Todas las veces que vimos a Second
Todas las veces que vimos a Second estuve en este mismo exacto lugar. Tú solo rotabas, era nuestro vals. Dame un segundo para confesarte algo: es zafio contarlo. Todas las cosas, todos los sitios, confluyen y desembocan en este océano de invierno. Una noche de sábado en el circo rojo. Tú. Yo. Nosotros. Ellos. Todos. Es que toca Second. Es que toca Second en la ciudad. Y es que si toca Second en la ciudad vamos a ir porque, de lo contrario, no tocan. Me gusta sentirlo así porque una vez fuimos, Second tocaron y todo ocurrió. Desde entonces, hasta hoy.
Como toda buena historia, esta empieza por el final. Con un par de miles de personas en pie intentando tocar el techo de sus corazones en una noche gélida de enero de 2023. Al final lo encontramos. Este era el ‘Rincón exquisito’ compartido. Porque cada cual tiene el suyo, pero cómo será cuando todos esos se juntan, se concentran y se multiplican. Pues será que estamos, efectivamente, juntos en esto, en nuestro crimen perfecto. Por eso aullamos, disparamos al aire, miramos al escenario y aplaudimos con un afecto sincero. Se abrieron todas las puertas, ya solo hay certezas y esta noche las tenemos todas. En un mundo a la deriva, este átomo que somos a la vez no es poca cosa. Y, en absoluto, ‘Estamos para gilipolleces’.
ESTADO DE ALEGRE TRISTEZA
Dicen Second que se van. Quizás por eso, y porque es nueva, empiezan con ‘Estado de alegre tristeza’. Exactamente eso siente cualquiera ante una despedida en la que nadie quiere tomar la iniciativa. Queda tan lejano aquel 22 de abril de 2010 en la Joy Eslava. Aquella fue una primera vez entre tantas, solo que fue la mía. Yo escribo, ordeno y mando, por tanto. Tener casi trece años menos tampoco es poca cosa, pero, ¿y todas las veces que vimos a Second? Todo lo que ocurrió después es lo que nos congregó aquí, sentado en lo alto junto a Nico Gallar, que no existía entonces. Como tampoco existían Clara y Bruno Gallar, que están abajo en tercera fila y les contemplo desde lo alto. Contemplo la obra inacabada de mi vida, literalmente. Y estamos viendo a Second.
MIRA A LA GENTE
Yo estoy agarrado a la barandilla de lo más alto del Price. Oteando. Achinando los ojos. Miro a la gente. Os estoy observando y me gustais mucho. No llevo gabardina, es un abrigo, molo menos que Sean porque el notas tiene los códigos. Y mola. Y lo que canta y cómo lo canta, dios santo. Jamás nadie vio a Second dar un concierto malo, pero es que ahora mismo están en un nivel. O sea, como siempre, pero más. Más. Todos queremos más. Y yo digo en voz alta «¡joder!» porque es una expresión primitiva. Grito. Siento mis latidos. Pienso en arrojarme, porque a eso te empuja el vértigo. Coño, dante cuenta, David Gallardo, ‘Muévete y siente’.
Me muevo hasta abril de 2011, cuando volvimos a la Joy para ver a Second con Ellos. Canto mientras escribo. También viajo hasta los Teatros del Canal, octubre de 2011. Se me va a pasar alguna, porque es que son muchas. Pero mientras tocan ‘Nivel inexperto’ ya directamente camino por los graderíos, pues arriba, desde donde os disfruto, se puede caminar sin molestar. Y estamos en noviembre de 2013 en la Sala But. Todas las veces que se me cayó el cielo encima estuvo Second para sostenerlo. Hubo más noches, como aquella noche en de 2014 en el Circulo del Arte de Toledo. Todos somos ‘Flores imposibles’ en la corva de alguien, algo que no se ve, pero está. Todos somos aceite de girasol y nos sentimos de oliva. En ocasiones, lamentablemente, somos colza.
MAÑANA ES DOMINGO
Cantan ‘Mañana es domingo’, lo cual es gracioso porque, efectivamente, es verdad que hoy es domingo como ayer era sábado. Una chorrada, pero vestidos de blanco bajamos al río. Y al pilón también. Lo que haga falta por una ‘Nueva sensación’. Vaya hilada fulera, eh. Bueno. No se puede ser brillante constantemente, todo el maldito tiempo, porque la gente así da muchísima rabia. Es un poco eso Second y, seguramente, por eso no llenan pabellones, algo que me resulta ilógico. Pero es verdad que están por encima de la media en todo y eso la gente que está por debajo de la media, la que llena los grandes espacios y no ama a sus bandas como tú, y como yo, lo nota como una afrenta. Hay demasiada gente a la que le molesta el brillo evidente de los demás. También vimos a Second en La Riviera en abril de 2015 y ni me acordaba.
«NO ME ACUERDO DE NADA PERO FUE EL CONCIERTO DE MI VIDA»
«No me acuerdo de nada pero fue el concierto de mi vida». Todos tenemos unos cuantos de esos. Yo, personalmente, lo confieso, centenares. Y justo por eso me dedico a esto. Porque puedo olvidarme de mí mismo. A Second les vimos en multitud de festivales. Como aquella noche en Benidorm que nos molestaron tanto Massive Attack, jodidos payasos, ya pueden ser Banksy, porque, de lo contrario, nada tiene sentido. Y en 2019 fuimos al Festival Gigante de Guadalajara los cinco, los mismos cinco de esta noche, y fue el despiporre más descacharrante imaginable. Se lo acabo de gritar desde la cocina, donde estoy escribiendo esto, y me han suplicado a gritos que les deje en paz. Bueno, estoy poniendo caritas en plan «bah, si lo friparon». Coño, date cuenta. Aquella noche, con Clara a hombros, lo reventamos con ‘Muérdeme’. Y esta noche de 2023, con las manos en los bolsillos cual agente de la Stasi, abro ligeramente las piernas para que la foto que nadie me hizo desde atrás quede perfecta. Estamos todos de portada de disco.
SONARÁ EN TODAS PARTES
También fuimos a la Sala El Sol. Un padre tiene que llevar a sus hijos siempre a la Sala El Sol por primera vez antes que al Museo del Prado. Bueno, otra tontería. Estamos ‘En otra dimensión’, en la que se pueden decir anormalidades y no pasa nada. Porque la mañana después de un concierto estupendo es tan importante como la noche anterior. Hay que saber cerrar todo aquello que se abrió en canal. Por eso, también, me dedico a esto: por salud mental. ‘Sonará en todas partes’. ‘El contorno de tus miedos’. Second el 27 de enero de 2019 en este mismo Circo Price donde nos encontramos. Anda que no nos han pasado cosas en estos cuatro años, todas ellas inimaginables. Pero bailamos swing y claqué con los fantasmas.
‘Más suerte’. ‘Quiero equivocarme’. ‘2502’. Ver a la gente dislocarse siempre es un placer nada culpable y perfectamente confesable. Se nos va la noche como se nos va la vida como se nos va Second. No puede uno evitar sentirse mal por no haberlo aprovechado todo todavía mucho más. Siempre quedó una gota por exprimir. Por eso, esta noche, en un extraño estado de genuina lucidez, lo estamos estrujando todos todo. Los músicos se emocionan y no hace estar en primera fila para verlo. Nosotros nos emocionamos porque perder una banda es un serio problema en los tiempos que corren. Ahora es cuando decimos eso de que siempre quedarán las canciones y es verdad, pero el problema es cuando una de las partes quiere algo más. Siempre es así, en realidad. Yo quiero una más y mataría por conseguir una más. Una historia más que contar.
