca ser un manifiesto en el que se narra la experiencia contemporánea del distrito madrileño de Ciudad Lineal.
Tras haber coqueteado con el pop en sus dos primeros adelantos, Alcalá Norte ofrece ahora una muestra de su postpunk clásico, construida sobre un pegadizo riff de guitarra que alterna con un solemne recitado bilingüe hasta la llegada de un éxtasis final en forma de religiosa súplica-invocación.
‘Los Chavales’ combina potentes riffs de guitarra con danzarines sintes y solemnes recitados dignos del postpunk más ortodoxo. Sus estrofas multilingües, donde Shakespeare, Pete Doherty y la Revolución Francesa son retorcidos hasta el dolor, desembocan en un extático canto al ángel caído, al que llaman por el nombre de Ronaldo para evitar llamar la atención de Dios. Sólo el tiempo dirá si su disimulada invocación fue atendida.
The Libertines, La Marsellesa y Cristiano Ronaldo
Además, esta canción remite a los primeros instantes de vida de Alcalá Norte, cuando Jacobo Piñeiro, Pedro García Buisán y Conrado Álvarez sostenían el peso instrumental del espíritu lírico surgido de la Ciudad Lineal. La letra se torna esta vez oscura, con críptico mensaje. Lo que parece ser una traducción libre al castellano y al catalán de “Time for heroes”, de The Libertines, se combina con citas de Hamlet y una reproducción casi exacta de La Marsellesa, antes de llegar a uno de los temas fetiche de Alcalá Norte: el sentimiento de abandono cuando Cristiano Ronaldo te deja solo.
Alcalá Norte ha contado con la colaboración del artista brasileño Jonas Sanson para acompañar el lanzamiento de ‘Los chavales’ con material en vídeo generado por inteligencia artificial, como se aprecia en este visualizer para YouTube y en los vídeos compartidos por la banda en sus redes sociales. En ellos, Ronaldo pelea con una figura demoniaca que comparte rasgos con el Balrog de Moria, en lo que parece un guiño a los diablos rojos del Manchester United, otrora abandonados por el portugués cuando embarcó en su viaje a Madrid. No obstante, esta extraña invocación satánica arroja sospechas sobre el verdadero significado del distendido y futbolístico estribillo final.
