En estos tiempos pandémicos, como sabemos, la cosa va por barrios. Bueno, por Comunidades Autónomas, ya sabéis. De manera que en el mismo fin de semana, dos festivales que anunciaron que el público estaría de pie vivirán situaciones distintas: el Festival Gigante de Alcalá de Henares (Madrid) mantiene formato con el público en pie, mientras que el Morriña Festival de Culleredo (A Coruña) a última hora tiene que sentar a los asistentes.
La polémica más intensa de los últimos días la ha vivido el Sonorama de Aranda de Duero. El festival burgalés anunció que el público podría estar de pie viendo los conciertos, pero por mandato de la Junta de Castilla y León, tuvo que cambiar pocos días antes de su celebración y sentar al público. Ya comentamos en su momento que hubo quien se lo tomó muy mal y quien lo aceptó con deportividad.
«Los conciertos serán de pie, en sectores acotados y aforo reducido con espacio para mantener la distancia de seguridad sin problemas», explica el Festival Gigante en respuesta a un tuitero, preocupado como todos en estos momentos cambiantes e inciertos. Reconfirma así el anuncio realizado el pasado mes de julio para su edición de este año, a celebrar del 26 al 28 de agosto.
Y en otro mensaje remarca: «Estamos trabajando para crear un espacio seguro, en coordinación con la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y con el Ayuntamiento de Alcalá de Henares, con quienes compartimos esfuerzos para ofreceros un Festival seguro. Aplicaremos todos los protocolos y recomendaciones que nos están indicando para cuidar de la salud de nuestro público y de nuestros trabajadores y artistas».
SITUACIÓN CONTRARIA
El Morriña Festival es en realidad un ciclo de conciertos que va desde el 19 al 29 de agosto, pero igualmente había anunciado que serían de pie. Dividido en sectores, exactamente igual que el Festival Gigante madrileño. Pero en Galicia la situación es otra, las autoridades toman otras decisiones y no podrá ser como se anunció en un primer momento.
«Si bien nuestra ilusión era que se pudiese hacer el evento con gente de pie, siguiendo la legislación actual y gracias a la buena evolución de la pandemia y la vacunación, las restricciones actuales de las autoridades no permiten en el municipio de Culleredo un evento así«, explica el festival gallego en las redes sociales.
Y detallan el formato: «Por lo cual finalmente #MorriñaFestival será con el público sentado, al igual que otros eventos en estas fechas. Eso no nos quitará ganas de vivir los conciertos y sentir la música en directo una vez más con los nuestros. Se podrá sentar junta la gente conviviente en grupos de sillas y se asignará el sitio por orden de llegada dentro de cada zona».
Resulta curiosa otra diferencia: en el Gigante no se podrá consumir nada durante los conciertos, teniendo que hacerlo en la zona expresamente habilitada para ello. Por contra, en el Morriña sí que se podrá uno tomar lo que quiera mientras disfruta de la música. Esta distinta forma de organizarse se debe, entre otros motivos, a que el gallego es un concierto por día, mientras el madrileño es un festival al uso con varios artistas encadenados (y así evita el desmadre que siempre puede desatarse en largas jornadas).
Tiempos complicados para organizar festivales, qué duda cabe. Con un público que tiene ganas de desfasar como antaño y que en ocasiones no está por la labor de ser del todo comprensivo. Con organizadores que prefieren aplazar o cancelar y otros que luchan por reconquistar lo que antes era, como ya ocurre en tantos otros países (ahí están Reino Unido o Estados Unidos), mientras aquí se mantienen las restricciones. Seamos un poquito comprensivos todos ante semejante volatilidad. Y disfrutemos de la música en vivo como tenga que ser ahora, para así poder hacerlo como antes más pronto que tarde.
