Rosendo (2015) BarclayCard Center. Madrid

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Lugar: BarclayCard Center. Madrid
Fecha: 22 diciembre 2015
Asistencia: 3.000 personas
Artistas Invitados: Última experiencia

Nochebuena rockera con presidente de consenso

Este año los parroquianos rockeros del foro celebraron la Nochebuena el 22 de diciembre en el BarclayCard Center de Madrid con uno de los suyos como oficiante de la ruidosa ceremonia. Hablamos del carabanchelero Rosendo Mercado, claro, convertido por una noche en presidente de consenso en unos días en los que, tras las elecciones generales, andamos todos un poco ávidos de encontrar un amado líder que nos muestre el camino. Y Rosendo nos vale aunque él responda a los tradicionales vítores de «¡presidente, presidente!» con su habitual humildad cargada de cachondeíto: «Estáis completamente chalaos».

La cuestión es que quiera o no, él ha sido designado para guiar a los suyos hasta la tierra prometida, algo que sin duda consigue noche tras noche dentro del ámbito de su jurisdicción, esto es, en sus siempre solventes, emotivos y coreados recitales. El de Madrid, por cierto, servía para despedir la gira ‘Mentira me parece’, con la que se ha paseado por toda España presentando el contenido de su más reciente disco, ‘Vergüenza Torera’ (2014), y que tuvo un gran baño de masas en septiembre del pasado año en una abarrotada Plaza de Toros de Las Ventas.

Ambiente de despedida temporal, por tanto, en una noche que no por conocida resultó menos efectiva. Porque a estas alturas quien no haya visto a Rosendo, que se tire él mismo al pilón más cercano. El de Carabanchel es una de las instituciones más preciadas de la música patria desde hace ya más de treinta años y sienta cátedra cada noche. Solo verle aparecer desde el fondo del escenario con su reluciente Fender Stratocaster ya provoca algarabía y alboroto. Y cuando se coloca, egregio, melenudo y canoso ante el micrófono, solo la reverencia es posible. Respeto porque aunque no quiera, es un ejemplo de trabajo constante y honesto para todos.

Y bueno, se acerca al micrófono mientras suenan los primeros compases de ‘Mala vida’ y lanza el primer verso de la velada, ese «te has lavado los dientes, te debiste largar, el señor del espejo te quiere controlar…» y a partir de ahi todo fluye con pasmosa facilidad, con la hinchada empujando al protagonista, como siempre flanqueado por el bajista Rafa J. Vegas y el baterista Mariano Montero. Un trío absolutamente engrasado que hace que lo difícil parezca fácil con una compenetración absoluta y que genera una conexión aparentemente irrompible con los suyos.

Desde el arranque con ‘Mala vida’, el concierto coge altura con ‘Lo malo es ni darse cuenta’, ‘De qué vas’, ‘Quincalla o no’, ‘Corazón’, ‘Date por disimulao’, ‘Amaina tempestad’, ‘Muela la muela’ y ‘Menú de la cuneta’. El vigor está a estas alturas desatado cuando llegamos al punto de inflexión con el primer recuerdo a Leño con el mítico ‘El tren’, cantado a todo pulmón por los 3.000 asistentes que ya sabían que a partir de ese punto comenzaba la sucesión sin descanso de clásicos.

Así llegan ‘Hasta de perfil’, la reciente ‘Vergüenza torera’ que vuelve a desatar los gritos de «presidente presidente», ‘Por meter entre mis cosas la nariz’, ‘Sufrido’ y ‘El Ganador’ dedicado a nosotros los de Carabanchel. Como si lo pudiera hacer cualquiera, Rosendo lleva toda la noche dando una lección magistral de guitarreo, tanto rítmico como solista, que alcanza su cima con ‘Flojos de pantalón’ y sus dos punteos cantados como si fuera el más pegadizo de los estribillos. Es la segunda vez que se parte el local en dos y ahora ya no hay ni posibilidad ni ganas de juntar los pedazos.

Lo que queda es, si acaso, caminar descalzo sobre los añicos al ritmo de ‘Pan de higo’, ‘Loco por incordiar’, ‘Agradecido’, ‘Y dale’ y el cierre apoteósico de nuevo con Leño y su ‘Maneras de vivir’, probablemente el mayor clásico del rock en castellano, que provoca la comunión definitiva entre los asistentes y los músicos y viceversa y otra vez y así hasta que ya no queda más remedio que recogerse porque no nos podemos quedar en ese bucle infinito, aunque de alguna manera todos lo deseamos y todos en él permanecemos.

Y como haya que repetir elecciones, ya os adelanto que meto en la urna la papeleta con el nombre de Rosendo Mercado y la letra de ‘Por meter entre mis cosas la nariz’. Porque Rosendo si me representa.

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