'4D' es el nuevo disco, segundo ya, del dúo zaragozano Lady Banana, que incluye versiones de 'Jesucristo Superstar' y de Nathy Peluso

Lady Banana versiona ‘Jesucristo Superstar’ y a Nathy Peluso en su nuevo disco: ‘4D’

Discos Lanzamientos

‘4D’ es el nuevo disco, segundo ya, del dúo zaragozano Lady Banana. Consolidando su rock stoner marca de la casa, Alba y Nerea lo fusionan con otros géneros como el rap, la electrónica o la música urbana. También han utilizado nuevos recursos e instrumentos hasta ahora inéditos como los sintetizadores.

En este caso ,el concepto de ‘4D’ es el «espacio-tiempo», la cuarta dimensión. Mientras que la Cara A del vinilo representa el «espacio» (con canciones que evocan lugares: «Bora Bora», «La Jaula», «Tashirojima», etc.), la Cara B del vinilo representa el «tiempo» («Milenio», «7am», «Entre Semana»).

La portada se ha diseñado también pensando en esta dualidad, utilizando solamente dos colores: el amarillo y el rosa. El álbum ha sido grabado en diferentes momentos temporales, pero siempre en el mismo estudio, localizado en Galicia, y de la mano del productor Iago Lorenzo.

Escucha el nuevo disco de Lady Banana

En este nuevo trabajo también han contado con dos colaboraciones muy especiales y diferentes. En primer lugar, «Acción de Gracias», con Sho-Hai (Violadores del Verso), un tema que se compuso principalmente con sintetizadores y batería, y cuyas letras escribieron juntos. En este tema se mezclan influencias electrónicas y urbanas, y es el tema más diferente del disco. Por otro lado, también han contado con la colaboración de Marina Iñiesta, cantante y guitarrista de Repion, cuya colabo, «Tashirojima», es un tema dedicado a nuestros compañeros gatunos.

Dos versiones

En el disco podemos escuchar también dos covers. Una ya publicada, «Delito», de Nathy Peluso, en la que mezclan esas influencias urbanas con su música stoner, marca de la casa, y una segunda versión titulada «Gethsemane», versión de la canción del emblemático musical «Jesucristo Superstar».

En este tema le dan un giro al momento en el que Dios le pide a su hijo que se sacrifique por la humanidad. La canción pretende ser realmente una metáfora del «sacrificio milenial». El sacrificio de una generación a la que se le prometió un futuro prometedor, siempre que se esforzasen y dieran lo mejor de sí mismos, pero que al llegar a la meta, se encontraron con un tablero amañado, y un sacrificio inevitable.

SIGUE A MERCADEO POP EN