Porretas: «Tiene que ser bastante duro eso de dejar de tocar»

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La banda de rock Porretas está ya inmersa en la gira de presentación de su reciente nuevo disco, ‘Al Enemigo Ni Agua’, en el que vuelven como siempre derrochando energía y denunciando injusticias. «Tenemos más ganas de molestar que nunca», recalcan a Mercadeo Pop José Manuel Cobela ‘Bode’ (guitarra y voz) y Luis Barrios (baterista).

«Tenemos más ganas de molestar porque cada vez vemos más injusticias y más cosas que no nos gustan, situaciones personales y de amigos que no nos parecen justas. Lo que está sucediendo en este país son cosas que tienes que decir, siempre intentando hacer música para que la gente se lo pase bien, pero sin dejar de lado la realidad», apunta Bode.

En esta línea, el guitarrista y cantante añade que «el rock es la música de la calle desde los tiempos de Leño, Topo y Asfalto». «Muchos raperos hacen ahora muchas buenas letras, pero no vamos a dejar que ellos sean los únicos que digan las cosas», subraya.

Y el disco empieza hablando bien claro con una canción titulada Bankiarrota porque, tal y como destaca Luis, es «vergonzoso ver a gente mayor que le han quitado sus ahorros y te venden la moto de que eran inversores». «Les quitan la pasta y se la gastan en putas y lujos. Lo más alucinante es que no devuelven el dinero y tampoco están en la cárcel. Es de otro planeta», plantea.

En cualquier caso, aparte de la crítica social, también hay hueco para la diversión en este decimocuarto disco de Porretas, que para Luis está «bastante elaborado y trabajado», y que según Bode tiene también «experiencias personales, homenaje a gente que nos ha influido y hasta la historia del abuelo de Pajarillo -bajista y cantante del grupo-«.

Desde su fundación en 1985, hace ahora 30 años, Porretas ha recorrido «millones» de kilómetros para tocar sus canciones. Tantos que «hace mucho tiempo» que se les «rompió la aguja del cuentakilómetros», según admite entre risas Luis, antes de que Bode se ponga a calcular: «Igual hacemos 1.500 cada fin de semana, así que multiplica eso por 30 años».

«Somos unos curritos del rock, la clase obrera del rock, somos de pico y pala, nos ponemos el mono y a correr. Tocamos para 80 personas y para 5.000 y no se nos caen los anillos», señala Bode mientras asiente Luis, quien además añade: «La cosa está complicada para el rock ahora, seguimos en la cuerda floja. Pero seguiremos luchando para que nos sigan dejando sobrevivir».

«Además es que el escenario te lo cura todo. Te cura la cabeza, la espalda y lo que haga falta», asegura Luis, mientras que Bode vuelve a tomar la palabra para avisar de que ellos se ven «como los Rolling Stones, disfrutando en el escenario hasta que el cuerpo aguante».

«Tiene que ser bastante duro eso de dejar de tocar», dice el cantante y guitarrista con la mirada reflexiva. «Yo no quiero ni pensarlo, cuando deje de tocar me muero. Incluso lo soñé una noche y lo pasé fatal», sentencia Luis con solemnidad, antes de que ambos suelten una sonora carcajada, sabedores de que por ahora les queda cuerda para rato.

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